21/11/2024 16:02

Lawrence Olivier era actor. Salvando las distancias y en terreno patrio, encontramos a Blanca Portillo. La mayoría de compañeros de profesión sólo trabaja como actor. Al menos en España, las pantallas están tomadas por aspirantes que, pese a desgastar el nombre de profesores de arte dramático y escuelas de Nueva York y Londres, utilizan la misma gestualidad en cada papel, y no llegan a dominar el arte de la vocalización. No puedo pasar más de cinco segundos frente a la pantalla sin preguntarme a quién creen engañar, y despistarme incluso con una mota de polvo. Las comedias españolas suponen un insulto a la inteligencia de algunos. Puede que por eso cuenten con cierto éxito, hora y media de arlequinadas y fantochadas. Demasiados dramas causan risa, y la actuación de los intérpretes, que no saben dejar de interpretarse a sí mismos, resulta menos creíble que el concepto de igualdad.

Existen muchos actores sabidillos, oídos con más frecuencia expandiendo su docto saber, que ejerciendo su supuesto oficio. Se trata en realidad de una versión del modernito-progre, con un exhibicionismo reforzado. Una de sus características es la soberbia: soy grandioso sólo porque existo, y a causa de ello tengo derecho a recibir todo sin entregar nada a cambio, como mucho teatrillo de plazuela. Otro rasgo de estos actores es la ignorancia atrevida: apenas terminé la EGB/ESO y me expreso como si no hubiera abierto un libro desde entonces, empero lo sé todo. Los artistas o artistillas, al menos aquellos que pretendan trabajar, suelen ser apasionados izquierdistas, pese a resultar dudoso que hayan leído los tres tomos de El Capital (edición de 2275 páginas). Mientras, dan a luz en hospitales privados, vuelan en primera clase, viven en mansiones, y no pagan las horas extra a sus empleados. Olé. Muchos de ellos se manifiestan a favor del aborto. ¿Por qué no hacen una campaña denunciando que en Irán sólo se facilitan anticonceptivos a las mujeres cuya vida corra peligro durante el embarazo y parto? ¿Por qué no lo hacen también en contra de que millones de mujeres en el mundo musulmán atraviesen graves dificultades para recibir la custodia compartida si se divorcian? (los hijos se consideran una propiedad del padre). ¿Por qué no se rasgan las vestiduras en redes a causa de que en tantos países mahometanos sea social y legalmente aceptado que un hombre pegue a una mujer? (se considera una forma de «educación»). Nos disfrazamos de activista y mesías-salvador selectivamente, el gato come nuestra lengua cuando se trata del moro; a éste hay que lamer las botas. 

Es una realidad que la mayoría de faranduleros españoles no genera suficiente público como para vivir de su trabajo. Ello puede explicarse parcialmente con la pertinaz costumbre de tantos de escupir, cada vez que encuentran un micrófono, sobre el ideario de millones de españoles no izquierdistas, debido a que estos se abstienen de pagar por visionar sus grabaciones. Qué tolerante la izquierda. Qué adulta, qué madura: si no la veneras, si no la mantienes, organiza una manifestación-escena propia de un niño malcriado y prepotente. Grita y llora como una plañidera, melodramatiza hasta que la otra parte ceda, porque carece de argumentos o recursos más sofisticados. En lugar de buscar una ocupación rentable, como cada español, los histriones pretenden que el Estado les mantenga mediante subvenciones para poder vivir de crear un producto que sólo interesa marginalmente. Lo pretenden, y lo consiguen, porque en España el deber de trabajar es selectivo: los agricultores e ingenieros sí, otros no. Dichas subvenciones son aportadas en gran medida por aquellos que se niegan a ver bufonadas. Es decir, no importa la decisión que estos tomen, están obligados por ley a mantener a la ensoñadora y megalómana farándula. No se hace carrera en España siendo discreto, serio, realista y humilde.

Autor

Amaya Guerra
Amaya Guerra: "Aprendiz de todo, maestra de nada".
Aprendiz de todo y maestra de nada. Ferviente creyente en las Humanidades, en las posibilidades del ser humano de superar la crueldad, la estupidez y la ineficiencia, de lograr el avance de la civilización, mediante el cultivo del intelecto y la sensibilidad, mediante el reconocimiento de la experiencia, y la transmisión de valores morales (esfuerzo, seriedad, exigencia y disciplina).

En la actualidad sufrimos la misma falta de libertad de expresión y respeto a la diversidad en el mundo que en 1950: se ataca a la disidencia por el hecho de ser (aunque su comportamiento sea pacífico y legal). En época de guerra y algunas dictaduras, se fusilaba en el paredón, hoy se aniquila en internet, maquillándolo con la expresión "cultura de la cancelación". Silenciar todo lo que contravenga e irrite a uno, al tiempo que se desgastan los términos "tolerencia" y "diversidad".
Existen pocas verdades universales, la visión propia suele depender de la perspectiva desde la que se mira; ésta es la mía. No necesito seguidores ni palmadas en el hombro, sólo argumentos y contraargumentos.

Aquellos que no nos doblegamos ante el totalitarismo del siglo XXI (fin de las libertades individuales, verdad oficial, vigilancia y control absolutos del individuo a través de la tecnología), aquellos que no cedemos ante la deshumanización, encarnamos la Resistencia. Por lo tanto, unámonos... y ejerzamos.
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Proby

En 1950 había mucha más libertad de expresión que ahora. Y no se fusilaba a nadie por pensar de otra forma, sino por ser un asesino o un terrorista. Cambie usted ese maldito texto.

Miguel Sánchez Asenjo

Buenos días Amaya:

No sé quién eres, de nada te conozco y viendo el escrito que haces, me parece un folletín, de una novata incorregible. No puedo entender como te he leído, porque a fe, que nada he entendido.

Mezclas churras con merinas. Insinúas que la izquierda es pésima, pero mezclas al Franquismo con ella.

Y no solo eso, sino que aseveras, que la dictadura de Franco fue terrible y la censura mucho más. Tanta fue la dictadura, que la comparas con la que hoy día sufrimos.

No sé los años que tienes, ni me interesa, pero si sé que no tienes ni idea del Régimen de Franco, que veo que tan solo lo viviste, por lo que oíste de tu amada izquierda, que ha entrado con fuerza en tu mente.

En definitiva no me ha quedado de qué vas, ni lo que quieres decir. Ni sé si eres una hipócrita, que está contra la izquierda, cuando al parecer, disfrutas de ella o contra un Régimen por el que nada se prohibía y podías ir por la calle, presumiendo de todo y haciendo de todo, salvo fornicar en público dos tíos o dos tías, como ahora se hace.

Lo único que me ha quedado claro, es lo que tu misma representas:

Amaya Guerra: «Aprendiz de todo, maestra de nada»

Que disfrutes de tus galimatías. Un saludo,

Angela Feminia

Amaya, leyendo tu texto, es como que vas andando a la izquierda a la derecha al centro, estás como perdida, es una indefinición total, no te entiendo nada de nada.

Te recomiento que hagas un profundo análisis de quién eres y de que lado te situas en la vida

Geppeto

Es usted un maleducado y encima se las da de culto Usted insulta a esta señora a la que usted no le llega ni a la suela de los zapatos Usted es un garrulo al que le cuesta escribir más de dos frases seguidas Le exijo que se disculpe de los insultos a esta señora

Miguel Sánchez Asenjo

Eres un autentico personajillo despreciable y siniestro, amparado en el anonimato y escondido bajo la cama

Lola Cardona

Amaya ¿que se ha tomado Vd ? para escribir esto

Rafael F.

Amaya, me parece todo un quieroynopuedo. Aclárese, aclárese….

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