21/11/2024 14:49
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Anoche terminé de ver la película Sound of Freedom con mi esposa. El novedoso filme es cargado informalmente a Youtube y es dado de baja[1] por los que manejan la plataforma con la misma velocidad. Aún así, antes de que sea retirado, se aprecian decenas de miles de vistas. Esto significa que el sistema de difusión está aceitado en un nivel no despreciable. No es para menos, considerando la sinergia provocada por el tridente profamilia (Mel Gibson, Jim Caviezel y Eduardo Verástegui). Y si esto lo advertimos nosotros, también el enemigo se da cuenta. A lo largo de estos días, casi 10 veces nos ha llegado una u otra versión de la película, algunas subtituladas. Lo esencial es la historia. Ni siquiera la actuación, que tiende a la sobriedad, incluso de manera casi como buscada por los productores del filme.

En efecto, lo central aquí es contar la historia real de un valiente y brillante policía estadounidense que se infiltra en las redes de pedófilos y consumidores de pornografía infantil, les sustrae información, organiza redadas, arresta a los criminales y libera a las víctimas. Por eso, las escenas de acción no son el centro de la película; apenas notifican a la audiencia de los peligros que los protagonistas vivieron. Otros fragmentos sugieren los abusos y prácticas sexuales sin vulnerar la dignidad de los actores ni atropellar los ojos de los espectadores. Se ha logrado un equilibrio.

La muerte de la infancia –por vía del secuestro y compraventa– ilustra de manera innegable la presencia de Satán en el mundo. Desnuda asimismo un laberinto de complicidades y omisiones sin el cual esta organización sería imposible: en todos los niveles y estamentos de la sociedad hay degenerados que, armados del poder y de sus resortes, compran niños de 3, 6, 10, 12 y hasta 15 años, para desfogar sus oscuros deseos sexuales en “fiestas privadas”. Está todavía fresco el recuerdo de Jeffrey E. Epstein, co-fundador de la Fundación Clinton: un multimillonario condenado por pederasta y por haber armado una red de tráfico de menores, integrada por personajes poderosos a los que el propio Epstein luego chantajeaba, a través de cámaras ocultas.

El tráfico de niños –con todos los crímenes que trae aparejado: secuestro, violación, abuso sexual de menores, trabajo infantil– constituye, junto con la aberración del aborto, el último coletazo del demonio. Ya no se puede caer más bajo. No hay persona de bien que no sienta horror ante este negocio cuya expansión ya es mundial, convirtiendo a los niños en mercancía que se vende por varios miles de dólares.

Doblemos la apuesta y digamos claramente que existen instancias preparatorias que vuelven menos brusco el salto a la esclavitud sexual infantil. Las Agencias de Modelos para adolescentes y preadolescentes, por ejemplo, pueden llegar a ser peligrosas. Tampoco los espacios pseudo pedagógicos como la ESI (Educación Sexual Integral). En efecto, la hipersexualización de la infancia naturaliza conductas indeseables en los pequeños. Para ser justo, no sólo el Estado ha fomentado esto con sus programas de ESI. Desde la industria del entretenimiento y la farándula, el sector privado no se ha quedado atrás. En la Argentina, por ejemplo, Cris Morena y sus producciones (Verano del 98, Rebelde Way, Casi ángeles, Chiquititas, etc.), Marcelo Tinelli y su Bailando por un sueño Kids son una buena prueba de ello. Sólo hay que observar las coreografías promiscuas de niños de 9 y 10 años, o escuchar a Tinelli preguntando a una nena si tiene novio[2], para entender la magnitud del asunto.

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Marcelo, Tinelli, Bailando por un Sueño Kids, 2009

Netflix no se queda atrás: ha puesto su vasta estructura al servicio de Cuties, una película cuyas protagonistas son niñas que “trabajan” como strippers. Cuties, se ha dicho, abre el apetito de los pedófilos. Se trata de la misma plataforma que no permite proyectar Sound of Freedom.

Un capítulo aparte lo constituye la industria de la música. “Artistas” de escala internacional como Karol G, Bad Bunny, Becky G, Christina Aguilera, Annita, generan millones de dólares mientras erotizan menores de edad. En efecto, el pansexualismo impacta en la infancia por la falta de filtros donde letras vulgares y pervertidoras son distribuidas a nivel global, exaltando antivalores que los niños repiten e incorporan a sus vidas.

Prestemos atención porque en la Argentina y en el mundo civilizado se vienen diciendo cosas al respecto que no pueden dejarse de lado:

  • A finales del 2015, el periodista Ernesto Tenembaum preguntó inocentemente al aire durante un programa de radio “¿Cuál es el problema de tener pornografía infantil?”, justificando su pregunta con el comentario: “Es una fantasía, es una fantasía espantosa, pero el tipo no cometió ningún delito, no le hace mal a nadie”[3].
  • El 7 de julio del 2019, desde la cuenta de Twitter del Senado de la Nación, unas manos anónimas escribieron: “Hay pedófilos que tienen conciencia moral y buenos frenos y saben que llevar adelante su deseo genera un daño en otros, los abusadores son quienes carecen de frenos: esas personas no se recuperan porque no tienen intención de recuperarse”[4]. Se hacía referencia a un tal doctor Grossman, entrevistado por Radio Nacional AM870. El tuit fue retirado a los pocos días a causa del escándalo mediático que provocó.
  • En junio del 2022, Javier Milei, diputado y firme candidato a Presidente, sostuvo en entrevistas que la venta de infantes era un tema “muy abstracto”, una discusión “muy alejada de la realidad de los argentinos”, “una discusión filosófica”, “yo creo que no es una discusión hoy para debatir en la Argentina”, un tema a debatir “quizás de acá a doscientos años, ponele, qué se yo, no sé”[5]. Se trata del mismo político e influencer que alaba permanentemente al ideólogo Murray Rothbard, quien defendió explícitamente un mercado libre de infantes.
  • En septiembre del 2022, Irene Montero ­-titular del Ministerio de Igualdad en España- sostuvo: «… para hablar de Educación Sexual, por ejemplo, que es un derecho de los niños y las niñas, independientemente de quiénes sean sus familias, porque todos los niños, las niñas, les niñes (sic) de este país tienen derecho, tienen derecho, a conocer su propio cuerpo, (tienen derecho) a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren, si ellos no quieren, y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas -eso sí- en el consentimiento. Y esos son derechos que tienen reconocidos”[6].
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La falta de reacción al mal es casi peor que el mal mismo. Son millones en el mundo los que podrían hacer algo contra estas barbaridades. Pero no hacen nada. Por eso, esta película necesita del apoyo global de todos nosotros. Un apoyo económico, de difusión entre amigos y conocidos, y una férrea defensa en las RR.SS. No podemos permitir que este filme y sus difusores, especialmente el tridente profamilia, sean cancelados. Gibson fue muy atacado por La Pasión de Cristo (2004) y Caviezel recibió uno de los castigos más hipócritas que el enemigo aplica: la conspiración del silencio. Hollywood dejó de tenerlo en cuenta para películas, le hizo el vacío; en una gran medida hizo de cuenta que el actor no existía.

Probablemente harán lo mismo con Sound of Freedom, al menos al principio, y cuando no puedan seguir fingiendo, comenzarán a atacar o a desviar la atención hacia puntos totalmente secundarios: cuánto dinero ganó Caviezel, cuánto recaudó la productora de Verástegui… Nosotros no podemos permitir que esta película sea confinada al olvido, no podemos aceptar que pase sin pena ni gloria. Es el momento de aprovechar este impulso mediático notable y poner este material en la nariz de todo padre de familia que ame a sus hijos. Porque hay miserables en todos lados y están, como el león, merodeando para ver a quién devorar. Levantemos una muralla celeste en nuestros hogares cuyo lema sea “Con los hijos de Dios no te metas”.

[1] Más sobre el tema de los contenidos de Youtube, aquí: https://n9.cl/f9lxk

[2] Como botón de muestra, señalamos el programa emitido por Canal 13 el día 7 del mayo de 2009: https://n9.cl/os7vax (minutos 45:40 hasta el final). Ver especialmente la pareja de niños que baila entre 01:09:10 y siguientes.

[3] Cfr. https://n9.cl/03v7w. Las palabras de Tenembaum recibieron, entre otros, el repudio de Hernán Navarro, presidente y fundador de la ONG “Grooming Argentina”. Ver aquí: https://n9.cl/oaqapv

[4] Cfr. https://n9.cl/pi35w

[5] Cfr. https://n9.cl/w8n67 (minutos 32:55 a 37:50)

[6] Cfr. https://n9.cl/u9sza

Autor

Juan Carlos Monedero
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2 comentarios
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Aliena

Ya el primer párrafo es insoportable con tres pasivas puras seguidas – propio del inglés pero no del ESPAÑOL – y lenguaje incomprensible ( un filme que es cargado a YouTube y demás ). Tal vez el autor de debería hablar en inglés, idioma cuya gramática sin duda le resultará más grata, a juzgar con la profusión con que la usa.
Cuanto más se empeñan, emperran y empecinan ustedes con la «Hispanidad» de marras, peor hablan el español y más lo subordinan al inglés.

¡Muy bueno! Fundamental poder hacer este tipo de análisis de fenómenos actuales de gran relevancia, y además relacionados con otros tópicos.

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