22/11/2024 00:33
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Vergonzoso y más. No saldremos nunca del fango en el que nos podemos ahogar y al final nos ahogaremos. La casta política así lo quiere. Sólo quiere seguir siendo casta, y mientras no se elimine esta secta seguirá siendo más casta. Sacan fango del polvo meando encima. No quieren sino hacer más polvareda. Los cerdos se regocijan gozosos entre el fango. En España ya sale la mierda de la corrupción por las ventanas. La puerta de entrada ya no abre y la huida tirándose por la ventana equivale a morir espachurrado contra el asfalto como una sabandija. ¿Cómo se va solucionar así ni el menor problema con estos personajes? y, ¿aún quiere usted creer en la clase política, ahora casta? Cuando se acaba la fe la vida ya no tiene otro horizonte, y en esas estamos. Cómo les excita la llegada de las elecciones. No creen lo que dicen ni dicen lo que creen, y les importa un comino. Perdieron la fe, esperanza y caridad, también la brújula, y deambulan como zombis. Lo que entendemos como derecha dirigente, copió pronto toda la maldad de la izquierda. Algunos arriesgan el tirar la caña al río. ¡Algo caerá! ¿Se puede jugar así con la dirección de un país? ¿Se puede decir que antes de pactar con Vox repetirán elecciones? ¡Vaya muñeco, o digo Mañueco! «Antes de gobernar con VOX, renunciaré al poder», afirmó. Al final lo desmintió. ¿Por dónde saldrá el sol? Si dejan el poder a la izquierda es para fusilarlos al amanecer por traición. Ustedes quieren que siga desgobernando el psicópata de Falconetti, y eso es lo que les importa o no les importa pero les da lo mismo, mientras dinamitan todos los días la derecha. Se auto dinamitan; son masoquistas. Encima de tontos, malos. En este país caudillista, y de extremos, se le da siempre la razón al jefe aunque no la tenga. Terminarán defenestrando a Isabel Ayuso como antes Cayetana, y hacen con Vox. No hay remisión. Al que le caiga una sentencia rara que se dé por jodido. Veremos a ver si no somos la excepción de la regla y se les atragantan las malas intenciones. Parece que ustedes se pasaron al enemigo o ya no son de derechas. Ustedes ya no son de nada. No sé de dónde serán porque ni ustedes lo saben. Ustedes nos trajeron esta mierda tóxica y ahora quieren mantenerla.

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Los políticos viven de los problemas y los seguirán creando, cada vez con menos escrúpulos y sin la menor moral. Se blindan en su casta para que nadie les pueda atacar. Si vox, que es el único discrepante, no consigue meterlos en razón, apaga y vámonos. Siguen emperrados en votarlos fuera, por la derecha y por la izquierda, todos, porque la fuerza de la mafia es muy grande y no se atiende a razones. Y antes de atragantarnos con lo que cayó hoy aquí, un servidor quiere cambiar de tema un momento y rendirle el mejor homenaje póstumo a don Bonifacio Varea, suegro del director de este periódico, que acaba de morir. Creo que ya es a diario que se va alguien a quien admiro, amigo, familiar o allegado. Ayer se me fue en mi tierra leonesa, Ventura, un primo segundo y hombre formal, sereno y juicioso, donde los haya y ejemplo de padre cuyos buenos genes deja en sus hijos. Hoy veo que don Bonifacio ya no está aquí. «Bonifacio Varea González. Periodista e Investigador, nº 300404 por el Archivo General de Simancas», dice su tarjeta de visita. Contrariamente a lo más sucio conocido que es la política que nos toca hoy, perdemos a un hombre limpio en todos los órdenes, don Bonifacio; un hombre bueno que nos dejó a los 95 años. D.E.P.

Y termino esta especie de esquela con las palabras -que son mejores que las mías- de su amigo Antonio Parra, que finalizan su artículo de hoy día 11 de febrero, en este medio: «El Boni se ha ido a montar guardia sobre los luceros. Descanse en paz y haznos allá un hueco que sea un buen atisbadero para ver con serenidad desde las estrellas el sangriento descuartizamiento de la Patria por políticos sin médula, monarcas trincones y curas perversos».

Qué diferencia de estos hombres que los medios ignoran, empezando por Google, a los que nos deshumanizan y envilecen desde el poder y que los meten hasta en las sopas. A los depravados de la izquierda que engloba terroristas, separatistas, comunistas, delincuentes y todo lo peor que se pueda conocer. ¿Quién nos salvará del fango que nos llega hasta el cuello? Qué trifulca absurda entre Rocío Monasterio y la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, cuya competencia en la seguridad no le compete. Es lo absurdo sobre lo absurdo. ¿Eso será hacerse un Ayuso? Alguien llamó a Isabel, «Ledy machete». El problema de las bandas callejeras del machete seguirá sembrando el pánico en la nuit de Madrid. Los políticos no quieren solucionar este problema tan fácil desde el gobierno. A Isabel Ayuso, una política estupenda, y ese es el problema, le cortarán la cabeza los que tiene al lado. ¡Cuidado que vienen los nuestros! Creí que Rocío Monasterio e Isabel, eran más amigas. La política lo ensucia todo y en ella no hay amigos. La derecha tiene que estar dividida para que sigan mandando en España sus enemigos: terroristas, descuartizadores como los supremacistas, chupópteros y un individuo repelente como Pedro Sánchez a la cabeza, dirigiendo la banda criminal a su capricho. ¿Eso es lo que quiere la derecha? Como decía aquel alcalde, ya no se sí dejar a los nuestros y pasarme a los otros. No pueden ver a Vox, ni a la Ayuso aun siendo del mismo partido PP. Por algo será. Triste es también lo de la España despoblada, y la campaña de Castilla y León que finaliza. Ese problema nunca se solucionará. No mientan. La casa no empieza por el tejado. Antes hay que modificar la Constitución, la ley electoral y otras, y mandar al infierno las autonomías, los chiringuitos, a todos los corruptos y a toda la política ladrona y perjudicial de la izquierda, empezando por el jeta loco de Sánchez. A partir de ahí se podrá solucionar alguno de los problemas eternos, si hay voluntad verdadera que ya es difícil. Soy septuagenario de una de las zonas más deprimidas de esta comunidad que los políticos previo a las elecciones van a arreglar. Eso lo escuché toda mi vida: Esto se va a arreglar. Toda la vida arreglándose y nunca se arregló. Nadie con experiencia y conocimiento puede ya creer en esa falsa esperanza eterna. Una utopía estúpida más: una distopía.

Autor

REDACCIÓN