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Cómo sé lo que nos jugamos en las elecciones del próximo 4-M y estoy de acuerdo en que aquí las cartas ya están sobre la mesa, o sea que esto más que unas elecciones es un PLEBISCITO, dado que lo que se decide es COMUNISMO O LIBERTAD, me ha parecido «de primerísima necesidad» tratar de abrir los ojos a esa buena gente que todavía creen que los Iglesias y demás ralea son, eso que ellos dicen, «casta política», porque eso no es verdad, ellos son COMUNISTAS y como tales defensores de la DICTADURA comunista (la de ayer en Rusia y hoy en Venezuela, Cuba y etc). Es decir, que cuando ellos hablan de Democracia no están hablando de la Democracia que tenemos desde el 78, sino de la DEMOCRACIA POPULAR, o sea, de la Democracia comunista, la Democracia en la que sólo pueden hablar, pensar, escribir e incluso vivir, los que sean comunistas, y no sólo comunistas, sino comunistas con carnet (carnet del Partido, por supuesto).
Y por ello creo de interés para los madrileños que todavía tengan dudas sobre su voto para el 4-M («Comunismo o libertad y España») mostrarles algunas «pruebas» de lo que es el Comunismo.
Hoy, les reproduzco una de las muchas cosas que me contó mi colaborador en «El Imparcial» y buen amigo Eduardo de Guzmán, el que fuera Director de «Castilla Libre» durante la Guerra Civil e ilustre periodista de la II República, condenado a muerte al finalizar la guerra e indultado y autor de numerosas obras, entre ellas éstas: «Madrid, rojo y negro», «La II República fue así», «La muerte de la esperanza» (la tragedia de Alicante), «El año de la Victoria» y «Los asesinos somos nosotros»: el Diálogo que presenció entre Gil Robles, Largo Caballero y Casares Quiroga. Fue éste:
¡¡ O VOSOTROS O NOSOTROS!!
No hay más que hablar
«Sucedió la tarde del 15 de julio de 1936, al término de la última sesión que celebró la Comisión Permanente de las Cortes y en el pasillo de los pasos perdidos del Congreso.
Salían casi juntos Francisco Largo Caballero, José María Gil Robles y Santiago Casares Quiroga, cuando el líder socialista se detuvo y dirigiéndose al líder de la CEDA le dijo en un tono más bien amistoso:
Don José María, creo que hoy se ha pasado…
¿En qué, D. Francisco, he dicho algo que no sea verdad?
Hombre, es que si las cosas están tan mal como usted las ve lo mejor sería que nos declaremos ya la guerra
Señor Largo Caballero, es que esto es ya la guerra.
No será para tanto, D. José María…
Vamos a ver, D. Francisco, y usted lo sabe mejor que nadie y lo viene diciendo desde febrero: aquí ya no hay diálogo posible, aquí, ¡O VOSOTROS, O NOSOTROS!
Sí, quizás sea así, porque si ustedes no quieren el Estado de Alarma para acabar con los desórdenes, yo le aseguro que tendrán Dictadura y si no aceptan, como usted lo ha dicho esta tarde, la PAZ civil no le quepa duda que tendrá la Guerra Civil.
Está claro –interviene el S. Casares Quiroga que se había quedado detenido a un lado- ustedes han roto con la legalidad y si lo que quieren es la guerra, la tendrán
Está bien, no hay más que hablar –y el S. Gil Robles salió acompañado de sus inseparables Conde de Mayalde y Geminiano Carrascal”
Y tan claro lo vio ya Gil Robles que del Congreso se fue directamente a su casa y cogió a la familia y el coche y sin despedirse de nadie emprendió viaje a Biarritz. El Conde de Vallellano en unión de Yanguas Messiá, marchan a una finca del Marqués de Albayda, próxima a la frontera de Portugal. Hacia el mismo destino sale el Concejal Luis María Zunzunegui que lleva en su coche al líder monárquico Antonio Goicoechea Cosculluela, a quien le busca la policía para detenerle. Alejando Lerroux, avisado por un confidente se dirige a Portugal y el catedrático y diputado socialista Luis Jiménez de Asúa, prevenido por Indalecio Prieto, sale con dirección a Francia.
Fueron muchas las familias de Derechas de Madrid que hicieron precipitadamente sus maletas y se pusieron en camino hacia zonas más seguras. Navarra atraía las preferencias de los más. Aquellos a quienes sus recursos económicos se lo permitían, buscaron las garantías en las playas portuguesas, que agregaban a la seguridad los encantos veraniegos. Muchos aristócratas se ocuparos, además de su seguridad personal, de la de sus pinturas y joyas. La carretera de La Coruña tenía un tráfico más abundante que el normal en ese mismo periodo del año y los vehículos iban excesivamente lastrados, sin una plaza libre y sin lugar en sus portamaletas ni en sus estribos para recibir un kilo de peso más… Hubo familias que no consideraron la situación tan grave y que decidieron esperar al día siguiente y ya no les dio tiempo a salir de Madrid. A las 5 de la tarde del 17 de julio, con la sublevación de la guarnición militar de Marruecos, la Guerra había comenzado. ¿Se repetirá la Historia? Piénsalo, antes de votar el 4-M.
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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