La canción del verano es la basura titulada Quédate. Por Luys Coleto

Getting your Trinity Audio player ready...

Serán ceniza, mas tendrán sentido (Francisco de Quevedo, Amor constante más allá de la muerte)

La firma el diyei argentino Bizarrap junto al canario Quevedo. Al principio, bautizada como BZRP Music Sessions Vol. 52. Más tarde Y nos fuimos a uno. Hasta Quédate, la canción, hogaño, más escuchando del planeta. Superando a Despechá (Rosalía) y Te felicito (Shakira): tres bailables, dizque canciones, para hacer más llevadero el despecho en los hodiernos tiempos de liberalismo sexual. Mixturando a disímiles partes Me gusta todo de ti de Raw Alejandro y Experimento de Myke Towers. Y la legendaria afición del Betis, versionándola. Y cuando Quevedo dice “Quédate, que las noches sin ti duelen” hace que a uno le duelan hasta los días. Qué puto horror. Qué decadencia. Hace quedar a Luis Fonsi o Sonia y Selena o Enrique Iglesias o Las Ketchup o El Koala o Lou Bega o Georgie Dann como cruces entre Beethoven y Mozart. La raza degenera. De Quevedo a Quevedo.

Glosa y crítica

Apretada síntesis. Impenitente follador, perreando toda la noche con su «guacha», machito con nobles sentimientos, consiguen, por fin, dormir a las diez. Felicísima memoria, “botellas de champán” mediante, rememora el menda lerenda, “mirándose a los ojo”, «poses» y «gemidos». E implorando al Altísimo, redundar tal cópula. Y con los planes, ya hechos, por si repite la compiyogui de canarios y próvidos polvazos: «El sábado teteo, el domingo misa».

Y Fernando Neira (50 años), crítico musical de El País y Cadena Ser, lo borda, valora la “calidad” de la pieza: “Es la canonización de la nada. No hay un solo nanogramo de personalidad, de lenguaje propio, en la música. Y no digamos ya en la voz, ultraprocesada y cacofónica, que es la de Quevedo pero podría ser la tuya, literalmente. La letra, si se puede considerar tal (y si se entiende, que no es sencillo), es un bochorno sonrojante, la súplica de un machirulo que intenta dárselas de tío con sentimientos. Definitivamente, nos estamos dejando manejar por la dictadura del algoritmo y por los espejismos de la viralidad y sus progresiones geométricas. Nadie recordará esta cosa de aquí a un año, igual que a nadie le da por escuchar a estas alturas Despacito. Con una salvedad: en comparación con esto, la canción de Luis Fonsi es una sinfonía de Mahler”…

LEER MÁS: Por qué lo llaman viruela del mono cuando quieren decir atroces efectos adversos (SIDA, cáncer, herpes zóster) de la timovacuna covid. Por Luys Coleto

..Y una discrepancia, sobresaliendo, con el crítico de El País: por desgracia, esto no es la repulsiva Bebito Fiu Fiu, puro espejismo de viralidad. Me da a mí que la #Session52 tiene, por desgracia, combustible para decenios. Veremos si el próximo año continúa sonando semejante porquería con ínfulas. Haciendo buena a la pésima Rosalía. Qué espanto. En fin.

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.