21/11/2024 15:28
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Había coincidido con Joaquín algunas veces, pero hablé más con él en una reciente peregrinación. Amante de la montaña y la espeleología que me iba indicando cuanto quedaba en el camino en las duras jornadas. Hace poco nos mandó un mensaje por un grupo diciendo que rezásemos por él que iba a ingresar como cartujo. Fue una gran sorpresa, pues llevaba su vocación en silencio. Conozcan el proceso de su historia.

¿Cómo fue naciendo en su vida el deseo de consagrarte a Dios como religioso?

No fue un descubrimiento momentáneo, fue algo paulatino que fui viendo en la oración, hablando con el director espiritual o con amigos sacerdotes. Fue un descubrimiento progresivo tras una intuición o una inclinación a un tipo de vida. No hay un momento concreto. Viendo los males que hay en esta sociedad, tienes más motivos para entregarte por completo a Dios, siempre contando con su fuerza y su llamada.

¿Por qué en la Cartuja? ¿Qué es lo que más le atraía de esa vida?

Siempre tuve mucho contacto con la montaña, con el entorno natural y la vida contemplativa siempre me atrajo bastante, por ser una vida de reflexión, de oración, de mirar hacia un Dios, que lo es todo, que es el que nos ha creado, el que nos sostiene en cada momento. Es un tipo de vida que tiene algo muy especial para entregarte a Dios de una manera plena. Nunca me gustaron las multitudes y la vida de soledad siempre la he llevado bastante bien. Siempre me atrajo la vida eremítica. Tengo un amigo que es medio eremita y siempre he tenido muy buen trato con él y mucha amistad.

¿Por qué el contacto con la naturaleza, el silencio…es algo que siempre ha buscado?

Ya desde pequeño tuve muchos momentos de excursiones los sábados con mis padres, de pasear, de andar por la montaña… De mis 5 hermanos, 4 íbamos por la montaña a descubrir castillos, a recorrer la geografía alrededor de Castellón, las diferentes sierras…y esto se intensificó mucho más con mi afición a la espeleología. Siempre tuve buenos momentos y de silencio, de recogimiento, de admirar las maravillas de la creación.

¿Cómo fue el proceso de discernimiento?

Ha sido algo que duró bastante tiempo, hablando con diferentes personas, estudiando cómo era la vida monástica, meditando….Tuve hace 2 años una pequeña experiencia vocacional estando 2 semanas de prueba en la Cartuja y lo viví muy bien y me adapté bastante bien a la vida en la ermita, que es donde viven y están retirados los cartujos. Son una especie de viviendas en donde hay un jardín y diferentes espacios de trabajo, de oración, el baño, la cama, el escritorio o estudio….

¿Cuál fue el punto de inflexión en el que tomó esa decisión tan trascendente en su vida?

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Es una pregunta complicada y una decisión difícil. Siempre rondó mi cabeza esa opción en mi vida y una vez hice la prueba y me adapté bien, la balanza se decantó por este tipo de vida hacia Dios, dejando mi trabajo y dejándolo todo por el Señor. Ya felizmente di el paso de abandono del siglo para dedicarme por entero a Dios.

¿Es consciente de que en cierta manera es un morir al mundo para nacer para Dios?

Plenamente, la única manera de poder vivir como ermitaño y apartado del mundo es dar este paso. No es una renuncia violenta como de rechazo al mundo sino de enamoramiento pleno de Dios. Si uno siente la llamada de Dios y su amor, en su escala de valores pasa a ser lo primero y se hace todo muy llevadero, a pesar de la dureza de la vida del claustro, de la renuncia de familia y amigos, de viajar, de las aficiones… Si uno está enamorado de Dios sabe que en esta vida le va a dar el ciento por uno y sobretodo la promesa de la vida eterna, que es lo que de verdad importa. Si uno está muy unido a Dios, lo demás es totalmente irrelevante y pasa a un plano muy secundario.

¿En qué medida ese alejamiento del mundo, hace que desaparezcan muchos obstáculos en el camino de la santidad?

Realmente apartándote del ruido del mundo, de la secularización actual…en un ambiente de recogimiento, de silencio, es más fácil acercarte a Dios, tener momentos de intimidad mucho más intensos y estar en una presencia muy plena de Dios, al no tener preocupaciones materiales ni compromisos mundanos.

Sin embargo, es una vida objetivamente muy dura, de mucha oración y sacrificio, trabajo manual etc…

Exactamente, pero si uno cree que Dios le llama para alabarle, para orar, para pedir por el mundo…la ascética es necesaria y al ofrecer toda tu vida, toda tu voluntad eso tiene un valor muy grande para Dios. Si uno busca la santidad es la mejor manera de ayudar a la Iglesia y a salvar almas, teniendo como referente al mismo Cristo que se entregó dando la vida para redimirnos del pecado y salvarnos. El cartujo se retira en soledad, a una vida dura y de renuncia, para tener esa plenitud en Dios.

¿Por qué la alegría interior de vivir unido a Dios, no tiene que venir acompañada necesariamente de un gozo sensible?

Cuando una persona lo deja todo, por una vida de sacrificio, de penitencia…tiene muy pocos gozos sensibles, muy apartado de la sociedad del bienestar, pero está más propicio para la escucha de Dios a través del silencio interior y silencio exterior, que son importantísimos, especialmente el interior. Cuando estás muy unido a Dios, Él mismo te da una especie de compensaciones espirituales y alegrías interiores al estar unido a Él. Uno no puede vivir de estos consuelos, sino de la fe, que es la que realmente hace que tu voluntad esté unida a Dios, independientemente de la consolación o desolación. Puede haber momentos de dificultad en la vocación, donde uno tiene que tener un convencimiento para perseverar en las luchas interiores. Uno reza mucho y se sacrifica, pero a veces no se ven los frutos, hay que vivir de la fe. Dios va obrando a través de la humildad, del desprendimiento, de la entrega…Dios ante la humildad y confianza de los santos obra en ellos maravillas.

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¿Qué diría a algún joven que se esté planteando la vocación a la vida religiosa?

Que es una decisión que tiene que nacer de dentro, nadie te tiene que convencer, eres tú el que tienes que dar el paso. Si buscas con rectitud de intención seguir la voluntad de Dios si te llama a la vida religiosa tienes todas las opciones de ser feliz. Si uno busca siempre la voluntad de Dios, Él te compensa con esa felicidad que todos anhelamos. A veces no es fácil discernir la llamada, pero hay que ser valiente para atreverse a probar para saber si Dios realmente te llama. La vida religiosa viene condicionada por la obediencia, por negarse a uno mismo, que es todo lo contrario al mundo moderno.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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