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Hoy tendrán lugar en el mundo cientos de Misas para conmemorar el 520 Aniversario de la muerte de Isabel La Católica y rogar a Dios por su beatificación. De momento Enraizados ha podido contabilizar 172 Misa. La devoción se expande con 140 Misas repartidas en 32 provincias españolas y 31 Misas más, que se celebrarán en diferentes partes del mundo: hasta en 16 países.
Entrevistamos a José Castro Velarde, presidente de Enraizados, asociación que promueve esta iniciativa.
¿Por qué es importante que se sigan celebrando Misas cada año para pedir la beatificación de Isabel la Católica?
La Santa Misa es el mayor regalo que el Señor nos pudo dejar. Cualquier Misa tiene un valor infinito, el del Sacrificio en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo.
La Sierva de Dios, nuestra santa Reina Isabel, tenía una gran devoción a la Eucaristía. Es de sobra conocida por ejemplo su visita al Cebreiro. Cualquier peregrino a Santiago por el camino francés conocerá este milagro.
Una tradición muy consolidada, corroborada por diversas fuentes históricas y arqueológicas sostienen que sobre el altar de la capilla lateral de la iglesia estaba celebrando la eucaristía un sacerdote benedictino (¿s. XIV?). Pensaba que aquel crudo día de invierno, en que la nieve se amontonaba y el viento era insoportable, nadie vendría a la misa. Pero se equivoca. Un paisano de Barxamaior, llamado Juan Santín, asciende al Cebreiro para participar en la Santa Misa. El monje celebrante, de poca fe, menosprecia el sacrificio del campesino. Pero en el momento de la Consagración el sacerdote percibe cómo la Hostia se convierte en carne sensible a la vista, y el cáliz en sangre, que hierve y tiñe los corporales. Los corporales con la sangre quedaron en el cáliz y la Hostia en la patena.
Jesús quiso afianzar no solo la fe de aquel monje sino de todos los hombres. Noticia del milagro se propagó por todas partes propiciando así una gran devoción a Cristo en la Eucaristía.
En 1486 los Reyes católicos, peregrinos a Compostela, se hospedan con los monjes, contemplan el milagro y luego, donan el relicario donde se ha guardado el Milagro hasta el día de hoy.
El Cáliz y la Patena son afamadas piezas románicas del siglo XII. Este cáliz preside el escudo de Galicia.
La celebración de tantas Misas pidiendo su pronta beatificación es una muestra de que, más de 500 años de su partida al Cielo, los católicos de a pie, pues ella no tiene ninguna gran institución que la respalde y que esté detrás de estas Misas, la tienen como intercesora ante el Cielo y desean verla en los altares para que pueda seguir con más eficacia la misión que tan bien cumplió en su vida terrena.
Además el número de las Misas cada año va aumentando…¿Por qué este hecho es un motivo de esperanza?
La Reina es un ejemplo de mujer, de madre, de esposa pero también de política. Una mujer dedicada a la política que supo velar por el bien de sus súbditos al mismo tiempo que buscaba el bien común mundial.
En nuestro tiempo, en el que la actividad política, goza de una gran impopularidad, y con sobradas razones, la Reina es esperanza viva, ejemplo real, de lo que es la verdadera Política, esa a la que los papas llaman, con razón, el campo más grande de la caridad. Una buena ley afecta a toda la sociedad. Un buen gobernante ayuda a alcanzar más fácilmente el bien común de la sociedad.
Evidentemente también anima saber que cada vez hay más devotos de la Reina y que además pasan a la acción, organizando en su localidad una Misa y otros actos en honor a la Sierva de Dios. Dios ha querido necesitar causas segundas y eso es lo que somos, instrumentos en sus manos.
Al margen de la beatificación, que es el objetivo de esta campaña, ¿qué otros frutos espirituales espera de la misma?
Cualquiera que se dirige a la Reina, como a tantos otros santos, no se queda sin premio. Los frutos son sobre todo una mayor cercanía al Señor, un reconocimiento de que su realeza lo es sobre todas las realidades de este mundo, desde el conjunto de las naciones hasta la familia, tal y como hemos vivido recientemente en la Solemnidad de Cristo Rey.
Afirmaba el Arzobispo castrense D. Juan Antonio este domingo que al leer el testamento de la Reina Isabel, se dio cuenta de la grandeza de la Sierva de Dios, y afirmó en su homilía que en la Reina podemos ver un atisbo o una imagen de esa forma de reinar de Cristo a la que todos, en función de nuestro Bautismo, estamos llamados.
Pero la reina como madre y como esposa atiende también a las necesidades que le presentemos, desde asuntos pequeños hasta las preocupaciones propias de un esposo, de un padre, de un hijo de familia. Acudamos a ella con confianza y nos atenderá.
Hace unos años me contaba un exorcista mejicano que cuando invocaba a Isabel los demonios se ponían muy nerviosos, «a esa no, a esa no, que me quitó muchas almas». Se referían especialmente al hecho de acabar con los sacrificios humanos que no pueden ser más que una obra del demonio.
Además de en España. ¿En qué países se celebran?
Hemos de advertir que las Misas las promueven, en su mayor parte, devotos anónimos de la Reina.
Esto quiere decir que el número de Misas es realmente mucho mayor de lo que nosotros podemos reflejar en nuestro resumen pues no nos enteramos de todas ellas.
En cualquier caso tenemos constancia de que se celebran Misas en Argentina, Austria, Bélgica, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Italia, México, Países Bajos, Perú, Puerto Rico y Tierra Santa. También sabemos que muchos misioneros celebran la Misa pero dada su situación quizás nos enteremos de los datos exactos con cierto retraso. De otros años tenemos constancia de Misas en Australia y África pero al no tener la constancia por escrito, no las incluimos este año en el listado. Isabel fue una gran evangelizadora, preocupándose de sus prójimos pero también de los lejanos, incluidos aquellos nuevos súbditos de lo que hoy llamamos América.
En la relación de países puede llamarnos la atención algunos como Bélgica o Países Bajos. Sobre esto puede ilustrarnos una conversación que me relató este fin de semana Gonzalo Rizo.
Gonzalo vive en Sevilla y recientemente conoció a un matrimonio germano suizo que se había instalado en esta ciudad, donde también residió por cierto la Reina, limitando los poderes de los nobles e impartiendo justicia, al mismo tiempo que se los sabía ganar para su causa, matrimonio que había huido de Suiza por la guerra woke en la que se encontraban (a pesar de nuestros males patrios parece que no somos los peores).
Pues bien Gonzalo y Sol su mujer comentaron que tenían una hija Isabel y que aunque celebraban su santo el día de la de Hungría, realmente había recibido ese nombre por la Católica. Cuál fue su sorpresa cuando aquel matrimonio extranjero les dijo que ellos también tenían una hija llamada Isabel y que la causa de su nombre era la misma. La Reina tiene devotos en todo el mundo.
La Fundación Enraizados mantiene abierta una campaña permanente de recogida de firmas para que los devotos de Isabel puedan mostrar su apoyo e impulsar la pronta beatificación de la reina de España. Háblenos de la misma…
Somos conscientes de que existen muchos devotos de la Reina. Pero estábamos muy dispersos y no nos conocíamos. Nosotros creímos oportuno hacer ver de alguna manera ese número de devotos y ponernos en contacto, ayudándonos unos a otros. Además a aquellos que quieren les ofrecemos suscribirte a un boletín que mandamos mensualmente, o a otras actividades como Peregrinaciones isabelinas, charlas, libros, etc.
Si bien estamos ante todo ante una causa espiritual en las manos de Dios, lo cierto es que como hombres, necesitamos también esa parte material de conocer que otros están en el mismo campo de batalla, que comparten nuestros anhelos y deseos.
También a través de estas firmas hemos encontrado a muchos deseosos de organizar en sus ciudades estas Misas en torno al 26 de noviembre. Y lo bueno es que las acciones se multiplican.
¿Qué trascendencia tendría para nuestra historia ver a la reina Isabel en los altares?
Como hemos dicho los santos prolongan en el Cielo su misión en la tierra. Isabel fue la impulsora de las hazañas más grandes que la gracia de Dios ha hecho hacer a una Patria. Iba a ser más modesto pero creo que es la realidad. Ninguna sucesión de generaciones, ninguna otra tradición, durante siglos, ha defendido la dignidad de la persona como lo hicieron Isabel y sus sucesores. Su beatificación haría más eficaz esa intercesión que tantos necesitamos los españoles de este momento, españoles de aquí y de allá, de toda la Hispanidad.
Implicaría también un espaldarazo a la política entendida como servicio que busca el bien común de la sociedad, y que esta forma de política es posible.
Sería un respaldo a la defensa de la dignidad de toda persona pues nadie mejor que la Sierva de Dios para ejemplificar esta labor.
¿Cómo se puede colaborar con la campaña?
Primero participando en las Misas que estos días se celebran y en caso de no haber ninguna en la provincia, ofrecer la Misa a título personal por la Causa de la Reina y comunicarlo.
Segundo puede mostrarse la adhesión en este enlace: https://enraizados.org/la-beatificacion-de-isabel-depende-de-ti/
Tercero involucrándose como voluntario para atender todas las necesidades que vayan surgiendo y para liderar nuevas acciones: organizar más misas, actos culturales, conferencias, cursos, merchandising, libros,…. Se necesitan muchas personas para trabajar por esta Causa. Cualquiera que esté interesado puede escribirnos a info@enraizados.org y le involucraremos en actividades o le apoyaremos en las que quiera poner en marcha
Recuerdo que cuando empezamos esta Campaña, todos nos decían que dónde íbamos. Hoy puedo decir que veo que esos mismos se han dado cuenta de que la devoción de la Reina es imparable y crece cada día más. Pero hace falta que hagamos presente nuestra devoción «a tiempo y a destiempo».
Autor
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Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.
Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.
Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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VISION DE LA SANTA MISA POR ANA CATALINA EMMERICK.
Reúnense aquí las contemplaciones referentes al santo sacrificio de la Misa, reproducción genuina del Calvario, donde Jesús se ofreció expiatoriamente por la humanidad caída, sobre los restos de Adán, allí debajo sepultados. La vidente revela que los patriarcas celebraban sacrificios ante un altar donde colocaban huesos de Adán y de otros justos del Antiguo Testamento. Los apóstoles continuaron la tradición que la Iglesia mantiene al realizar la Misa sobre el ara que encierra huesos de santos y mártires.
El sentido teológico de la Misa y su trascendencia espiritual están expuestos con asombrosa sencillez y ortodoxia. Tan elevado es este augusto Sacrificio, que hasta las celebraciones hechas con disipación, son suplidas necesariamente de modo sobrenatural. Las consideraciones acerca de las negligencias de algunos celebrantes, mueven a meditación e invitan a un estado de mayor gracia personal.
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1. El valor de la santa Misa.
En la festividad de San Isidro Labrador me fueron enseñadas muchas cosas acerca del valor de la Misa que se dice y que se oye. Supe que es una gran dicha que se digan tantas misas, aunque las digan sacerdotes ignorantes o indignos, pues mediante ellas se libran los hombres de peligros, castigos y azotes de todo género. Conviene que muchos sacerdotes no sepan lo que hacen; que si lo supieran, no celebrarían por temor, ni ofrecerían el santo Sacrificio.
Vi cuan admirables bendiciones nos vienen de oír la santa Misa y que con ellas son impulsadas todas las buenas obras y promovidos todos los bienes y que muchas veces el oírla una sola persona de una casa basta para que las bendiciones del cielo desciendan aquel día sobre toda la familia. Vi que son mucho mayores las bendiciones que se obtienen oyéndola, que encargando que se diga y se oiga por otros. Vi que las faltas que se cometen en la Misa son compensadas con auxilios sobrenaturales.
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2. Imagen de las distracciones de un sacerdote en la santa Misa.
Tuve también una visión acerca de las faltas cometidas en el servicio divino celebrado en la tierra y vi como estas faltas son suplidas y remediadas de modo sobrenatural. Pero me es difícil y aún imposible decir cómo he visto todo esto; cómo se comprenden y se armonizan entre sí todos estos cuadros y cómo cada uno de ellos se explica y aclara en otro.
Es muy de notar que las faltas y negligencias cometidas en la celebración del culto aquí en la tierra sólo hace culpable al que incurre en ellas, porque el culto divino debido al Señor se compensa y se suple de un modo más elevado. Así se me representan principalmente, entre otras faltas, las distracciones de los sacerdotes mientras ejercen el ministerio, por ejemplo, mientras celebran la Misa; veo al sacerdote allí donde están sus pensamientos y entre tanto veo en el altar, en lugar de él, a un santo que hace sus veces.
Estos cuadros muestran de un modo espantoso la gravedad de la culpa del que celebra los sagrados ministerios sin devoción ni atención. Así, por ejemplo, veo salir de la sacristía a un sacerdote revestido para decir misa; pero en vez de acercarse al altar, sale de la iglesia y se dirige a una fonda, o a un huerto, o va a cazar a casa de alguna persona, o a leer, o a alguna reunión; lo veo aquí o allá, adonde van sus pensamientos, precisamente como si él fuese en persona a esos lugares, lo cual causa compasión y vergüenza. Pero es conmovedor ver que, entretanto, un sacerdote santo celebra los divinos oficios en lugar de aquel otro que divaga. Con frecuencia veo al tal sacerdote alguna vez en el altar, pero muy pronto se vuelve a otro lugar poco conveniente. A veces veo que estas distracciones duran largo rato. La enmienda se me representa en estos casos en forma de constancia y recogimiento en el culto.
En varios lugares veo quitar mucho polvo y basura de los vasos sagrados, los cuales se vuelven resplandecientes y como nuevos.
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3. Ve la excelencia y la significación de la santa Misa.
(Mediados de Agosto de 1820)
Veo en todas partes sacerdotes rodeados de las gracias de la Iglesia y de los tesoros de los méritos de Jesús y de los santos, enseñando, predicando y ofreciendo el santo Sacrificio, pero muertos y tibios espiritualmente. Me fue mostrado un pagano que en lo alto de una columna hablaba de un nuevo Dios, con tal elocuencia que todo el pueblo se conmovió y participó de sus sentimientos y deseos.
Estas visiones me han turbado de día y de noche, tanto que no sé qué partido tomar. El estado actual de miseria y corrupción se me muestra en relación con un estado anterior mejor que el actual, y así tengo que orar sin intermisión.
¡Cosa monstruosa es celebrar indignamente la Misa! ¡Oh! ¡no es indiferente el celebrarla bien o mal! Supe por un cuadro inmenso de los misterios de la santa Misa, que todo lo que hay de santo desde el principio del mundo se refería a ella. He visto el Alfa y el Omega. He visto la significación del círculo, de la forma redonda de la tierra y de los cuerpos celestes, de los contornos redondos de las apariciones y de la hostia. He visto la correlación de los misterios de la Encarnación, de la Redención y del santo sacrificio de la Misa y cómo María comprende lo que ni el mismo cielo puede comprender. Estas visiones se extendían a todo el Antiguo Testamento. Vi los sacrificios desde la primera oblación y entendí la admirable significación de los santos huesos. Vi la significación de las reliquias de los altares donde se dice la Misa.
Vi los huesos de Adán descansar en el monte Calvario y por cierto algo sobre el nivel del mar, exactamente bajo el lugar en que Cristo fue crucificado. Miré dentro de una cueva y vi el esqueleto de Adán. Vi que las aguas del diluvio habían dejado intacto este sepulcro; que Noé tenía en el arca parte de esos huesos; que los puso en el altar cuando ofreció el primer sacrificio, como después hizo Abrahán, y que los huesos que éste colocaba en el altar eran los mismos de Adán, que había recibido de Sem. Así la muerte de Jesucristo en el Calvario, sobre los huesos de Adán, es una significación de la santa Misa, que se celebra sobre las reliquias que están en el arca del altar. Los sacrificios de los patriarcas eran una preparación a este sacrificio de la Misa. Así, mediante los huesos que los patriarcas ponían sobre el altar, recordaban a Dios sus promesas.
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4. Ve a Noé y a Moisés ofrecer sacrificios.
Vi a Noé ofrecer en el arca sacrificios de incienso; el altar estaba cubierto de blanco y rojo. Siempre que sacrificaba u oraba ponía en él los huesos de Adán. Estos huesos los poseyó luego Abrahán, a quien los vi poner en el altar de Melquisedec. La parte posterior del altar miraba al norte. Los patriarcas edificaban siempre el altar en esta posición, porque el mal venía del Norte.
También vi a Moisés orando ante un altar donde estaban los huesos de Jacob. Cuando derramaba sobre el altar alguna cosa, levantábase una llama y en ella echaba el incienso y los perfumes. En la oración conjuró a Dios por la promesa que el mismo Dios había hecho a aquellos huesos. Oró muy largo tiempo hasta que le rindió el cansancio; pero a la mañana siguiente se levantó para orar de nuevo. Moisés oró con los brazos en cruz. Dios no puede resistir a esta oración, pues su propio Hijo ha perseverado orando así en la cruz hasta la muerte. Como había visto orar a Moisés, así vi también orando a Josué cuando el sol se detuvo por su mandato.
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5. Ve a la Virgen y a San Juan en la representación de la santa Misa.
He invocado a Dios Padre pidiéndole que se digne mirar a su divino Hijo, que a cada instante satisface por los pecadores, que ahora mismo se ofrece y se ofrece incesantemente de nuevo. Entonces he visto la representación del Viernes Santo y que el Señor se ofrece en el altar del sacerdote celebrante como se ofreció en la cruz y he visto de un modo vivo, al pie de la cruz a María y al discípulo Juan. Esto lo veo a cada momento, de día y de noche, y veo la comunidad de los fieles, si oran bien o mal, y cómo desempeñan los sacerdotes su ministerio. Veo primeramente a la iglesia de aquí y después las iglesias y comunidades próximas, como se ve a un cercano árbol cargado de frutas y alumbrado por el sol, y a lo lejos, otros, agrupados o formando bosques.
Veo a todas horas, de día y de noche, las misas que se dicen en todo el mundo y en comunidades muy remotas! donde todavía se celebra como en tiempos de los apóstoles. Sobre el altar veo en visión una asistencia especial con que los ángeles suplen las negligencias de los sacerdotes. Por las faltas de devoción de los fieles ofrezco yo también mi corazón y pido a Dios misericordia. Veo a muchos sacerdotes que desempeñan su ministerio de un modo deplorable. Guardan las formas, pero muchas veces no se cuidan del espíritu. Siempre tienen presente que los está viendo el pueblo, y con esto no piensan que los ve Dios. Los escrupulosos quieren convencerse de su propia devoción.
Muchas veces, durante el día, estoy viendo de esta manera la celebración de la Misa por todo el mundo; y cuando me dirigen alguna pregunta, me parece como si tuviera que interrumpir una ocupación para hablar con un niño curioso. Es tanto lo que Jesús nos ama, que perpetúa en la Misa la obra de la Redención; la Misa es la redención oculta que se realiza constantemente en el Sacramento. Todo esto lo vi desde mis primeros años y creía que todos los hombres lo veían como yo.
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6. Ve una representación de la misa sacrilega.
Cuando vi a mi derecha la espantosa imagen del niño crucificado, me volví a la izquierda; pero seguía viéndolo. Entonces pedí a Dios que se dignara librarme de aquella escena y mi Esposo celestial me dijo: «Mira otra cosa peor aún; mira cómo me tratan diariamente en todo el mundo». Vi entonces a los sacerdotes que celebran la Misa en pecado mortal. Vi la Hostia sobre el altar, como un niño vivo, y vi que era despedazado en la patena y ofendido de un modo horrible: sacrificarlo así es asesinarlo.
Vi además un número indecible de infelices que son hoy en día oprimidos, atormentados y perseguidos en muchas partes y vi que todo esto sucedía como en la persona del mismo Jesús. Son malos estos tiempos y no hay recurso alguno. Sobre el mundo se extiende una niebla espesa de pecados y todas las cosas se hacen con tibieza e indiferencia.
También en Roma vi a malos sacerdotes atormentar de esta manera al Niño Jesús en la Misa. Ellos querían ver al Papa y exigirle una cosa muy peligrosa. Pero el Papa veía lo mismo que yo: que un ángel los rechazaba con una espada desnuda siempre que pretendían acercarse a él.