24/11/2024 18:19
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Estuvo cerca, tanto como para dar un vuelco a las encuestas en intención de voto contra el PP. No estamos para asustar al electorado con errores imperdonables. Feijóo caminaba con aparente servilismo hacia la trampa sanchista, comunista e independentista por la renovación del CGPJ. Parecía que la presión sobre el líder popular surgía el efecto esperado y Bolaños daba por hecha la firma,  espaciando la agenda para culminar el asalto definitivo a la Justicia, el golpe de gracia iniciado por Felipe González atentando contra la separación de poderes allá por el año 1983 cuando el expolio delictivo, e impune, de Rumasa, la primera gran corruptela iniciada con un expolio criminal que exoneró a José María Ruiz-Mateos en 1996 de cualquier inexistente responsabilidad delictiva. De aquellos polvos el lodazal fétido de la corrupción del PSOE en su apogeo indisimulado.

 
Largo fue el camino del PSOE para intervenir el CGPJ y que cayera tras de sí el Tribunal Constitucional para reformar, al antojo de los enemigos de España, la Constitución. Si bien al principio el socialismo disimuló la radicalidad, bastó que un tramposo como Pedro Sánchez echara el resto quitándose el partido socialista la máscara de lo democrático. No hay disimulo en la coacción contra los jueces, ni en la miserable presión mediática a la que son sometidos los vocales conservadores del Alto Tribunal para que cedan ante las pretensiones frentepopulistas. El pulso era obligado en apoyo de la imparcialidad de la Justicia y los inquebrantables postulados de la separación de poderes con el fin de preservar la democracia. Con las espadas en alto, la renovación quedaba pendiente frente a los embates de Sánchez, pero en pocas horas Feijóo ha alarmado cuando parecía que iba a entregar lo que por tanto ha porfiado con juego sucio la cloaca monclovita. 
 
Afortunadamente, y no por un ejercicio de humildad que hubiese sido escuchar los consejos de cuantos no se arredran ante las coacciones de la siniestra, como Isabel Díaz Ayuso y VOX en pleno, han aflorado las intenciones de favorecer a los golpistas catalanistas reformando el Código Penal para rebajar a la mitad las condenas de los políticos presos. Un toque de atención proporcionado por la acelerada María Jesús Montero, precisamente beneficiada en los tribunales que han encontrado defectos de forma en el caso Isofotón donde está implicada de presunta corrupción hasta las trancas con la anterior Junta de Andalucía. Gracias a la indiscreción o por apresurarse en mostrar las cartas a los cómplices de la aberración,  Feijóo ha podido reaccionar cuando el desgobierno ha vendido la piel del oso antes de cazarlo…O el oso ha escapado de la trampa justo cuando iban a desollarlo vivo y con él las garantías democráticas que a duras penas resisten con la banda criminal de Sánchez, dándolo todo para asegurarse otra destructiva legislatura previa impunidad de sus muchas actuaciones delictuosas, incluida la sospecha de la alta traición. 
 
Hará bien Feijóo en no ceder a los muchos cantos de sirena que oirá durante la singladura hasta las próximas elecciones Municipales,  Autonómicas  y Generales. Al día de hoy adolece de la tibieza que menos se necesita para convencer a un potencial electorado. El Partido Popular no le debe nada al socialcomunismo, siendo mejor pagar la deuda de lealtad que debe a quienes confían en la debida prudencia para sacar a Antonio Senegal,  doctor cum fraude, de la usurpada presidencia del Gobierno de España. Cuanto más quietecito se quede, sin entrar al trapo el candidato gallego, mejor.

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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