22/11/2024 00:33
Getting your Trinity Audio player ready...

El grupo Renault ha anunciado ayer una «revolución» de su actividad con el objetivo de convertirse en un grupo automovilístico «de Nueva Generación» y concentrar sus recursos en las nuevas cadenas de valor que surgen en la industria del automóvil y la movilidad: vehículos eléctricos (EV), software, nuevos servicios de movilidad, economía circular, además de vehículos térmicos e híbridos.

Esta nueva organización permitirá a Renault Group captar el valor de nuevos negocios (profit-pools), estimados por fuentes externas en unos 220.000 millones de euros en 2030, frente a los 110.000 millones actuales.

Para aprovechar las oportunidades en estos mercados y adaptarse al entorno actual, Renault Group crea organizaciones dedicadas y transformará su cartera de negocios «explotando cadenas de valor estructuralmente más rentables», además de aprovechar un enfoque horizontal y ecosistémico para cocrear, cofinanciar y ampliar las iniciativas estratégicas con socios de primer nivel.

De este modo, la compañía ha establecido cinco áreas de negocio especializadas en las nuevas cadenas de valor: Ampere (coche eléctrico y software); Alpine (vehículos deportivos); Mobilize (nuevo mercado de servicios de movilidad, energía y datos); Neutral (economía circular y reciclaje de baterías); Power (combustión interna e híbridos de bajas emisiones).

En este sentido, Renault ha confirmado su intención de que Ampere comience a cotizar en la Bolsa de París en la segunda mitad de 2023 como muy pronto, así como la creación junto a la china Geely de una nueva sociedad al 50% para motores híbridos y de combustión (proyecto Horse). Ello ha llevado a sus acciones a subir cerca de un 5%.

Bajo la nueva estructura, la compañía ha proyectado lograr un margen operacional superior al 8% en 2025 y superior al 10% en 2030, así como un flujo de caja libre superior a 2.000 millones de euros al año de media en 2023-2025, y superior a 3.000 millones de euros al año de media en 2026-2030, incluyendo un dividendo de Mobilize Financial Services previsto en más de 500 millones de euros al año de media, sujeto a las aprobaciones reglamentarias y del Consejo de Administración de MFS.

Asimismo, Renault Group prevé restablecer el pago de un dividendo a partir de 2023 y se ha marcado la meta de que la tasa de distribución aumente gradualmente y de manera disciplinada hasta el 35% del resultado neto – parte del Grupo, a medio plazo. Para ello, el Grupo deberá alcanzar su primera prioridad, que es volver a una calificación crediticia de grado de inversión.

LEER MÁS:  Ford completa su gama de comerciales con las versiones más lúdicas

Por otro lado, Renault Group prevé reinvertir al menos el 50% del exceso de tesorería generado en el Grupo. En el futuro, la compañía desea ser más activa en las inversiones financieras, pero limitándolas a un máximo del 15% al 20% de su free cash-flow.

Para la asignación de la tesorería restante, aparte del dividendo, Renault quiere asociar a los asalariados a su rendimiento para favorecer un sentimiento común de pertenencia al proyecto y alimentar una cultura del valor con la ambición de hacer crecer el accionariado de sus empleados hasta el 10% del capital de aquí a 2030.

«Pretendemos posicionarnos más rápido y más fuerte que la competencia en las nuevas cadenas de valor del automóvil: vehículo eléctrico, software, nuevas formas de movilidad y economía circular», ha indicado Luca de Meo, consejero delegado de Renault Group.

De su lado, el director financiero de Renault Group, Thierry Piéton, ha destacado que esta futura arquitectura empresarial permitirá a la compañía mejorar sus resultados financieros, apuntando a la rentabilidad, a la generación de free cash flow y al rendimiento del capital empleado al mejor de los niveles.

«Al entrar en cadenas de valor estructuralmente más rentables, transformará nuestro mix de actividades y creará valor», ha señalado, añadiendo que el plan es ambicioso, pero también realista a la luz del actual entorno macroeconómico.

Autor

REDACCIÓN