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¿Recuerdan cómo Giorgia Meloni (Fratelli d´ Italia), flamante nueva presidenta del gobierno italiano, y su ministro de Infraestructuras y socio de coalición gubernamental Matteo Salvini (Liga Norte) proclamaron el fin de la llegada a puertos italianos de buques de ONG traficantes de inmigrantes ilegales?
Para tan noble fin el nuevo gobierno italiano emitió un Decreto de cierre de los puertos italianos para las naves “oenegetas” cargadas de inmigrantes ilegales. La norma permitiría desembarcar tan sólo a aquellos inmigrantes enfermos o “vulnerables”.
Pero cuando muchos creían ver en el nuevo gobierno italiano a un enemigo preclaro de la oligarquía de Bruselas y de los diseños mundialistas resulta que poco a poco van descubriendo que son “uno más”.
No un revulsivo. No un disidente. Uno más que se somete a Bruselas…
Hace unas horas han desembarcado en puertos italianos más de 700 inmigrantes ilegales. El “Geo barents” de Médicos sin Fronteras y el “Humanity 1” de SOS Humanity, entraron en el puerto de Catania en pasado sábado con 572 y 179 inmigrantes a bordo respectivamente. En unos primeros momentos las autoridades italianas dejaron desembarcar a “mujeres, niños y enfermos”.
Desde la Comisión Europea se lanzó un mensaje taxativo: el gobierno italiano debía desembarcar a todos los ilegales o habría consecuencias. El ejecutivo de Giorgia Meloni se la envainó, y no sólo ha permitido que más de 700 ilegales estén en suelo italiano sino que se conviertan, todos ellos, en demandantes de solicitudes de asilo.
Otra nave de ilegales, la “Rise Above”, de la ONG alemana Mission Lifeline, desembarcó a 89 inmigrantes en el puerto de Reggio Calabria.
Hubo una excepción: un barco llamado Ocean Viking con 234 personas abordo, que acató la negativa del gobierno de Meloni y marcha rumbo a Francia…
No obstante las tres naves que pretendieron anclar en puertos italianos, con casi mil ilegales a bordo, lo han logrado.
Y una de las promesas estrella de los partidos gobernantes Fratelli d´ Italia de Giorgia Meloni y de la Liga de Matteo Salvini ha sido vulnerada a los pocos días de comenzar su mandato. Las razones son claras:
Ante la inminente llegada de los buques oenegetas y en cumplimiento de sus promesas electorales, podían haber sacado los buques militares de la Marina Militar al mar para patrullarlo en defensa de las fronteras italianas en vez de dedicarse con frenesí a enviar armamento de primer nivel a Zelensky para la guerra de Ucrania.
Podían haber preparado y dispuesto a los “Carabineros” en los puertos italianos para advertir primero, y forzar coactivamente después, a los buques para que abandonasen Italia.
Podían, ahora mismo, anunciar la inmediata incautación de esos buques y la detención del personal responsable de los mismos por infringir la ley italiana al contrariar el reciente Decreto gubernamental QUE PROHIBE desembarcar a ilegales.
Inmigrantes ilegales- huelga recordarlo- que no son refugiados de guerra ninguna, que no son náufragos -sino transportados a placer por “barcos taxi” oenegetas de origen alemán y noruego- y que por tanto deberían únicamente ser acogidos en los puertos de las naciones de las que esos barcos-taxi son originarios (en este caso Alemania y Noruega).
Podían, ahora mismo, anunciar que no será concedido el estatuto de asilo a ningún inmigrante cuya identidad u origen sea imposible de acreditar –la inmensa mayoría-, y que serán todos deportados.
Podían haber hecho y hacer todo esto y más, pero no han hecho nada, salvo acatar las órdenes de la Comisión Europea.
La portavoz de la Comisión Europea, Anitta Hipper, advirtió a Italia que tiene la obligación como “Estado miembro” de acoger a todos los inmigrantes a bordo de buques humanitarios, y le lanzó una advertencia severa de conflicto diplomático.
Pues bien, estimados lectores de El Correo de España: hace unos días, durante su investidura como presidenta del gobierno, vimos a Giorgia Meloni renegar de cualquier dictadura incluida la “fascista”; la vimos alardeando de que su gobierno no será amenaza alguna para la Unión Europea; la vimos defendiendo a la OTAN y su actuación en la guerra de Ucrania; la vimos proclamando que no hará retroceder “derecho civil alguno” –como el aborto, cuya ley mantendrá-… Y ahora la vemos aceptando miles de ilegales en suelo italiano y sometiéndose a esos “burócratas de Bruselas” de los que tanto despotricó hace unas semanas.
¿Son los partidos políticos llamados de “nueva Derecha” o “derecha alternativa” de la Europa occidental una verdadera alternativa al Sistema, o una falsa disidencia acomodaticia pergeñada por el propio Sistema para encapsular el voto descontento y que nada cambie aparentando que todo lo hace?
¿Y los auto titulados “social patriotas y soberanistas” criticarán y denunciarán las traiciones de los partidos políticos que aspiraron a representarlos, o los blanquearán y justificarán “porque no podían hacer otras cosa, Italia tiene un 150 por cien de deuda sobre el PIB, los fondos europeos, bla bla bla?
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