23/11/2024 23:11

Los geógrafos y los historiadores tienen vedado las referencias a la Providencia, pero los que no lo somos, tenemos abierta la mirada a esas interpretaciones, que si bien, por la cuestión del método, no pueden considerarse como científicas, si pueden acercarse a la verdad del misterio de la existencia del universo.

Un mapa, como una chimenea o como el mar, es un lugar donde se puede uno ensimismar contemplándolo quedando absorto bastante tiempo y quedando el mapa incorporado a la memoria. Con la observación de distintos mapas creo que he comprendido mejor como influyen las condiciones naturales en cómo se han desarrollado unos acontecimientos históricos concretos.

Mirando el Mediterráneo en el mapamundi, se advierte que es como un pliegue hacia el interior de la tierra, para facilitar el nacimiento de la civilización. El Mediterráneo es el útero de Occidente. Egipto generó una cultura de mucho nivel, en matemáticas o con la construcción de las pirámides, que encierran misterios sorprendentes, pero Egipto, a pesar de limitar al norte con el mar Mediterráneo, fue una civilización endogámica, lo que se reflejó hasta en la corte faraónica. Egipto gira sobre su eje que es el río Nilo.

Los miles de islas griegas están hechas para que nazca la civilización, a través de dos conceptos: la relación y la cultura. Los navegantes iban de isla en isla entre las 5.000 existentes, pero no sólo iban, sino que iban y volvían generando a través del comercio una relación de pueblos diferentes que permanecían diferentes aunque enriquecidos mutuamente por el comercio y el conocimiento de sus realizaciones culturales. Las poblaciones habían entrado en relación.

Como el comercio genera una riqueza más o menos acumulada, la población, gozando además de un clima benigno, posibilitó la dedicación de las clases más adineradas al desarrollo de la razón, cualidad humana que responde a la necesidad de preguntarse para obtener respuestas de las muchas realidades que se le presentan a sus atónitos ojos. Así surgen los presocráticos, Heráclito y Parménides y el trío de filósofos que establecieron los métodos de pensamiento, Sócrates, la mayéutica, Platón, la dialéctica y Aristóteles la lógica.

Este nacimiento del uso correcto de la razón, y esta forma de vivir en relación de unos pueblos con otros, fue ampliando su radio de acción y llegó a esa península que divide los mares Adriático y Tirreno, es decir el Mediterráneo, facilitando nuevamente la relación entre pueblos al estar situado el brazo de tierra en el medio del mar y con ello facilitó enormemente las relaciones inter-mediterráneas hasta constituir el Imperio Romano con sus logros, militares, jurídicos, políticos, de obras públicas, edificios urbanos y templos a sus dioses. El fundamento grecolatino había dado a luz a la civilización Occidental, la más definitoria de la historia.

LEER MÁS:  Carmen Calvo y las vesículas. Por Alejandro Descalzo

En ese mundo que presentaba una imagen de plenitud nació el Mesías que había sido prometido a un pequeño y singular pueblo monoteísta que tras ser perseguido cruelmente posibilitó la conservación de la cultura cuando la invasión de los pueblos bárbaros terminaron con el imperio romano. Y fruto de esa conservación cultural y fruto asimismo de la fidelidad al Dios de los cristianos prometido a los judíos, se produjo la eclosión que generó la Europa cristiana.

Con ello se ve claramente cómo el desarrollo que he comentado fue posible por la configuración geográfica del mar Mediterráneo y la tierra que lo circunda y ello condujo a la plenitud de los tiempos que con la paz Octaviana acogió el nacimiento del Hijo de Dios, Jesús de Nazaret.

Sigamos adelante. El mar Mediterráneo está cerrado en su extremo occidental por la península ibérica, singular península que presenta dos áreas. Una, que siguiendo el cauce del río Iber, río que dio nombre a la península, mira hacia el Mediterráneo, siendo una zona templada de vida fácil e inclinada al comercio. La otra, con cinco cuencas que vierten al atlántico, dos mesetas de elevada altitud sobre el nivel del mar, de clima severo, sobre todo en la submeseta norte, que ha formado personalidades recias, combativas, austeras y dispuestas a vivir defendiendo un ideal, como Rodrigo Díaz de Vivar, Isabel I, Teresa de Ávila o Juan de la Cruz. Esta península cierra igualmente el gigantesco continente Eurasia y es cercana al continente africano y también es la tierra más occidental del continente.

El reino de Castilla y León gobernado por Isabel I, castellana de ascendencia también portuguesa, conquistó las Islas Canarias en 1477, y, providencialmente, como casi todas las islas del Atlántico dependieron del reino de Portugal, (Madeira, Azores, Cabo Verde) con el que la reina no quería problemas, ella se decidió a aceptar la propuesta novedosa y arriesgada de Colón de navegar hacia el desconocido occidente para llegar a las Indias siendo ello posible porque, también providencialmente, las islas canarias se sitúan en un lugar del océano en el que soplan los vientos alisios, que cuando la navegación se realizaba a vela eran indispensables. Así es como gracias a ellos se acabó por descubrir el nuevo continente, pudiendo también regresar, porque Colón sabía volver, y con ello se posibilitó una relación y un enriquecimiento cultural mutuo que en este caso, gracias al criterio de la reina católica, comprendió los aspectos religioso con la evangelización, jurídico con las audiencias, sanitario con los hospitales, académico con la recuperación de las lenguas aborígenes y la fundación de Universidades. Porque España no se limitó a los puertos de mar, sino que fundaba ciudades en el interior. De América se trajeron productos no solo el quinto real del oro y de la plata, sino también el tomate, la patata, el maíz, etc. y sobre todo se crearon las condiciones necesarias para que se desarrollara la cultura autóctona de las poblaciones nativas y mestizas por la fusión de las etnias, impidiendo el nacimiento de la reacción racista que lamentablemente ha existido en los fenómenos de la mayoría de las colonizaciones.

LEER MÁS:  Contrarrevolución católica en el sistema democrático moderno. Análisis de Fernando Romero. Por Javier Navascués

¿Por qué estaban allí puestas las islas del mar Egeo? ¿Por qué la península Itálica dividía el Mediterráneo? No se sabe pero allí estaban. ¿Por qué las Canarias fueron conquistadas por el reino de Castilla? ¿Por qué Isabel defendió su independencia como reina de la austera Castilla, tan poco inclinada al comercio como lo era toda el área peninsular que miraba al Mediterráneo? No lo sabemos pero así ocurrió.

Cuando se advierte una concatenación de acontecimientos y realidades físicas que han influido en la historia, no es razonable explicar lo ocurrido recurriendo al azar, porque todos sabemos desde que jugamos a la oca, en qué consiste el azar.

 La visión providencialista de la Historia y del medio en el que se ha desarrollado, no nos informa concretamente sobre nuestras decisiones actuales, pero la mirada hacia atrás nos hará comprender el significado de los acontecimientos que nos han ido permitiendo cumplir con el destino final de la historia y de la creación.

José Luis Montero Casado de Amezúa

Autor

Jose Luis Montero Casado de Amezúa
Jose Luis Montero Casado de Amezúa
Ingeniero Agrónomo.
A lo largo de su trayectoria profesional, Montero Casado de Amezúa ha desempeñado diferentes puestos de responsabilidad en el Ministerio de Agricultura, como jefe provincial del IRYDA en Cáceres (1981-1985), subdirector general de Coordinación Institucional (2002-2004), director general de SEIASA (2012-2014) o vocal asesor en la Dirección General de Desarrollo Rural (2014-2020), entre otros.
Suscríbete
Avisáme de
guest
2 comentarios
Anterior
Reciente Más votado
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
Sara

Buen articulo,sencillo, claro.
Un resumen muy cierto y verdadero. Con objetividad ha plasmado la pura realidad.
Muchas gracias José Luis.

Francisco

Gran y acertado artículo, José Luis

2
0
Deja tu comentariox