Un amigo mío cubano, crítico con el comunismo, se enfrentaba con ironía al tan repetido slogan de Fidel Castro: «Socialismo o muerte». Lo transformaba en «Socialismo o muerte, valga la redundancia».
Lo mismo cabe decir del Marxismo, de la Memoria Histórica y de la muerte, todos ellos son redundantes. El Marxismo fue la esencia del Frente Popular y de ahí los crímenes del bando Rojo antes y durante la Guerra Civil. Hoy en día la Memoria Histórica quiere lavar la cara al Marxismo.
Obviamente hubo también crímenes en el Bando Azul, en el contexto de la Guerra. Asimismo, cuando terminó la Guerra, el Bando Azul quiso hacer justicia sobre los crímenes realizados por el Bando Rojo durante ese periodo. Eso dio lugar a la Causa General contra los criminales denunciados, los cuales fueron objeto de juicio por los tribunales. Hubo condenas de muerte, muchas de ellas conmutadas por penas de prisión, muchas de las cuales, fueron después indultadas dando lugar a que en su gran mayoría los condenados quedaran en libertad a mediados de los años cuarenta. Pregunten a Pablo Iglesias por el caso de su abuelo paterno, Manuel Iglesias Ramírez (1913-1986), militante del PSOE, que fue uno de esos múltiples casos de indulto.
Lo que ni el Bando Rojo, ni quienes lo alaban hoy, pueden excusar es el golpe de estado armado, encabezado por el PSOE y la UGT, de octubre de 1934 contra la República que ocasionó 1.500 muertos para lograr derrotarlo y mantener el régimen republicano democrático.
Tampoco pueden excusar la actuación de las checas que en el Bando Rojo durante la Guerra Civil, actuaron al margen de los tribunales de la República, ante la pasividad cómplice del Gobierno del Bando Rojo, deteniendo, torturando, asesinando y dando el “paseíllo” a muchos españoles por el delito de ser de derechas o católicos. Las cifras son aplastantes. En su detallado libro “Checas de Madrid”, César Vidal enumera, una a una, 225 checas que ni el Gobierno de la República ni la Justicia controlaron. Asimismo, da una larga lista nominativa de 11.705 asesinados por el Bando Rojo en Madrid y provincia, bajo el Gobierno del Frente Popular. A las checas de Madrid, Cesar Alcalá, en su libro “Las checas del Terror” añade y enumera 46 en Barcelona, 35 en Valencia, 12 en Alicante y 8 en Castellón. Así como tres barcos-prisión en Barcelona, dos en Tarragona, siete en Valencia y Alicante, tres en Castellón, uno en Santander, dos en Bilbao y tres en Baleares. Ni el Gobierno ni la Justicia de la República controlaron los desmanes, torturas y asesinatos que ocurrieron en las checas y en los barcos prisión.
Por otra parte, derivada de la frase de Marx “la religión es el opio del pueblo”, hubo una terrible persecución contra todo lo que tuviera alguna conexión con lo religioso, fueran personas, inmuebles o monumentos. Baste con señalar las 6.832 personas, sacerdotes o religiosos que fueron asesinados por el Bando Rojo, en muchos casos de forma especialmente cruel, por la mera razón de ser personas dedicadas a la religión. La relación nominativa de todas ellas aparece en el libro “La persecución religiosa en España 1936-1939” de Antonio Montero.
A estas alturas de la historia, ochenta y cinco años después de terminada nuestra Guerra Civil, y cincuenta años después de haber realizado la Transición basada en la Reconciliación, a la Democracia, la Memoria Histórica, con la intención de ajustar cuentas con el Bando Azul, carece del menor sentido. La única Memoria Histórica que cabría, sería la de hacer justicia ante los crímenes de ETA, pues ni siquiera han tenido hasta ahora el gesto de pedir perdón.
Cosa bien distinta a la sesgada Memoria Histórica son los estudios históricos sobre la España del siglo XX ya que “la verdad nos hace libres”. Bienvenidos sean esos estudios para que la verdad de los hechos se conozca y para que las opiniones se fundamenten en ellos.
Conviene que todos tengamos información suficiente para hacer un juicio razonado de nuestra historia del pasado siglo y ello compete, especialmente, a los partidos políticos los cuales, según nuestra Constitución, “concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular”. Deberían ser muy conscientes de que sobre la base de la Mentira Histórica, no se contribuye a dar formación adecuada a los ciudadanos.
Por un lado, el PSOE es culpable de haber olvidado que en 1979, con Felipe González, había renunciado al Marxismo y por tanto a la URSS, a Cuba y a todos los países de Europa del Este y del mundo que lo habían tomado como eje ideológico de sus criminales regímenes comunistas. Pareciera que ese asunto debería estar hoy zanjado, máxime cuando veinte años antes en 1959 el partido Socialdemócrata alemán en su famoso congreso de Bad Godesberg había repudiado al Marxismo.
Pero también el PP, con su obsesión por ser el centro súper centrado, ha dejado de lado la crítica al Marxismo o a la Memoria Histórica (véase la pacata actitud de Moreno Bonill que no se atreve a derogar la ley de Memoria Histórica que aprobó el PSOE en Andalucía, apenas un año antes de ser desalojado del poder).
Con eso el PP demuestra, por un lado, ignorancia de lo que es el Marxismo y, por otro, falta de visión ideológica estratégica, pues se acobarda y achica cuando se le acusa de franquista, en vez de tomar la iniciativa y exigirle a la izquierda que renuncie y condene la ideología marxista por su carácter violento, antidemocrático y criminal. (Bastaría con que los políticos del PP se leyeran el Manifiesto Comunista de Marx y Engels para que se dieran cuenta de que el Marxismo propugna la violencia, lo cual es criminal, para destruir al Estado de Derecho, lo cual es antidemocrático). ¡Políticos del PP, no os sintáis inferiores moral e intelectualmente ante quienes aplauden la ley de Memoria Histórica o la ideología marxista!
La creación de una España solidaria y unida, con voluntad de tener un papel importante para promover un mundo en armonía, no será posible, hoy por hoy, mientras que el PP no se forme y sus líderes no sean conscientes de que la Libertad, la Justicia y la Fraternidad son incompatibles con el silencio y la pasividad ante el Marxismo.
Ante el futuro inmediato de España no basta con que el PP ostente el estilo Rajoy, es decir la bandera de una mejor gestión económica. Si sigue por ese camino estará haciendo un flaco papel a nuestra nación y los ciudadanos se lo harán ver en las elecciones.
Ha llegado el tiempo de Trump, de Bukele, de Meloni. No sigamos asumiendo estereotipos infundados sobre el Progreso y el Orden como si ambos fueran contrapuestos. Para que el binomio Libertad y Responsabilidad, individual y colectiva, funcione, es necesaria una clara alternativa ideológica que plante cara al Marxismo y al Wokismo (el Nazismo, felizmente, está muerto, aunque vibra en los nacionalismos excluyentes, pero ¡cómo es posible que aún no se haya enviado al Marxismo al basurero de la historia!). En 1997, el Libro Negro del Comunismo, detallaba los 100 millones de víctimas que los regímenes comunistas/socialistas han ocasionado en los distintos países donde han implantado sus dictaduras. Hoy, en 2024, habría que sumarle varios millones más. En suma, unas diez veces más de víctimas que el nazismo, cuya cruel dictadura estuvo en el poder 13 años, mientras que el comunismo ha superado con holgura los 70 años. (Nuestro país hermano, Cuba, con su boina del Che Guevara, está bajo una dictadura, creada por el gallego Fidel Castro, muy cercana a esa cifra) ¿Cómo no nos llama la atención que las dictaduras de derechas duran, como mucho, la mitad de tiempo que las de izquierda?
«Sí, se puede» es un bonito eslogan, pero hay que dotarlo de claridad y contenido. Para ello hay que mojarse. No basta con ser miembro silencioso de un aparato político por aquello de que el que se mueve no sale en la foto. La ideología de la Fraternidad, la Unidad y la Democracia es absolutamente contraria al Marxismo y a la Memoria Histórica. El actual PSOE se ha olvidado de todos los valores que propugnaba cuando llegó al poder en 1982. Ha llegado el momento de una alternativa de derecha, con valores claros, que no pretenda solamente ser una gestora eficiente de la economía. Los vientos soplan en esa dirección. El PP es aún, hoy por hoy, el partido que recibe el voto mayoritario de los ciudadanos, pero las cosas cambian. Sería muy conveniente para la España actual que el PP se forme y tome posición ideológica concreta. Si no lo hace, otros tomaran su lugar. La Libertad, la Justicia y la Fraternidad no son un mero eslogan. Necesitan un fundamento ideológico que las sustente e implemente para que puedan ser plasmadas en la realidad.
Autor
- Administrador Civil del Estado.
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