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No acostumbro a citar mis libros en los artículos que escribo. Me parece excesivo. Pero hay veces en que es obligado hacerlo ya que es la propia realidad la que se empeña en darte la razón. Y como digo en «Autopsia al Periodismo» (SND Editores, 2022), se puede afirmar, sin miedo a equivocarnos, que no queda prácticamente ni rastro del viejo oficio de periodista, salvo que lo busquemos en gacetillas de barrio o en videoblogs de frikis.
Lo estamos viendo en la «ronda de entrevistas» que todos los «medios» regados generosamente con el maná del dinero de nuestros impuestos, están haciendo al jefe del Gobierno y al líder del PP. Siendo totalmente indiferente que tales «medios» sean públicos o privados, ya que unos y otros están en lo mismo: intentar perpetuar el statu quo sistémico para que España vaya de Cánovas a Sagasta, sin prácticamente ninguna posibilidad de salir de ese círculo infernal.
Casi lo de menos es que dichas «entrevistas» (permítanme que entrecomille todo lo que me produce vergüenza ajena) sean en realidad masajes de cuero cabelludo con final feliz o prometedores homenajes a Monica Lewinsky. Lo peor, con diferencia, es el descaro con que se perpetran, el absoluto desprecio con que se trata a la audiencia, convertida ya en un verdadero rebaño de miles y miles de zombis a los que probablemente les importe todo un pimiento. Y si hay algún espectador con el cerebro en su sitio y las neuronas funcionando, que le vayan dando, que la TV no es para sibaritas.
Siendo los «periodistas-presentadores» unos muñecos animados, mezcla de Monchito y la rana Gustavo, y los «medios» donde trabajan unas empresas que habrían cerrado por quiebra técnica de no ser por NUESTRO dinero, es lógico que también los entrevistados vayan listos para tamaña ocasión. Y así, Sánchez acude a estos saraos con su mejor sonrisa, camisas de «arreglao pero informal» y, eso sí, el vicio (que seguramente le acompañe desde el día de su bautizo) de mentir como un bellaco a cada «pregunta» que le formulan.
Feijoo, por su parte, aparece también relajado y muy «casual», como esos capitanes de equipos de fútbol que saben de sobra que, en caso de producirse algún fallo arbitral, va a ser siempre a su favor. Ni una pregunta incómoda, ni un recordatorio amargo, ni una efeméride deshonrosa. Una broma por aquí, una anécdota de la infancia por allá, y todos a casita que el objetivo está cumplido: que todo siga tan «atado y bien atado» como hasta ahora. Y que después piense el pueblo lo que quiera.
Menos mal que les queda Santiago Abascal para, en las pocas TVs que se atreven a llamarle, poder desplegar toda su artillería de insultos y obscenas calumnias. Con él sí se les cambia el gesto de repente, y sus maneras educadas y gentiles se vuelven hoscas y antipáticas. Porque «poderoso caballero es don dinero». Y porque al periodismo español, como al europeo y mundial, hay que irle buscando un tanatorio, porque la autopsia ya está hecha.
Autor
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Nació en Madrid en 1975. Es Doctor en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU. Ha dedicado casi toda su vida profesional a la radio, primero en Radio España y desde 2001 en Radio Inter, donde dirige y presenta distintos programas e informativos, entre ellos "Micrófono Abierto", los Domingos a las 8,30 horas. Ha dirigido la versión digital del Diario Ya y es columnista habitual de ÑTV en Internet. Ha publicado los libros "España no se vota" y "Defender la Verdad", "Sin miedo a nada ni a nadie", "Autopsia al periodismo". Esta casado y tiene un hijo.
Acabáramos, ya sospechaba yo que íbamos a acabar en un lugar conocido, tanto, que está a punto de convertirse en lugar común. El caso es que me suena que, respecto a los catorce detenidos por entrar en la Librería Blanquerna, Abascal les calificó de «energúmenos»; con mucha finura, eso sí.Y ese escaso número de televisiones que se «atreven» a llamar a Abascal son exactamente la diferencia con el número que llama a otras formaciones, como Falange, por ejemplo. Por cierto: «efemérides», siempre con «s» final, tengan cuidado, caramba, que el magisterio debería provenir de ustedes.
El nivel cultural de la clase periodistica y añadidos siempre y no solo ahora, ha sido nulo y Vd lo sabe tan bien como yo
El preriodismo, hablo en general, siempre ha estado en manos de una clase de baja estofa que procediendo casi del lumpen, ven una moneda y se tiran en plancha para hacerse con ella.
Sin mas cultura que la que otorga ser un golfo de barrio ni mas etica que la que tiene un atracador el periodismo en España siempre ha estado vendido al que mas dinero da, al poder, si ese poder es beneficioso para España(cosa que solo sucedió en los 40 años de Franco) el periodismo también lo es.
En caso contrario los periodistas que ya digo son la incultura y zafiedad intelectual con patas buscan medrar y poco mas.