25/11/2024 00:58
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La España de charanga y pandereta, de cerrado y sacristía es ahora cainita, no por el pasado franquista que trajo cuarenta años de democracia, sino por la lacra podemita. Minoritaria e impreparada son los que hace poco fumaban porros en la facultad, para ahora joder la marrana encaramados al poder como simios. No tienen manos prensiles sino garras. Cuando no encamados en orgías oportunistas, compitiendo las marranas por empalarse con machos alfa, verborreas de ignorantes para incendiar las calles. Pandilla de impresentables. 

 
Las hubo más listas pero ninguna se libra de parecer meretrices por la carrera de la sopaboba. Las bragas se arriaron como banderas estalinistas al son de la Internacional. Ya se sabe… los méritos del organigrama para luego presumir de igualdad. En una esquina de la política espera al chulo la feminista. 
 
Marxistas-leninistas, cuentistas de vida fácil los de podemos muertos de hambre decidieron levantar el vuelo; no como águilas de España sino como buitres de Venezuela, picoteando del narcotráfico disfrazado de política, aleteando y babeando por el comandante que los regó de millones auspiciados por la muerte. Quien no tenía alas se arrastraba como las serpientes buscando un nido social donde plantar los huevos… Alguno salió defectuoso como Echenique. No porque no pueda deslizarse como ponzoñosa culebra, que le es imposible, sino por tener el cerebelo desgastado y la imbecilidad intacta. La víbora enhiesta sisea, y eso canta. Tener un bufón sin cascabeles es atracción cada vez que desbarra, patinando las neuronas o fallando los frenos al saludar al Rey de España. Maleducado. 
 
Cuantas más  elecciones celebradas más los abandonan, lo de los círculos era un cuento, la democracia interna un camelo. Se sintieron idiotas viendo al Iglesias de trepa pisándoles la cabeza. Escarmentados quedaron los que quedaron huérfanos del comunismo. 
 
Se sustentan con minoría vergonzosa sin dimitir de la poltrona, que ya se sabe que a estos malignos petulantes les gusta la buena vida, aunque el país del que parasitan los mandaba directos a la cárcel. Por ladrones, estafadores pero sobre todo por la caradura y esos discursos para imbéciles que solo oyen sus egos. Pero más serio que sean majaderos es la sospecha de genocidio. Razón les doy si van con miedo cuando suena el himno de España, el mismo que puso firme al mismo infierno durante feliz tiempo. 
 
Quien recuerda conciliación sabe que miente esta pandilla de arribistas vengando a los abuelos. Antes estaría la justicia por los muertos provocados por el terrorismo que  alaban. Hipócritas, engañadores, vividores de medio pelo, coñazos, ya podéis agarraros al coche oficial porque como salgáis de este sueño, capitalista, en la calle os corren a gorrazos. Genocidas, ineptos, asesinos de nuestros padres, dais puro asco. Que Pedro Botero os lleve, que os llevará, con la cizaña atiborrando las tumbas. Miedo tendréis, alimañas, con el último suspiro cuando os toque saldar cuentas. 
 
En calzoncillos o bragas, unidas podemos, tenéis sitio reservado en el averno. Confiaos, que de cabeza vais al caldero. 

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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