
Giulio Andreotti gobernó Italia en siete ocasiones apoyado en la Mafia y con métodos mafiosos; unas de continuo y otras alternas. En uno de sus viajes a España fue preguntado sobre lo que pensaba de la política española: “Manca finnezza” contestó.
“Manca finnezza” quiere decir falta de sutileza, de mesura, de estilo, de discreción, de ajuste fino, de educación, de sentido de la oportunidad. Con esa frase Andreotti quiso decir que, incluso gobernando con métodos mafiosos como él gobernaba, ese estilo de “finnezza” es necesario y suena bien.
En España llevamos años gobernados por una mafia perfectamente organizada – a las pruebas me remito – pero carente en todas sus manifestaciones de “finnezza”. Este gobierno-mafia que se tapa con las siglas PSOE, es más de prostíbulos, saunas, letrinas, cloacas, sótanos presidenciales llenos de fango, albañales y, por supuesto, sostenidos por unos medios y unos periodistas dedicados a la mamandurria y a la toxicidad informativa: Es un gobierno-mafia de sexo, mentiras y cintas de vídeo.
La palabra mafiocracia, parece ser, que la acuñó Pino Solanas durante el gobierno de Carlos Menen en Argentina, gobierno de ingrato recuerdo para el pueblo argentino.
Platón y Aristóteles ya definieron las diferentes formas de gobierno. Así la Teocracia es la forma de gobierno en el que la autoridad viene emanada de Dios. La Aristocracia es el gobierno de los mejores y mejor preparados; los más aptos por su nobleza, su sabiduría, su virtud y su experiencia. En la Democracia el poder se sustenta en el pueblo, pero no olvidemos que la Democracia puede devenir en Partitocracia donde los órganos fundamentales del Estado son pervertidos y utilizados como meros instrumentos del partido para mantenerse en el poder. La Oclocracia es el gobierno de la muchedumbre y, junto a la Partitocracia, una de las formas más pervertidas y degeneradas de la Democracia. La última forma de gobierno en llegar, se supone que desconocida en los tiempos de Platón y Aristóteles, es la Mafiocracia.
Un gobierno que se apoya en métodos mafiosos para obtener el poder y mantenerse en él se beneficia de la Democracia y justifica su legitimidad por el resultado de las urnas. De esa forma esquilma al Estado y a los ciudadanos que estúpidamente le han votado. Pero el gobierno mafioso no está solo, él sabe que necesita del mamoneo de los medios de comunicación sumisos, los periodistas apesebrados, los sindicatos vendidos y algunos jueces sin escrúpulos para pervertir a una ciudadanía que permanece en una eterna siesta y que se desayuna todos los días su buen tazón de anestésico para permanecer anestesiada ante todas las tropelías de ese gobierno que se valió de los estúpidos votos de los ciudadanos para auparse al poder y ejercerlo de forma mafiosa.
En España, – pobre España – a lo más que llega la opinión pública, es a actuar como comadres malgastando palabras vanas e inútiles en las conversaciones de las peluquerías y en las tertulias de los cafés, hoy relegados al postureo de las terrazas. Bla, bla, bla y nada más a pesar de conocer lo que está sucediendo, lo que va a suceder para beneficio de unos cuantos y perjuicio del ciudadano. Conversaciones de comadres, tertulias de café, opiniones cerveceras mientras se mira hacia otro lado, para no ver, no querer ver por cobardía que los gobiernos mafiosos ponen, están poniendo y pondrán en peligro todo lo que hemos alcanzado tras durísimos años de trabajo y de lealtad al país que nos acoge. En cuanto a lo que pueden esperar nuestros hijos y nietos, mejor ni imaginarlo, a no ser que el pueblo despierte de su secular siesta de irresponsabilidad, de comodidad, de sumisión y de conformismo. Y esto es así porque no sólo el gobierno mafioso ha abjurado a la moral, la decencia, la honestidad; también el pueblo firma en las urnas cada cuatro años su indolencia moral y la estupidez trufadas de cobardía escondiendo la cabeza bajo la arena como los avestruces para votar mafiocracia y volverla a votar cuatro años después…Kafkiano
Manuel del Rosal
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