Lucia Caram, criolla chungona. Por Pablo Gasco de la Rocha

Esta señora, sea una payasa narcisista o una monja rebelde, ha logrado predicar en la Sagrada Familia de Barcelona, ante los prelados allí presentes el mes pasado de diciembre de 2023. Sea o no monja, es muy poderosa dentro de la Santa Iglesia Católica Apostólica por a saber qué oscuras razones.
Lo cierto es que esta señora ha negado la virginidad de la Santísima Virgen María en público, ultrajándola del modo más profundamente escandaloso:

https://www.religionenlibertad.com/polemicas/54598/lucia-caram-niega-television-virginidad-maria-manipula.html

A sor Lucía Caram le encantan las cámaras. Necesita estar delante de una de ellas y ser aplaudida por medios de comunicación que destacan por sus ataques a la Iglesia. Este domingo esta religiosa argentina que vive en España y que defiende el independentismo catalán acudió de nuevo al plató de Risto Mejide en Cuatro para volver a contradecir abiertamente el Magisterio de la Iglesia y sus principales dogmas.

Gran parte de la conversación giró en torno al sexo, un aspecto obsesivo para este tipo de medios de comunicación cuando se refieren a la Iglesia. Y sor Lucía dio a Risto lo que quería.

En primer lugar negó abiertamente la virginidad de María: “Yo creo que María estaba enamorada de José y que era una pareja normal, y lo normal es tener sexo. Cuesta de creer y de digerir. Nos hemos quedado en normas que nos hemos inventado sin llegar al auténtico mensaje”.

Para la Iglesia, el sexo es algo «sucio y oculto»
Y como si Caram no fuera parte de la Iglesia a la que critica afirmaba que “el sexo es una forma de expresarse, de vivir, de expresar los sentimientos y el amor, y es una parte constitutiva de todas las personas, incluida yo. Para la Iglesia era un tema que se consideraba sucio y oculto, pero yo creo que es una bendición”.

En este punto vuelve a contradecir todo el magisterio católico y su riqueza acerca de la sexualidad, afirmando que en todo momento lo considera algo “sucio y oculto”.

Pero ella seguía erre que erre y aseguraba que “las iglesias están vacías. ¡Cuánto daño hemos hecho por martirizar a la gente! ¿Por qué nos hemos dedicado durante tanto tiempo a condenar el sexo? ¡Se ha convertido en el mandamiento absoluto de la Iglesia! Lo más importante es el tema de la justicia. Estamos perdiendo porque nos hemos quedado en las normas que nos hemos inventado, habría que modernizar el mensaje”.

Además, confesó a Risto que “no he tenido relaciones sexuales, soy virgen, y tampoco me masturbo. Jamás. Posiblemente venga marcado por una formación. Va pasando el tiempo, y con el estilo de vida que uno lleva, las pulsiones suben y bajan”.

El artículo es de una «corrección política» que también se las trae…

1º No es que esté solo contra el dogma y contra el Magisterio de la Iglesia, sino que ha ofendido y ultrajado abiertamente a la Excelsa e Inmaculada Madre de Dios y Nuestra, y con ella a Jesucristo Nuestro Señor, Su Santísimo Hijo, y a todos los demás fieles católicos que anidan su fe en su corazón y que sienten como propios los agravios a Dios y a su santísima Madre. Esta señora ha declarado algo que ni el papa tiene el más mínimo derecho a hacer, ni a dejar pasar por alto si verdaderamente ama a Dios como se espera de un sucesor de san Pedro, no de un determinado partido político que elige obispos y cardenales como ministros en la Iglesia de Jesucristo. ¿Hasta cuándo tendremos que soportar la cruz de estas falsas doctoras y doctores?

2º El Evangelio de San Lucas es explícito sobre la intención de San José al tener noticia de que María esperaba al Hijo de Dios: decidió repudiarla en secreto. Y si determinó respetar su virginidad antes de recibir la revelación del Ángel del Señor, ¡cuánto más cuando tuvo conciencia de ser el padre adoptivo elegido del Hijo de Dios! San José es un elegido de Dios, uno de los más grandes santos de la Cristiandad de todos los tiempos, patrono de la Iglesia Católica y hombre justo entre los justos, su misión estaba muy por encima de la mundanidad en la que esta monja verdadera o postiza se mueve y que con esas declaraciones muestra no comprender en absoluto, cegada a la Verdad, como los judíos fariseos.

3º Además, en incontables ocasiones la mismísima Virgen María Santísima ha revelado personalmente su santísima vida a incontables santos y santas y místicos, que para esta monja o supuesta monja, no merecen ni el mayor crédito, claro. Esta señora trabaja para satanás, está claro, y se parece a él, tal como se nos presenta en las tentaciones al Señor en el desierto, capítulos 4 de san Mateo y 4 de san Lucas, con su insaciable deseo de notoriedad pública, que hasta llega a decir no hace mucho, desde Ucrania, que le queda poco para «multiplicar los panes» como el Señor.

4º Para la Santa Iglesia Católica Apostólica, el sexo es una de las facultades naturales del cuerpo humano que Dios ha otorgado a su criatura (hombre y mujer, hechos a su imagen y semejanza) para ser copartícipes en la creación de nuevas criaturas, de los hijos e hijas, dotados, a diferencia de los animales, de cuerpo, pero también de alma inmortal. El sexo es santo dentro del matrimonio y abierto a la vida, es decir, sin excluir a Dios de la unión íntima del marido y la esposa. El sexo es natural, querido por Dios, hermoso acto de donación mutua placentero, como todo lo creado por Dios. Es la corrupción del pecado la que pervierte el sentido original del sexo, el atentado contra la santa castidad. Y éste atentado contra la santa castidad que tanto mal ha traído y trae al mundo y a incontables víctimas y seres queridos, es el que la Iglesia, siguiendo la Revelación del Verbo encarnado, Jesucristo Nuestro Señor, rechaza y debe rechazar le guste o no a quien le guste o no. Acusar a la Iglesia de Cristo, la Católica Apostólica de lo que no ha condenado es atentar contra el Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad. Allá ella.

5º La injusticia es atribuir mal al que fundó la Iglesia y al que prescribió la indisolubilidad del matrimonio, Bondad Infinita y Justicia verdadera, sobre la de esta señora disfrazada de monja que predica en la Sagrada Familia de Barcelona como si fuera una obispa. ¿Es que Jesucristo Nuestro Señor no debió prescribir la indisolubilidad del matrimonio solo porque actualmente muchos se sienten «martirizados» por ello (vaya «martirización» más rara esa de exigir castidad. Desde luego, vaya mentes hay por ahí) y preferirían una especie de licencia para hacer lo que a uno le plazca buscándose a sí mismo sin consideración alguna por el otro u otra? ¿Hemos de suprimir la cruz de la vida de la Iglesia para «atraer clientela» porque la cruz «no está de moda» y no es «popular» ni atrae «votos»? Vaya con el aggiornamento…