En homenaje a la Fiesta Taurina
¡ VIVA EL REY “JOSELITO” !
El más grande del mundo de los toros
Y comienzo con Joselito, el torero más grande de la Historia de la tauromaquia española.
Podía haber elegido a Niceto Alcalá Zamora, Pablo Iglesias, Ramón y Cajal, Serrano Súñer, Ortega y Gasset, Picasso y “Joselito” o Miguel de Unamuno, José Martínez «Azorín»,Pio Baroja, Ramiro de Maeztu, Valle-Inclán, Antonio Machado, Manuel Machado, Jacinto Benavente, Menéndez Pidal, Carlos Arniches, Muñoz Seca, Eugenio d,Ors, Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga, Claudio Sánchez Albornoz, Américo Castro, J. Ramón Jiménez, Pérez de Ayala, Fernández Flores, Gabriel Miró, León Felipe, F. García Lorca, Rafael Alberti, Jorge Guillen Álvarez, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Alejandro Casona, Ramón J. Sender, Max Aub, Jardiel Poncela, María Zambrano, José Bergamín, Miguel Hernández, Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco y otros más… pero en homenaje a los toros, la Fiesta Nacional española por excelencia (aunque le pese a los de siempre) , he elegido a “Joselito”, con mis deseos de que estéis donde estéis, playa, montaña, río, embalse, lagos o laguna os lo paséis bien y os llenéis de la alegría y el colorido que acompañan siempre a una corrida de toros.
Ahora, pasen y lean la vida de “Joselito”:
Capítulo 1. “Fue un monstruo”
Afortunadamente y para que sufran los enemigos de la Fiesta, tenemos la biografía “del más grande”:
José Gómez Ortega, hijo del matador Fernando Gómez el “Gallo” y de la bailaora gitana Gabriela Ortega, nació en Gelves (Sevilla), en la Huerta de “El Algarrobo” el 8 de mayo de 1895 y murió el 16 de mayo de 1920 en la plaza de toros de Talavera de la Reina (Toledo), cuando sólo contaba con 25 años y estaba en la cumbre de los toros. Se dice y se le consideró siempre como un “niño prodigio” del toreo, un genio que ya antes de cumplir los 13 años debutó en Jerez de la Frontera, matando magistralmente seis becerros de Cayetano de la Riva. De inmediato impactó por su estilo, por su capacidad de manejo de las dificultades de la lidia y sobre todo por su capacidad de entender las virtudes o limitaciones de los toros. “Su trayectoria de novillero fue dinámica y meteórica. El 14 de mayo de 1911, por resultar herido Limeño en Écija, tuvo que lidiar seis novillos del hierro de Salas. Su mejor año en 1912, cuando debutó como novillero en Madrid, el 13 de junio, en la plaza de la carretera de Aragón. Era una corrida de toros y dejó pasmados a todos por su competencia lidiadora. Ese mismo año lo hizo en Sevilla, días después, el 23 de junio. En los dos importantes escenarios alcanzó alturas insospechadas, causando sensación.
Toma la alternativa en Sevilla con 17 años el 28 de septiembre de 1912 de manos de su hermano Rafael Gómez «El Gallo», a quien también llamasen el “Divino Calvo”. El toro del doctorado se llamó Caballero y pertenecía al hierro de Moreno Santamaría”. (Wikipedia).
Ahora me van a permitir un alto en el camino biográfico y que traiga a estas páginas la famosa copla que le dedicó Juanita Reina, con música de los maestros Quintero y León y Quiroga. Tanto el texto como la música y la interpretación de Juanita Reina conmovieron a toda Sevilla y al mundo de los toros y todavía hoy se sigue cantando.
SILENCIO POR UN TORERO
Aquella tarde Sevilla
se puso toda amarilla
quebraíta de color.
Y por el aire caliente
su voz clamó de repente
hay que pena y qué dolor.
Silencio en Andalucía,
rezadle un Ave María
y quitarse los sombreros.
silencio el patio y la fuente,
que está de cuerpo presente
el mejor de los toreros.
«¡Parece que está dormío, Dios mío,
en su capote de brega!»
Y por Gelves viene el río, teñío,
con sangre de los Ortega.
Suspira bajo su velo
la Virgen de la Esperanza
y arría en señal de duelo
banderas la Maestranza.
Y Sevilla, enloquecida,
repetía a voz en grito:
«¡Pá que quiero mi alegría!
¡Pá que quiero mi alegría,
si se ha muerto Joselito!»
Silencio por un minuto,
pintad los campos de luto
el ciprés y el olivar.
De luto las amapolas
de luto Carmen y Lola
Concha, Pepa y Soledad.
Silencio guarda el romero
silencio el torito fiero
y los bravos mayorales.
Crespones en las divisas
silencio pide la brisa
al pasar por los trigales.
«¡Parece que está dormío, Dios mío,
en su capote de brega!»
Y por Gelves viene el río, teñío,
con sangre de los Ortega.
Suspira bajo su velo
la Virgen de la Esperanza
y arría en señal de duelo
banderas la Maestranza.
Y Sevilla, enloquecida
repetía a voz en grito:
«¡Pá que quiero mi alegría!
¡Pá que quiero mi alegría,
si se ha muerto Joselito!»
Por la transcripción
Julio Merino
Autor
-
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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