30/09/2024 22:41
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Este artículo nace de la visión de nuestra España como un animal enfermo y cada vez más escuálido al que todo se le vuelven pulgas, parásitos y garrapatas. 
 
Lo que un día fue la novena potencia industrial ha devenido en convertirse en la taberna de Europa. Gracias al glorioso régimen del 78. Mientras, toda clase de parásitos le succionan la sangre, cada vez más escasa. A los robaperas del PP y PSOE se les han sumado los nuevos chinches de VOX y PODEMOS.  Pululan por toda clase de instituciones y organismos, en especial los autonómicos con buenos sueldos y coches oficiales. Para saciar su alto nivel de vida se van exprimiendo cada vez más a autónomos y clases medias, convirtiéndose nuestra patria en un país de ricos y pobres.
 
Esto no tiene solución dentro de los parámetros de la Constitución del 78. Pues hay que darle la vuelta a España como a un calcetín.  Para que podamos cambiar el nefasto rumbo y llegar a ser un país serio.
 
Hay que acabar con las autonomías.  Hay que nacionalizar las energías.  Son las primeras medidas a tomar si queremos levantar el vuelo. 
 
Ya basta de exprimir al ciudadano.  Y ahora, con el 20 por ciento de inflación de los productos cotidianos, las familias ya no pueden más.
 
En cualquier país este expolio bastaría para que abriesen las calles. Pero aquí estamos como atontados con tanto botellón, tanto fútbol y con tanta gente cobrando subvenciones de la administración. 
 
Pero esto está a punto de reventar y pronto se producirá la reacción del pueblo español.
 
No se olvide tampoco que los que venían a salvarnos las pensiones son otros que se han sumado a la fiesta de las garrapatas.
 
Además de un conglomerado de chiringuitos ideológicos que se suman a la fiesta de los chinches.
 
Todo quisqui succiona de las ubres de la perra flaca, y los que aportan son cada vez menos.
 
Así pues se ha formado un tinglado que no tiene ni pies ni cabeza y que hay que acabar con el si queremos sobrevivir.
 
Y lo que es peor, todos estos succionadores ejercen una censura brutal sobre las mentes lúcidas, envidiosos de su talento y de su empuje.
 
Como ven ustedes la situación no puede ser peor. Al perro flaco solo le falta coger la sarna para que esto explote y nos arrastre a todos.
 
Por eso he pedido a mis paisanos que reaccionen y que organicemos una marcha a Madrid a dejar bien claro que no vamos a consentir que se nos siga robando de esta manera.
 
Creo sinceramente que ya llega el día de la reacción al latrocinio y que desparasitaremos nuestra patria de piojos, pulgas, garrapatas y chinches.
 
La elefantiasica administración ha de ser podada como si fuese un árbol frutal y deshacernos de chupones y ramas muertas.
 
E incentivar la excelencia, el buen hacer y el afán de prosperar siendo útil a la sociedad. El talento también está aletargado y hay que despertarlo.
 
Todo es posible. Y aún estamos a tiempo. Pero hemos de reaccionar ya. Antes de que el perro flaco y pulposo se nos muera de inanición.
 
Dejarnos de ecologismo, de homofilias y de cuentos chinos y dedicarnos a engrandecer la patria con nuestro trabajo, talento e inteligencia. 
 
Pero no es de recibo el seguir sentados en el sofá viendo fútbol y bebiendo cervezas. Hay que salir y tomar las calles de una vez.
 
Y vuelvo a repetir de que estoy completamente seguro de que pronto se producirá eso, pues las familias españolas ya sienten en sus carnes la depravación de nuestras «elites».
 
Lanzo un llamamiento a los camaradas para que se preparen a encabezar el movimiento de resistencia al expolio que sufrimos. No podemos seguir pagando los impuestos que pagamos para mantener a tantísimo parásito, ni podemos seguir pagando las energías a los precios que las estamos pagando.
 
Avisé de todo esto hace ya varios años en mi libro Contra la despoblación (Europa en la encrucijada). Todo lo que dije se ha hecho realidad.  Llega la hora de poner pié en pared. Hay que cortar por lo sano la sangría que padecemos.
 
Por nuestros hijos y descendientes hay que ponerse ya a desparasitar al perro para pasar a engordarlo después. Es nuestra misión sagrada. Ahora o nunca.
 
Y ya les dejo. Estoy regando mi huerto a la par que escribo estas líneas. Los rosales tienen pulgones y los frutales cocos. Me tendré que poner a fumigarlos también. Póngase ustedes a desparasitar al perro flaco o pronto la miseria nos alcanzará a todos. 
 
Les prometo que la marcha de los chalecos azules será una realidad este Otoño. Las cosas van marchando y mis paisanos no me fallarán. Espero la colaboración de todos ustedes también. Por la patria, el pan y la justicia.

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REDACCIÓN