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El Islam pudo haber sido perfectamente una creación hebraica en defensa propia. De hecho, la mayoría de los historiadores judíos están convencidos de que la iglesia cristiana Bizantina hubiera intentado erradicar al judaísmo mediante su hegemonía en Asia Menor y en la zona de la cuenca del Mediterráneo. La creciente marea del Islam permitió por un lado, evitar esta extensión del Cristianismo y por otro que los judíos se escurrieron entre las grietas. De los 25 profetas que aparecen en el Corán, 19 provienen de las escrituras judías. Además, muchas costumbres, leyes rituales y civiles como la circuncisión, el ayuno, el faenado y la prohibición de comer carne de cerdo son idénticas en las dos religiones hermanastras. Según Mahoma, los árabes son hijos de Abraham (Ibrahim) por medio de la línea de su hijo Ismael (Ismail) a quien tuvo con su sirvienta (esclava egipcia) Agar.
En cuanto a la kaaba en el jardín de la gran mezquita de la Meca, se trata de un edificio cubico de meteorito negro que sirve para rendir culto a Saturno (Satán). Está dirigida hacia la estrella Canopus. La tradición musulmana dice que la Kaaba fue construida hace 4.000 años por Abraham. Semánticamente se parecen mucho la palabra Kaaba y el esotérico vocablo Kabbalah. El Piramidión de Amenemhat en Dahshur (Antiguo Egipto) es una pirámide de roca negra y bien podría tratarse de la misma roca que la ubicada en La Meca. Este culto a la piedra negra tiene una conexión con la idolatría a la virgen negra o gran Diosa venusiana: estrella de 8 puntas que luego retomaron los Templarios. Se la conoció como Estrella de Abderramán I (731-788), primer califa del Al-Ándalus, el cual la extendió por todos los países costeros del Mediterráneo. Como triste recordatorio, esta estrella forma también la base octogonal del monumento erigido en memoria de las tres niñas de Alcácer. En lo referente a la “Hamsa”, amuleto en forma de mano, comparten idéntica superstición: los musulmanes que la llaman “mano de Fátima” y los judíos cabalistas que la denominan “mano de Miriam”(siendo Miriam la hermana mayor de Moisés y Aarón). A finales del siglo VI, las tribus en la Meca idolatraban un panteón de dioses como a Al·Lat (diosa del sol), a Al·Uza (diosa Venus) ambas hijas de la deidad principal Al·lla.
El Islam, ademas de culto satánico es asimismo una religion alquímica. En efecto, se narra en la compilación de los hadices que el ángel Yibril (que se hizo pasar por Gabriel) descendió a la tierra y delante de Mahoma, abrió su pecho para sacar su corazón. Extrayendo un coagulo negro dijo “Esta es la parte por donde Satanas podría seducirte”. Además afirmó: “Lee con el nombre de tu Señor que ha creado al ser humano a partir de un coágulo.” Esta afirmación recuerda a la fórmula “Solve y coagula” (disolver y coagular) de los alquimistas en su Opus Alchymicum, arte hermético que traza su linaje desde Hermes Trismegisto, adepto asociado al dios Hermes. De hecho Idris, el antiguo Patriarca y profeta del Islam de la época de Noé, corresponde a Hermes Trismegisto (La Tabla Esmeralda). Hay que subrayar que el Islam se apropio de la alquimia griega. ¿Entonces, qué ángel se le apareció a Mahoma: a este sembrador de cisma y escándalo? Personalmente, creo que se trató del ángel caído o demonio Asmodeo. Esto explicaría su matrimonio con Aisha cuando tenía 6 años y que se consumó cuando tenía 9 cuando todavía jugaba con muñecas. Explicaría sus relaciones sexuales con esclavas (botines de guerra) e incluso con su propia prima Zaynab, sus 11 esposas, sus innumerables concubinas y su obsesión. por este paraíso repleto de eternas vírgenes que no envejecen. La secta lujuriosa de los sarracenos sedujo al ignorante pueblo del desierto con la promesa de los deseos carnales: miel, leche, mantequilla, palacios de oro-piedras preciosas, sábanas de seda, mediante un Mahoma en trance, poseído y epiléptico. Para más inri, el supuesto profeta fue instruido por el monje Sergius (Bahira) gnóstico-nestoriano que afirmaba que las naturalezas humana y divina de Cristo eran distintas. Esta influencia persa en la herejía se encuentra también en el mismo origen del nombre Asmodeo: “I daeva Aesma” mencionado en los textos zoroastrianos.
Los propios Templarios, que supuestamente estaban por la labor de defender la Cristiandad, tuvieron una clara conexión con el sufismo y particularmente con este misticismo del Islam en su vertiente chii ismailita. La Orden contrató a mercenarios árabes: los “turcoples” además de proteger a estudiosos islámicos y monasterios sufíes (ribats). El Baphomet venerado por la orden del Temple viene en realidad de Mahomet que en francés es un vocablo muy similar. De igual manera, establecieron alianzas con la secta de los asesinos (Hashshashin), silenciosos e implacables y con su Viejo de la Montaña que sembraron el terror en todo Oriente Próximo (siglo XI a XIII). De igual forma, se pueden recordar los viajes de Christian Rosenkreutz (secta rosacruz) en el siglo XV, por tierras islámicas donde contactó con una cofradía de sufíes en Damasco.
Hoy día, durante la ceremonia de iniciación al paso de Maestro en la masonería, se introduce al aspirante en un ataúd para hacerle morir y renacer simbólicamente, lo que se puede asociar con el “muere antes de morir” propugnado por Mahoma, que luego recogió la tradición sufí .En cuanto a la fraternidad masónica y pedófila del “Ancient Arabic Order of Nobles of the Mystic Shrine” fue creada en 644 por el Califa Alec: primo y yerno del mismo Mahoma. Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satán, afirma que los Shriners celebran un rito parecido a otro satánico: “La ceremonia del aire asfixiante”. Para pertenecer a los Shriners, puede uno ser masón del Rito de York, cuyo grado 13 se llama “Caballero Templario”.
En resumidas cuentas, el lector habrá comprendido que, desde el primer momento de su existencia, el Islam fue una obra de la oscuridad, origen de tantas batallas, guerras y mártires, piedra en el camino para los Cristianos, sin contar con la futura Yihad que tristemente nos espera durante la tercer guerra mundial.
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Una de las primeras «hazañas» de Mahoma fue asesinar a todos los hombres y los niños de una localidad de Arabia que estaba habitada por personas de religión judía porque se negaron a convertirse al islam; las mujeres y las niñas fueron convertidas en esclavas sexuales. Pero claro, esa fue una estrategia de los propios judíos para permitir que el islam se extendiera por Oriente Medio e hiciera frente a los cristianos de Imperio Bizantino (sarcasmo). No alcanzo a comprender cómo hay quienes consideran a los judíos, una insignificante minoría a nivel mundial, como los grandes enemigos de la Cristiandad cuando hay más de 1.500 millones de musulmanes que están dispuestos a invadir Europa en cuanto un nuevo Califa decrete la Guerra Santa, o Yihad, contra los infieles (es decir, contra los cristianos).
Impresionante y lúcido tu artículo. Como todos los demás. Gracias por escribir.