25/11/2024 00:14
Getting your Trinity Audio player ready...

El 10 de enero de 2019 publiqué un artículo tachando al Presidente Sánchez de traidor a la Patria, por el que algunos me acusaron de radical, pues bien, hoy tras escuchar el discurso que ha pronunciado en el Liceo de Barcelona, no solo me ratifico, sino que  voy más allá y pido ya, abiertamente, a quién corresponda que mande detener a ese sujeto y lo mande, sin miramientos, al penal del Puerto de Santa María POR TRAICIÓN A LA PATRIA.

Pero, lean lo que escribí hace ya dos años:

“El ciudadano Sánchez Pérez-Castejón (algún día habrá que aclarar de donde le viene ese apellido compuesto) está actuando con el «procés» catalán como un verdadero Traidor a la Patria, ya que está haciendo concesiones que ponen en peligro la Unidad de España… y todo, que es lo peor, por mantenerse en la Moncloa. A los ojos de toda España se está comportando como si la Constitución que soporta el Estado de Derecho que vivimos fuese papel mojado. No se da cuenta, y si se la da es más grave aún, que en un futuro no lejano podría ser acusado de «Traición a la Patria», porque así califica el Código Penal español a los que ponen en peligro la seguridad del Estado y la simple existencia de España, ya vengan de enemigos exteriores o interiores. Sin tener en cuenta lo que piensan el resto de los españoles, que son los verdaderos amos y señores de la Soberanía Nacional, acepta y se sienta a negociar con los independentistas catalanes que, como le dicen en su propia cara, sólo aspiran a separarse de España y proclamar su República independiente (y ayer se lo dijo muy claro la portavoz de ERC: “a nosotros nos importa un comino la gobernabilidad de España”) y esto lo hace pensando que «su» Poder es absoluto y que sus actos son tan «inviolables» como los del Jefe del Estado.

Pues para que no lo olvide creo que hay que recordarle el caso más sonado de la Historia de España. O sea, la condena por «alta traición» del Rey Alfonso XIII, que acordaron la Comisión de Responsabilidades de las Cortes Constituyentes de 1931 que, curiosamente, presidía un socialista con mayoría de compañeros del partido. Veamos:

Las primeras Elecciones de la República se celebraron el 28 de junio de 1931, a los pocos meses de proclamada la República. El 14 de julio se constituyeron las Cortes Constituyentes y eligieron como Presidente a Don Julián Besteiro. El 31 de julio quedó constituida la Comisión de Responsabilidades, que estaba integrada por 21 miembros de variada procedencia política (hasta 11 partidos). Fue elegido Presidente el socialista Manuel Cordero. El 12 de agosto la Comisión de Responsabilidades presentó al Pleno de las Cortes su primer Dictamen y el 12,19 y 20 de noviembre se debatió el Acta de Acusación contra el Rey Don Alfonso XIII, que al final quedó redactado en síntesis así: 

 

«Las Cortes Constituyentes declaran culpable de alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando los poderes de su magistratura contra la Constitución del Estado, ha cometido la más criminal violación del orden jurídico del país, y, en su consecuencia, el Tribunal soberano de la nación declara solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena. Privado de la paz jurídica, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional.

Don Alfonso de Borbón será degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de sus representantes elegidos para votar las nuevas normas del Estado español, le declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás ni para él ni para sus sucesores.

De todos los bienes, derechos y acciones de su propiedad que se encuentren en territorio nacional se incautará, en su beneficio, el Estado, que dispondrá del uso conveniente que deba darles.

Esta sentencia, que aprueban las Cortes soberanas Constituyentes, después de publicada por el Gobierno de la República, será impresa y fijada en todos los ayuntamientos de España, y comunicada a los representantes diplomáticos de todos los países, así como a la Sociedad de Naciones».

«Previa la correspondiente pregunta, fue aprobada por aclamación, dándose Vivas a la República y a España.

El Señor Presidente, puesto en pie, dio Vivas a la República y al Pueblo español, que fueron contestados con gran entusiasmo por todos los Señores Diputados.

Eran las tres y cincuenta y cinco minutos de la madrugada del día 20 de noviembre de 1931″.

Y eso que Alfonso XIII cometería muchos errores, el más grave aceptar la Dictadura de Primo de Rivera, pero jamás nadie, ni siquiera sus enemigos, pudieron acusarle de querer romper la Unidad de España, porque para él España era lo más sagrado: «Lo dije en Córdoba, lo dije en Zamora y lo mantengo hoy, ya en el exilio: por encima de las ideas formales de Monarquía o República, por encima de los partidos y hasta de la Constitución está ESPAÑA y así lo deben entender todos, monárquicos o republicanos, civiles o militares».

Así que Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón no olvide que está actuando como un «Traidor a la Patria» y que algún día España le podrá exigir responsabilidades”

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
LEER MÁS:  Macarena, España está contigo... Por Julio Merino
Últimas entradas