22/11/2024 16:24
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Si escribir en España, como diría Mariano José de Larra, es llorar por las penas propias o extrañas o por la Patria que se va, yo les aseguro que yo hoy ya estoy llorando por la pena de un amigo que llora, a su vez, su propia pena por la hermana que se fue.
Si escribir en España es compartir la adversidad del amigo que lucha contra su dolor y contra la muerte de su hermana más querida… yo les aseguro que ahora mismo estoy compartiendo y luchando a su lado… que ya lo dijo otro de mis buenos amigos, mi Don Miguel del alma (y para mi sólo hubo, hay y habrá un DON MIGUEL): «El hombre sólo sabe si es grande si enfrentado a la adversidad sabe luchar y vencer»… y por ello sé lo grande que es mi amigo Mario, porque he sido y sigo siendo testigo de sus  combates victoriosos contra la adversidad.
 Ayer contra la adversidad político-financiera del Poder.
 Hoy contra la adversidad de un destino cruel que hace, casi siempre, chirriar al alma.
«Ella, Ana, nuestra hermana pequeña, era sobre todo y por encima de todo, la bondad personificada. Vivió soportando un injusto sufrimiento, lo que incrementa exponencialmente la calidad de lo sufrido».
¡Oh Dios, oh vida, oh muerte!
«La fragilidad de la vida, esa inmensa capacidad de alterar  nuestro surco vital de manera brusca… tan patente como imprevista. La sentimos de modo especialmente intenso cuando acontecimientos inesperados nos golpean e lo más profundo, dejando tras de si, no sólo una sensacón de vacío, la presencia de una ausencia, sino adicionalmente una áspera sensación de justicia existencial»
 ¡Oh Dios, oh vida, oh muerte!
Sí, amigo Mario, así es la fragilidad de la vida y así es la imprevisión de la muerte. Pero, te recuerdo lo que mi otro amigo, mi Séneca mentor de almas, suele decirme con frecuencia:
«Querido Lucilio, no te aflijas con la muerte, porque la muerte no es sino la gran liberación de la vida…y sobre todo un simple cambio de destino. Hoy estás aquí y mañana estás allá».
Aunque ya sé que la adversidad no podrá nunca contigo, porque tú eres un Alma Ardiente (de las que quedan pocas) que sobrevuela sobre las Almas Dormidas (de las que tanto sobran)…
Y si escribir en España es llorar y compartir las penas propias y las ajenas, puedes estar seguro que en tu lucha contra la adversidad no estás solo, que algunos estamos contigo, al menos yo.. Un abrazo de amigo para un amigo. YO.
¡Adelante, siempre adelante!

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