Mohamed VI o el imperio del mal. Por Claire Gruie

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Mohamed VI es actualmente el quinto monarca más rico del mundo y la persona más adinerada de Marruecos. Su imperio está compuesto por 12 palacios, 600 coches de lujo, relojes de 1.200.000 de dólares. Dispone en su país de unos 1.100 sirvientes cuyo mantenimiento cuesta 1 millón de euros diarios. Durante el seísmo ocurrido el 8 de septiembre de 2023, provocado por tecnología HAARP, el rey se encontraba (no casualmente) de vacaciones en París, en su lujoso palacete de 1.600 metros cuadrados, cerca de Champ-de-Mars (Torre Eiffel) con majestuosas vistas panorámicas y valorado en 80 millones de euros. A este patrimonio, hay que sumarle un castillo de 71 hectáreas en Betz (a 70 km de París), joya arquitectónica adquirida por su padre Hassan II en 1972, en el que trabajan 1.200 personas dedicadas en exclusividad a la familia real. Hace tiempo adquirió el Badis 1, uno de los yates de vela más grande del mundo, atracado en Casablanca cuyo valor asciende a 90 millones de euros, dos Boeing privados (737-747), un Hércules C-130 y un par de Gulfstream (G550 y G650). Además, el mayor grupo financiero marroquí Al Mada le da los beneficios a la familia, siendo ella su principal accionista.

Las familias reales musulmanas están trabajando en estrecha colaboración con las familias reales y las noblezas negras europeas y administran la poderosa sociedad masónica de los Shriners (la Antigua Orden Árabe de los Nobles del Santuario Místico AAONMS) establecida en 1870 con sede en Tampa (Florida). La familia real de Marruecos, así como la Casa de Saud son administradores de esta secta, junto con la corona británica que estableció el Reino de Arabia Saudita. Los Shriners se han especializado en tráfico de niños y en fraudes médicos, haciendo falsos diagnósticos con enfermedades que no tienen los pequeños o exagerándolas.

Llevan una gorra de Fez, originaria de Marruecos que alude a la alta sociedad. En cuanto al pentagrama en la bandera de Marruecos, símbolo de la dinastía alauí está asociado a la magia practicada en el paganismo, al esoterismo gnóstico y al satanismo. Mohamed VI es caballero del Imperio Británico, caballero francés de la Legión de Honor. Además, el Consejo de Ministros español le otorgó el Collar de la Orden de Carlos III en 2005.

En España, decenas de “agents noirs” de la DGED (servicio secreto exterior marroquí) campan a sus anchas para neutralizar cualquier atisbo de amenaza para los intereses políticos de Marruecos. Reportan diariamente a la Oficina Central de Investigaciones Judiciales (BCIJ) en Rabat, un dossier de prensa con todo lo que se publica en España. Algunos de estos espías se camuflan como personal de servicio de los 12 consulados marroquíes en España, en los que hay siempre un despacho permanentemente cerrado con llave y sin letrero alguno. Yassine Mansouri es el jefe de los espías marroquíes y de la diplomacia. La DGED dispone de soplones e informantes como eficaz instrumento de represión. Cuenta con un presupuesto mensual para pagar a periodistas, politólogos e influencers españoles con el fin de que publiquen en medios y redes sociales información favorable a los intereses de la todopoderosa corona. No duda en recurrir a sobornos, chantajes y amenazas, además de ocuparse de que los marroquíes no se vinculen a mezquitas salafistas, chiítas o de corrientes islámicas como Hirak del Rif o Justicia y Caridad, ilegales en Marruecos pero reorganizados en España.

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Hirak es un movimiento de oposición popular, credo en 2016, que tanto incomoda al Majzén (el auténtico gobierno en la sombra de Marruecos, integrado por la Casa Real y la élite económica del país) que fue duramente reprimido en 2018 con el encarcelamiento de hasta 600 activistas por reclamar infraestructuras básicas, hospitales y universidades y rechazar que Mohamed VI fuera el legítimo jefe espiritual de los musulmanes marroquíes, descendiente de la casa del profeta. Su líder, Nasser Zafzafi, cumple una condena de veinte años de prisión en Tánger.

Sabiendo que Hirak recibe el apoyo moral de Podemos, no se puede afirmar que este movimiento sea realmente válido, pudiendo ser un grupo de disidencia controlada relacionado con el comunismo internacional.

Las decisiones de Ali El Himma, asesor del rey desde 2011, ministro del Interior en las sombras, han desatado la ira de todo el mundo por querer abrir la puerta a la inmigración ilegal en Ceuta. La DGED controla los movimientos del líder del grupo islamista Justicia y Caridad en España, Mounir Benjelloun. La Policía española ha abierto una investigación sobre este miembro, también presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, bajo la acusación de incitar a la inmigración irregular. Igualmente, Rabat no quiere oír que la mayoría de los yihadistas que actúan en Europa son marroquíes.

En cuanto a Abdellatif Hammouchi, actual Director General de la Dirección General de Seguridad Nacional (DGSN), está encargado del contraespionaje interior y conocido por sus torturas. Nos referimos al campo de detención situado cerca de Temara, tema tabú para Mohamed VI que todavía niega su existencia, como lo hizo su padre Hassan II con el de Tazmamart. Palizas, posturas en tensión, asfixia, simulación de ahogamiento, colgar a los prisioneros por las muñecas y las rodillas de una barra de hierro, violencia psicológica y sexual. En este aspecto, el pueblo saharaui sufre una fuerte opresión por parte del régimen marroquí ante el silencio cómplice del gobierno español. Durante la represión, los soldados marroquíes optan por el uso de la fuerza y violencia y los saharauis les responden con pancartas. En diciembre de 2020, Donald Trump, entonces presidente, apoyó el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental. En enero de 2021, Mohammed VI lo condecoró con la orden de Wissam Al-Mohammadi, una de las más prestigiosas de Marruecos. El monarca alauí recibió, a su vez, la Legión al Mérito de los Estados Unidos.

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Otro hombre de fundamental importancia en la sombra de Mohamed VI es André Azoulay, de origen israelí, miembro del Comité de Sabios para la Alianza de Civilizaciones de la ONU, Consejero del Centro Shimon Peres para la Paz y miembro fundador del Council of 100 (Foro de Davos). Jacob Cohen lo ha descrito como sayanim, es decir colaborador-ayudante del Mossad. Azoulay se encargó de configurar a dedo el primer gobierno del joven Mohamed VI, colocando a tecnócratas (empresarios franceses) en distintos ministerios. Es figura clave en la formalización de lazos con Israel. El 10 de diciembre de 2020, el ex-primer ministro El-Othmani firmó (forzado) un trato con Jared Kushner y Meir Ben-Shabbat, jefe del Estado mayor para la Seguridad Nacional de Israel. Hoy, tres organismos velan por la salvaguardia del patrimonio y la influencia cultural y religiosa del judaísmo: el Consejo Nacional de la Comunidad Judía Marroquí, la Comisión de Judíos Marroquíes en el Extranjero y la Fundación del judaísmo marroquí.