24/11/2024 22:15
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Mientras estés vivo, aunque sé por tu apariencia que poco te falta para expiar definitivamente tus innúmeras culpas, seguirá coleando tu ponzoñoso aguijón. Me burlo de tus vanos intentos por causar dolor, demonio, porque te has sembrado el campo de las cizañas que cubrirán tu tumba. 

 
Llegará el día en que habrás de rendir cuentas cuando tu cadáver sea enterrado junto al basurero de tus obras terrenas. Con el último hálito habrás experimentado el horror de saberte acabado rumbo a la fosa eterna que te has cavado. No engañarás más a la escoria de la Justicia, la que con sus togas manchadas por la insufrible indolencia de asqueantes soberbias, te facilitaron en los tribunales, durante años, una extensa carrera delictiva contra los inocentes. Seguro que los jueces duermen tranquilos ignorando que se revolverán,  por malparidos priorizando la defensa del criminal, en sus tumbas. Ignorantes. Estás muerto y poco resta para que lo sepas. Das pena, de tus calzones de reo humea la bazofia que comes, apestas a andrajos de estafador venido a menos. Presidiario eterno, tu cárcel eres tú mismo, vivo y muerto. Tu destino carcelario estaba escrito en las arrugas de bebé, engendro de maldad.

 
Tú destructor de tu familia, de la hija a la que convertiste en cómplice de tus estafas continuadas, falsificando su firma y aniquilando su libertad para ignorarte como monstruo paterno. Acaso abusaste de su inocencia en la cuna, mala bestia. Junto a ti descansarán los restos de una alimaña que es tu propia sombra. Ser ínfimo de vergüenza ajena,  estafador desde joven, basura sin reciclaje, con la amnistía general soltaron a un hijo de mala madre que luego llevaría de cabeza a un hijo hacia la droga. Qué responsabilidad del demonio que te hizo padre para convertir en desgracia sus vidas, inspiración de azufre, peste con apariencia humana. Sinvergüenza sin alma, morirás entre horrendos estertores de dolor cuando los ojos se te expulsen de las órbitas sabiendo que te diriges al Averno, mala víbora,  donde te retorcerás hincando el colmillo contra las piedras, cuando todavía vivo estás desdentado para balbucir tus babas mendaces, usando pringados de oficio en esos juzgados que protegen tus derechos de mal nacido contra la impotencia de los honrados que te soportan. Patético criminal, estás finiquitado, hueles a ti mismo y a 12 años de cárceles que te llevas al hoyo.

 
Parásito a punto de finiquitar un historial delictivo que es toda tu vida, cuando estés enterrado, a salvo el orbe de tus dentelladas de hiena, serás afamado con pública vergüenza, se describirán tus memorias repulsivas y no podrás revolverte con las mentiras para defender una dignidad inexistente. Serás conocido hasta la náusea por tu nombre de criminal, tus andanzas de forajido y el papel que desempeñaste de maldad en todos los desórdenes de tu pestilencia personal con hedor a estafa que has dejado para el resto de tu existencia y más allá. 
 
Tu fama te has creado después de muerto. Pacientemente, todo llega. No vas a descansar en Paz. No lo mereces.
 
(Sirva de alegoría este texto sobre la percepción de la maquinaria legal y la impotencia de los ciudadanos desprotegidos. Los inocentes perjudicados por criminales no pueden esperar Justicia cuando la ley protege al delincuente y somete al ciudadano honrado. España es un paraíso para los forajidos y se refleja, día a día, en los juzgados… y en el Gobierno). 
 

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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