20/09/2024 12:57
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Hacia las ocho de la tarde,

cuando ya está el sol de retirada,

un baño suelo ir a darme

delante de mi casa, en la playa de Palma.

El mar me acoge en sus aguas

como un manto protector

cálido y ondulante.

Las cosas de mi vida

someto a escrutinio con calma

en ese momento del día

de total distensión:

los frentes que tengo abiertos,

los objetivos ya cumplidos,

mis errores, mis aciertos…

En la gente que quiero pienso

y a Dios mis plegarias elevo

pidiéndole nos ayude

a no desviar nuestros pasos

del camino que lleva al Cielo.

La luz se va desleyendo

en el aire y sobre las nubes

el sol su fuego diluye

despidiéndose hasta mañana

antes de hundirse en la Tramuntana.

Renovado salgo del mar

y me envuelvo en mi toalla

cuando la noche empieza a tomar

suavemente la playa.

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