09/11/2024 03:03
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Rosa María Ber Miralles. Casada y madre de familia. Natural de Horta de San Juan (1977) provincia de Tarragona, actualmente vive muy cerca de Tarragona. Desde hace ocho años difunde y estudia la figura y obra del beato Francisco Palau, un caso único en la historia de la Iglesia. Desde que se encontró ante su sepulcro y empezó a leer, comprendió que no podía quedárselo para ella sola. Desde entonces, la Providencia ha ido abriendo puertas. Da charlas y lleva una reliquia de primer grado para que la gente la pueda venerar. Los santos están más vivos que nosotros y nos ayudan. Para ella poder llevar al P. Palau al prójimo es una gracia grande. El P. Palau no deja indiferente a nadie. “Mil vidas daría yo por tan solo un alma” P. Palau

¿Por qué no se habla tanto de la faceta del beato Padre Palau como exorcista?

Porque hablar del Padre Palau exorcista implica muchas cosas. Se podría decir que pone el dedo en la llaga. La doctrina de su exorcistado se inspira en la Palabra de Dios, en las Sagradas Escrituras. Desde textos evangélicos hasta el Apocalipsis.

El mismo San Miguel Arcángel le habla y al hacerlo se le identifica desde este último libro canónico:” Yo soy el Ángel de quien habla el capítulo XX del apocalipsis, a mi está confiada la custodia del Pendón del Carmelo (…) Vengo a ti enviado por Dios para instruirte sobre el porvenir de la Orden a la que perteneces, para que sepas la misión que has de cumplir y su forma.” El mismo Arcángel le manifestó un misterio, el misterio de la iniquidad.

Su exorcistado no se ocupaba solamente del sufrimiento de individuos particulares, sino que iba dirigido a atacar al “fuerte armado” dirá. Y este se divide en dos: la revolución y la posesión. En definitiva, contra el dragón (Ap,12): “El ministerio del exorcistado tiene una importancia inmensa, no por la curación del individuo, sino por su objeto que es la victoria de la Iglesia contra el diablo en el campamento designado por Dios. Y esta victoria es la salvación del mundo”.

La misión del P. Palau iba mucho más allá de lo que hoy conocemos.

Así es. Fue fiel discípulo de San Elías, al que imitó durante toda su vida, santificándose siguiendo las huellas de sus Padres espirituales: San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús y eso como carmelita exclaustrado, pero fiel a sus votos hasta el último suspiro.

A partir de 1860 después de una larga noche oscura, comenzó su experiencia mística con la Iglesia. Primero a través de algunas de las santas mujeres del antiguo testamento, figuras de la Iglesia y de María, hasta que en 1864 se le reveló la Santísima Virgen María como figura perfecta y acabada de la Iglesia. De su experiencia mística deriva todo. Experiencia que le llevó al desposorio y unión con la Iglesia. El “escenario” principal fue el Monte Carmelo, por todo su significado bíblico.

Sin embargo el famoso exorcista Gabriel Amorth lo tenía como una de sus grandes referencias… ¿Por qué?

El conocimiento que el P. Amorth tenia del beato probablemente le venía de su formador, el P. Cándido Amantini, pasionista fallecido en olor de santidad. El P. Palau repartió copias del opúsculo “El exorcistado” a los Padres de lengua española en el Concilio vaticano I (1870), quizá se encontraron con alguna copia en algún archivo italiano, quizá durante el proceso de beatificación (24/4/1988), pero son conjeturas…No se ha llegado a hablar de ello públicamente, aunque el P. Amorth lo nombre en varios de sus libros.

Pero lo cierto es que el exorcista de la diócesis romana entendió muy bien la misión que llevó al P. Palau a viajar dos veces a Roma (1866 y 1870). El beato explicaba como la falta de fe sobre la existencia de los demonios, fe a la que debía acompañar el ayuno, penitencia y oración, hizo que se oscureciera la importancia del ministerio del exorcistado y eso provocó que los demonios tomaran libertad y fuerza, poder y dominio sobre la tierra.

Actualmente podemos ver que esto es una realidad en nuestro tiempo.

Igualmente destaca mucho su capacidad para detectar posesiones detrás de muchas enfermedades y liberó a muchas personas de Satanás… ¿Puede hablarnos de estos casos?

Yo voy a cumplir lo que te he prometido: esto es lo que te dice, manda y ordena Dios: En mi nombre lanzarás los demonios, impondrás las manos sobre los enfermos y quedarán curados.” Le dirá San Miguel.

La enfermedad es consecuencia del pecado original. Algunas veces la posesión va acompañada o se manifiesta por alguna enfermedad o se le parece, otras no. El exorcistado del P. Palau estaba ordenado a destruir toda la obra del demonio.

El día segundo de navidad (1864) nos trajeron un mudo (José Ribó, 19 años, enfermo desde los 12), natural de Horta (barrio barcelonés) hijo de una pobre lavandera viuda. Tenía la boca cerrada desde hacía tres meses y ni hablaba, ni comía, ni bebía. Practicando los exorcismos, el viernes 30 de diciembre quedó sano. El joven confesó y comulgó. Varios testigos presenciaron el caso, entre ellos los que le sostenían. La presencia del Cielo se hizo sensible a todos. El joven gritó que Nuestra Señora del Carmen lo había curado.” Las palabras de San Miguel se cumplieron.

Otro día era una joven neurótica, víctima de frecuentes ataques, acompañados de terribles convulsiones, arrancaba sus cabellos y destruía cuanto le venía a las manos, profiriendo horribles blasfemias. Otras veces observaba que se presentaban parálisis repentinas …

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Se lamentaba el beato de que muchas de estas personas terminaban en los manicomios y su situación no dejaba de empeorar.

También debo decir que la capilla de Santa Cruz de Vallcarca, aparte de cuidar y curar a todas esas personas, era sobre todo un confesionario al que todos acudían, con exorcismos o sin ellos. De hecho, cuando le prohibieron los exorcismos aún hubo algunos a través del sacramento. Así un día se vieron subir del puerto de Barcelona a unos 50 marineros a la vez, a primera hora de la madrugada.

Quizá este fue uno de los motivos por el que fue tan perseguido…

Por lo menos el principal en la última etapa de su vida… Ya había sufrido exclaustración, prisión, exilio, destierro, lo habían intentado matar. etc… En este momento, octubre de 1870, fue puesto dos meses en prisión, primero con todos los que se encontraban en la capilla, para luego quedar solamente detenidos el Padre, dos de sus hermanos, Juan y Rosa Palau, los dos fallecidos en olor de santidad y uno de sus discípulos, Gabriel Brunet. El último “golpe” fue la suspensión de todas sus licencias ministeriales por lo que ya tuvo que abandonar Barcelona. De hecho, este es el motivo por el que la Casa Madre (de las Carmelitas Misioneras Teresianas) donde está su cuerpo, esté en Tarragona donde murió (20/3/1872). La vida del P. Palau es de película…

Pero lo más destacable en la persecución que sufrió fue su obediencia. Se aconsejaba por personas doctas y prudentes, de autoridad. A sus superiores, al procurador general del Carmelo Descalzo de la congregación española en Roma, al Santo Padre Pío IX en 1866, a los padres del Concilio, como he dicho antes y hasta al mismo San Antonio María Claret que hablaba también desde su experiencia como misionero. Él estuvo detrás de que Isabel II pusiera fin al destierro del P. Palau en Ibiza. Si se imaginan la que se “armó” en Vallcarca, era normal que el P. Palau no fuera tan comprendido. De sus experiencias místicas se supo cuando murió.

Así explica el beato:

Los demonios son ángeles revolucionarios y forman en el mundo intelectual una potencia o reino independiente y distinto al de los ángeles buenos y al de los hombres. Constituyen juntos un ejército, un solo cuerpo al que la Escritura da el nombre de Dragón (Ap.12,9). Y se han aliado y asociado con los hombres malos para destruir, en el hombre y por el hombre, a Cristo y su Iglesia. Esto es el maleficio.

En su contra, Dios se ha unido con el hombre para destruir, por el hombre, la obra del diablo y esto es el Exorcistado”

¿Cuál es el principal legado que nos dejó como exorcista?

Sin duda, como hijo de los profetas y de su conocimiento de las Sagradas Escrituras: su mensaje, podría decir también su profecía. Pero veo videos en internet sobre ésta y luego muchos solo se quedan en eso. No, el legado del P. Palau es más que conocer las consecuencias del pecado en el mundo, que también: “Nada sucederá a los hijos de Adán, peregrinos sobre la tierra, que Dios no lo haya prevenido y revelado. Se entiende de cuanto afecta gravemente a la sociedad humana (…).” Como exorcista, como hijo de los profetas, su legado es el grito de un Padre de almas llamando a la conversión, a vivir imitando las virtudes de la Santísima Virgen María: “¡católicos! ¡a las virtudes!”. A Satanás se le da poder y fuerza con el pecado que deriva en la incredulidad de las naciones. La oración junto a la penitencia es el arma infalible.

De hecho, en Vallcarca precedían a los exorcismos ejercicios espirituales, cuando se podía, claro.

Y lo que es muy importante tener claro porque así también nos lo dice el catecismo (p. 677), la Iglesia expulsará a Satanás del mundo siguiendo los mismos pasos que su Redentor.

El mensaje del P. Palau nos lleva a la esperanza y al entusiasmo por vivir el evangelio, esta es la manera en que vencemos al demonio: “Todos los demonios forman un cuerpo de guerra en lucha continua contra la Mujer, encarnados en la revolución y su arma poderosa es la tentación de los siete vicios capitales”.

Amar y entregarnos a la Iglesia por María. Dios en su Providencia guía la historia de la humanidad, la historia de la salvación:

A Dios no le faltan operarios para la edificación de la Iglesia. Todas las criaturas sirven en sus manos, o como instrumentos, o como ministros, ángeles buenos y malos, hombres santos y perversos, todos están ordenados a la edificación de la Jerusalén Celeste. Dios en su sabia Providencia no dejaría, ni demonios, ni malos hombres sobre la tierra, si de ellos no se sirviera para bien de los escogidos.”

El triunfo de Cristo y de su Iglesia es infalible y este triunfo implica la conversión a Dios de los hombres, de las naciones y de sus leyes.

¿Cuáles han sido las enseñanzas más reseñables al respecto?

El beato nos muestra hacia donde mira el exorcistado, la misión que le ordenaba el Cielo:

1º. Satán desencadenado y libre en estos últimos siglos, se ha apoderado y posee todos los poderes de la tierra e intenta formar con ellos un imperio anticristiano, que domine todas las naciones del mundo. Y este proyecto se realizará.

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2º. Él es el príncipe de todos los poderes que en la tierra se levantan contra Cristo y su Iglesia.

3º. Al imperio anticristiano ha de suceder el imperio universal de la Iglesia, porque el Padre dio en herencia a su hijo todas las naciones del mundo. Jesús las adquirió con su sangre y las entregó a su esposa, la Iglesia. Y, por lo mismo, ha de llegar la época en que esta las ha de poseer y gobernar.

4º. Para sacarlas del poder de los reyes y los demonios que la corrompen, ha de preceder una batalla horrenda, tan general y universal cual nunca haya sido desde el principio del mundo. Y, en esta batalla, han de lidiar todas las fuerzas de Satán y Jesucristo.

No caerá la revolución sin que antes sea aplastada su cabeza, que es el diablo. ¿Quién la ha de aplastar? Aquella de quien está escrito “Una Mujer te aplastará la cabeza (Gen 3,15)” ¿Quién es esa Mujer? Es la Iglesia y es María.

Cuando le fue prohibido seguir con este ministerio y en Roma no se llegó a decir nada sobre la petición del Cielo de una orden de exorcistas dirigida por el Santo Padre y casas de asilo por todo el orbe cristiano, no por eso perdió la esperanza. Anunciaba con gran celo que Dios enviará a su Iglesia un auxilio extraordinario: Otra misión, la misión de Elías, de restauración. Unos apóstoles y al frente de ellos el Elías prometido. Un misterio tras el que el mundo verá el triunfo del Corazón Inmaculado de María, su reinado que preparará el reinado de Cristo. Así lo anuncia el beato: “El mundo no se salvará sin María, la tierra no verá una restauración sin María.”

¿Qué textos podríamos recalcar?

Pues en esta materia, un breve escrito “El exorcistado” (observaciones dirigidas a los Padres del Concilio Vaticano I).

Y “Mis relaciones con la Iglesia”, aunque es un poco difícil su lectura y especialmente muy recomendada para los sacerdotes, podemos descalzarnos ante la tierra sagrada que pisa el beato, el misterio de la Iglesia, el Misterio de la Santísima Trinidad en Ella.

Por eso solo a través de la Santísima Virgen, desde la Plenitud, en su unión única con el santísimo misterio, hacia el que la Iglesia se dirige en el tiempo, podía dársele a conocer al beato.

La maldad ha llegado a su apogeo gradualmente, la noche ha cubierto el orbe insensiblemente, poco a poco, por grados, siguiendo en el mundo moral el tiempo por su carrera. El no creer en las tinieblas ni en la maldad que estas esconden, es el último de todos los males.”

Se presenta en el campo de batalla el Príncipe de la Gloria, el Espíritu Santo elige sitio, es el desierto. Jesús va a la soledad, ora, ayuna, duerme sobre el duro suelo y empieza la batalla. Jesús vence y el diablo es arrojado de su presencia: “vade retro Satana” le dice, y el tentador huye completamente derrotado. El vencedor sube al monte Gólgota, allí eleva una bandera, su cuerpo sacrosanto es inmolado sobre la cruz y queda constituido como precio de la redención para todas las naciones. El tribunal de la redención decreta desde el Gólgota que los demonios sean encadenados y arrojados al abismo por el ministerio de la Iglesia, y al efecto se da este poder y misión a Pedro. Pedro entra en lucha y vence. Su triunfo contra las potestades del infierno es la ruina del paganismo y la conversión a Dios de todos los reyes de la tierra. Para entrar la Iglesia en posesión de su herencia que son las naciones todas, eran indispensables dos actos: el uno está ya consumado, cual es formarse, organizarse en un cuerpo de ejército preparado para la batalla. En esta organización ha empleado XIX siglos- Tras este acto viene naturalmente el segundo, que tiene por objeto desalojar de su heredad al que actualmente la posee, el diablo. Tras esta batalla y tras esta victoria viene el Reino de Jesucristo y la paz de la Iglesia” P. Palau

Casi todos los escritos del P. Palau se pueden descargar en las páginas de las Carmelitas Misioneras Teresianas y Carmelitas Misioneras.

https://cmtpalau.org/raices/padre-fundador/escritos/

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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Geppeto

El diablo es el dueño de la Iglesia Católica

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