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1963. El Caudillo de España, Francisco Franco, inaugura el salto de Belesar

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El martes día 10 de septiembre de 1963, el Jefe del Estado Francisco Franco, inauguraba oficialmente el grandioso salto de Belesar, situado en la provincia de Lugo, con el que se consolidaba decisivamente la situación eléctrica de Galicia.

El Caudillo, acompañado por el ministro de Obras Públicas, Jorge Vigón, y por el de Marina, Almirante Pedro Nieto Antúnez, había salido  a la diez de la mañana, de su residencia veraniega del Pazo de Meirás para trasladarse al aprovechamiento hidroeléctrico construido y en explotación por las Fuerzas Eléctricas del Noroeste.

Acompañaban también al Generalísimo, los jefes de sus Casas Civil y Militar, conde de Casa Loja y Teniente General Menéndez Tolosa, respectivamente. Todos los pueblos comprendidos en el itinerario que hizo la comitiva se hallaban engalanados con  banderas Nacionales y del Movimiento, colgaduras y pancartas, en las que se daba la bienvenida al Caudillo de España, y en todas las localidades, numerosísimas personas esperaron durante horas el paso de Franco para tributarle cariñosas muestras de adhesión y simpatía.

A la hora prevista, las doce y media, el Jefe del Estado y su séquito llegó a Belesar, donde fue recibido por el ministro de Industria, Gregorio López Bravo; Pedro Barrié de la Maza, conde de Fenosa, presidente del Consejo de Administración de las Fuerzas Eléctricas del Noroeste; director gerente de FENOSA, Benigno Quiroga; subsecretario del Ejército, General de División Antonio Pérez Soba; Capitán General de la VIII Región Militar, Teniente General López Muñiz; obispo de la diócesis de Lugo, doctor Oña de Echave; teniente general Grima, jefe de la Región Aérea del Atlántico; directores generales de Energía, Obras Hidráulicas, Industrias Químicas y de la Vivienda; gobernadores civiles de Lugo y Orense, Eduardo del Río Iglesia y José María López Ramón, respectivamente, y otras personalidades y autoridades regionales, provinciales y locales.

Tras el saludo protocolario, el Jefe del Estado, acompañado por el conde de Fenosa, Pedro Barrié y el director gerente de FENOSA, Benigno Quiroga, se encaminó hasta un lugar donde se encontraban quienes habían tenido una decisiva participación en la obra inaugurada; el ingeniero de caminos Luciano Yordi de Carricarte y el ingeniero Industrial Luis Fernando Quiroga y Piñeyro, a quienes saludó  el Caudillo y con los que conversó durante varios minutos. Junto al coruñés Luciano Yordi, había intervenido en el proyecto del gran embalse de Belesar, el General de División del Ejército de Tierra, doctor en Arquitectura e ingeniero geógrafo, Juan Castañón de Mena, que en esos instantes era el General Jefe de la División de Infantería Guadarrama nº 11, quien dirigiría  la obra del edificio de control de la central eléctrica.

A continuación el Caudillo se situó ante un altar inmediato que se había levantado al efecto y desde el cual el obispo de Lugo bendijo la gran presa de Belesar. Momentos después, el Generalísimo Franco inició el recorrido a pie por la presa, deteniéndose en primer lugar ante un monolito levantado por la empresa, en el que se había grabado la siguiente inscripción: “Cuando construimos, no sólo debemos sentir nuestra utilidad presente. La obra ha de ser tal que merezca el respeto de nuestros sucesores, y al colocar, con aliento y trabajo, sillar sobre sillar, debemos pensar que algún día los hombres pueden decir, mientras contemplan nuestra obra: esto que nos legaron nuestros antecesores también está en el camino que sigue inexorable la humanidad hacia el progreso y la verdad. “Fuerzas Eléctricas del Noroeste, S. A. – F.E.N.O.S.A. – Salto de Belesar. – Año 1963.”

Instantes después, el Generalísimo Franco, se dirigió  hasta un lugar en el que se hallaban los planos y fotografías de la obra en sus distintas fases, desde el comienzo hasta el mismo momento de inaugurarse. Ante las fotografías y planos, el conde de Fenosa, él director gerente de la entidad y el  ingeniero  de la obra, Luciano Yordi, explicaron al Caudillo las características de la magna obra, que había comenzado su construcción a finales del año 1957. Belesar se convertía en la mayor presa y la primera de bóveda que se construyó en España.

1963. El Caudillo de España, Francisco Franco, junto al director Gerente de FENOSA, Benigno Quiroga, en la inauguración del Salto de Belesar.

Seguidamente, y también a pie, el Generalísimo recorrió la coronación de la presa. Se detuvo en varias ocasiones para observar la enorme altura del salto, y prosiguió su recorrido hasta el edificio de la subestación. Inmediatamente después de hacer su entrada en la misma, descubrió una placa conmemorativa, en la que se leía: “Fue posible esta obra, inaugurada por S. E. el Jefe del Estado, en una hora de paz, de progreso y de ilusión por el porvenir de España. Ella permanecerá como símbolo y ejemplo de un inmenso esfuerzo colectivo al servicio de la comunidad nacional, alta tarea a la que F.E.N.O.S.A., se ha entregado con la plena dedicación de cuantos la integran y con la fe que alienta hoy a todos los españoles de buena voluntad.”

De seguido el Generalísimo visitó los principales departamentos de la subestación al mismo tiempo que el ingeniero Luis Fernando Quiroga Piñeyro explicaba las características técnicas de la instalación. Seguidamente, y tras abandonar el edificio, el Caudillo se detuvo  unos momentos en el mirador, desde el que se divisaba un impresionante panorama de la obra y del paisaje del contorno, subiendo luego al coche en el que había llegado a la presa, y dirigiéndose a la central subterránea. Allí descendió a la sala de excitatrices, tras recorrer el largo túnel que horadado en roca viva conducía hasta ella, y en la central puso en marcha uno de los tres grupos de la misma.

Posteriormente, se trasladó a la residencia de Belesar, donde fue servida una comida en su honor, a la que asistieron alrededor de 350 comensales. Al final de la misma, el presidente del Consejo de Administración, Pedro Barrié, conde de FENOSA, hizo uso de la palabra, para explicar las características de la obra que acababa de inaugurar el Caudillo y para referirse al gran porvenir industrial que le esperaba a Galicia gracias al esfuerzo hecho por F.E.N.O.S.A. en lo que a su electrificación se refería.

El Ingeniero de FENOSA Luis Fernando Quiroga y Piñeyro explica al Caudillo varios pormenores de la nueva instalación eléctrica del salto de Belesar.

Después de las palabras pronunciadas por el conde de Fenosa, el Jefe del Estado se expresó en los siguientes términos: “Dos palabras solamente para saludar a tantos gallegos y demás españoles aquí reunidos, a quienes he tenido la satisfacción, en este día, de poderles ver y estrechar su mano. Y para felicitar al presidente  propulsor de esta empresa y de tantas otras de la región, y a todos cuantos han puesto sus manos en esta obra, grandiosa que, utilizando el ahorro regional y estimulando su quehacer y sus inquietudes, han logrado poner en marcha esto complejo eléctrico tan importante y trascendente para la economía de la región y para la vida, de España, no sólo por la obra en sí,  sino por su efecto multiplicador de la riqueza de la nación y de los puestos de trabajo. Muchas gracias a todos y mi felicitación más entusiasta a los técnicos creadores de este complejo que hoy es el orgullo de España.

Al finalizar sus palabras, actuaron ante el Generalísimo Franco, el coro “Ruada” de Orense y el ballet Gallego Rey de Viana de La Coruña, siendo ambas colectividades muy aplaudidas y  a las cuales felicitó personalmente el Jefe del Estado.

Impresionante foto del embalse de Belesar.

Las características de la enorme presa era las siguientes: Datos hidrológicos. Superficie total de la cuenca, 4.000 Kilómetros cuadrados;, caudal medio anual, 1.100 metros cúbicos por segundo; máximas avenidas, 4.000 metros cúbicos por segundo; volumen embalsado, 648 x 1.0 elevado a 6 metros cúbicos. Tipo de  Presa: Cúpula; volumen de excavación, 520.000 metros cúbicos; volumen de presa, 735.000 metros cúbicos; altura de la presa, 129 metros; cota de coronación, 332 metros.

Central subterránea. Altura de salto, 133 metros; número de grupos iguales, 3; potencia instalada, 264.S00 KVA; producción total, 607×10 elevado a 6 kwh; incremento de producción anual para la central de los Peares, situada aguas abajo del Belesar, 180×10 elevado a 6 kwh. Podía producir al año una media de 732 GWh de energía hidroeléctrica.

A las cuatro de la tarde, el Jefe del Estado y personalidades que le acompañaban, se trasladaron al nuevo poblado de Puertomarín, que venía a sustituir al antiguo, que había sido anegado por las aguas de la nueva la presa de Belesar. Antes de llegar a dicha localidad, el Caudillo pasó por el puente de acceso que cruzaba el río Miño, cuyas aguas habían sido repobladas con salmones canadienses, que no necesitaban desovar en el mar.

Desde horas atrás, los habitantes del nuevo pueblo y gentes venidas de otras localidades, esperaban la llegada del Generalísimo. Las calles del  pueblo se hallaban engalanadas con profusión de banderas Nacionales y del Movimiento, que colgaban también de casas y balcones. Numerosas pancartas manifestaban su agradecimiento al Caudillo por el nuevo pueblo. La llegada del Caudillo de España a Puertomarin fue acogida con grandes aplausos y gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!  

El Jefe del Estado visitó en primer lugar la histórica iglesia de Puertomarín, de San Juan (hoy de San Nicolás), de estilo románico, construida entre los siglos XII y XIII y  declarada monumento histórico-artístico Nacional en junio de 1931, reconstruida totalmente y trasladada piedra a piedra del desaparecido pueblo hasta el nuevo.

Iglesia de San Nicolás en Puertomarín

En el interior del templo se celebró un solemne Tedeum, y después de la ceremonia religiosa, el Jefe del Estado paseó por varias de las calles de Puertomarín comprobando la limpieza y la comodidad  del nuevo emplazamiento. Alrededor de las ocho de la tarde  se despidió de las autoridades, entre grandes ovaciones y vítores de los vecinos, regresando a su residencia de verano del Pazo de Meirás.

Luciano Yordi, Juan Castañón de Mena y Luis Fernando Quiroga y Piñeyro, serían galardonados con la Gran Cruz y encomienda de la orden del Mérito Civil, por tan decisiva obra.

P/D: Tuve el honor y el inmenso placer de conocer y tratar personalmente a los Ingenieros Luciano Yordi de Carricarte y Luis Fernando Quiroga y Piñeyro, ambos lamentablemente fallecidos. Luciano Yordi, gran amigo de mi recordado padre Marcelino, fue sin duda un ingeniero revolucionario. Tras trabajar en el proyecto del aeropuerto de Alvedro y en el de la refinería de petróleos de La Coruña, en 1955, se incorporó a las Fuerzas Eléctricas del Noroeste, S. A. FENOSA. Allí lograría su mayor obra de ingeniería, la presa de Belesar, realizada entre los años de  1957 a 1963.

Quedarán para siempre en  mi memoria imágenes de mi juventud, cuando comencé a acudir,  a partir del año 1975, a la inolvidable Cafetería Capri, situada en la Avenida de La Marina coruñesa. A ella acudía muchas tardes “Chano Yordi” como era cariñosamente conocido en La Coruña, a tomarse una consumición y debido a su gran generosidad invitar a sus consumiciones al grupo de jóvenes, entre los que me encontraba, que con nuestra presencia alegrábamos las tardes del “Capri” del recordado y gran amigo Luis Núñez Regueira.

La elegancia y caballerosidad de Luis Fernando Quiroga y Piñeyro “Fana”, como cariñosamente se le conocía en La Coruña, tuve oportunidad de conocerla  y apreciarla dentro de sus importantes cargos en la empresa FENOSA, colaboradora, a través del departamento que dirigía, de la comisión promotora de las Hogueras de San Juan, de la cual era directivo. Igualmente, en mi época de presidente del Sporting club Casino, recibí innumerables atenciones de aprecio y estima por parte del querido “Fana”, uno de los presidentes más emblemáticos y eficaces de la historia del real club de Golf de La Coruña y creador también del Museo Eléctrico y de Arte de Fenosa. 

Con motivo del expolio perpetrado por un gobierno miserable y traidor a España, junto a  una justicia parcialísima,  vendida a ese gobierno, que nos lleva al despeñadero, del Pazo de Meirás a la familia Franco, Luis Fernando Quiroga, luchó con todos sus medios, de forma denodada,  para que aquella injusticia y robo indecente e incalificable, en el que también tuvo que ver y  muy mucho, el ahora jaleado por la prensa pesebrera, pagada de forma indecorosa y mafiosa con el dinero de todos los españoles, el nuevo adalid, “menudo pájaro”, Alberto Núñez Feijoo, no se produjera.

Por la Misericordia de Dios, descansen en paz tan irrepetibles coruñeses.

Otro si: P/D: Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso  ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-,  llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.

ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA.

Autor

Carlos Fernández Barallobre
Carlos Fernández Barallobre
Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.

En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.

 
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