20/09/2024 17:39
Getting your Trinity Audio player ready...

Esta semana hemos vivido el culmen de los despropósitos con la lucha fratricida entre los dos grupos políticos que desgobiernan España. Por un lado un partido político, el Socialista Obrero Español, que no creo que ninguno de los que leen estas líneas se haya dado cuenta que es como lo que se dice de Puertollano, que ni es puerto, ni es llano, pues eso. El PSOE me recuerda en sus siglas al Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes, nombre parecido, pero nada más que eso, aunque la simbología y la propaganda existente denigren a un frente al otro, cuando la realidad es la contraria.

 

Por otro lado, los podemonguer, un conglomerado de comunistas,radicales de izquierdas, neoindependentistas, etc. Bueno en realidad un grupito de amiguetes que se juntaron para conseguir unos objetivos muy limitados, pero que gracias a la cobardía de un presidente del Gobierno y las estupideces de quien aspiraba a ser Rasputin, puso en camino de la gloria a estos indocumentados que no habían trabajado en su vida y no sabían nada de la verdadera realidad del pueblo, pero que al estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado y el que uno de los peores presidentes del Gobierno decidiera usarlos contra el PSOE, sin darse cuenta que lo que estaba haciendo era juntar a los dos gérmenes de la destrucción ideológica y la también destrucción de la gobernabilidad y unidad de España.

 

Un lince la rasputina, y más lince quien le permitió tejer y destejer la situación. Aunque el paso del tiempo nos da otra lectura, quizá no sea la tontuna quien lleve a la situación, sino que se fue a ella con pleno conocimiento y premeditación, lo que habría que considerar como una traición a España y a los españoles. Pero es en definitiva la huida de ese presidente y mucho peor su abandono de sus obligaciones institucionales, lo que nos ha llevado al desastre en el que España se ve envuelta ahora mismo.

LEER MÁS:  27 Noviembre: también atronará la indignación de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Por Ignacio Fernández Candela

 

A resultas de aquellos polvos, tenemos estos lodos. La partición de las perspectivas electorales por efecto de la desconfianza, el abandono de las obligaciones de quien tenía la mayoría y la visión de las inmensas posibilidades que vieron los enemigos de la Nación, nos llevaron a que un escalador y un don nadie se hicieran con el poder real. Y como el don nadie conocía las debilidades del escalador, este acabó consiguiendo colocar a sus amiguetes en puestos no ya de poder, sino de poder tener influencia y la llave de la caja fuerte, de los dineros como dicen los paisanos.

 

Lo cierto es que una Nación en la que la mayoría de la gestión está transferida a los entes periféricos y secundarios, no necesita un desgobierno mil numerario. Con media docena de ministerios y una serie de secretarías de estado y direcciones generales, serían más que suficientes para controlar adecuadamente todas las instituciones. Pero el ansia de figurar y de tener la caja de los dineros para ellos y sus amigos, llevan a que exista una multiplicidad de puestos que tienen más categoría de nombre que de realidad efectiva y ahí nos encontramos con ese reparto de carteras ministeriales que solo sirven para recoger los votos necesarios para su utilización en las Cortes.

 

Cuando sucede esto, en que no se nombra para los puestos a los mas capacitados, o en su defecto a los que mejor pueden servir a la Nacion, es cuando llegan a estos puestos gente que en condiciones normales estarian en la fila del paro, no porque no encuentren trabajo, sino porque no hay nadie tan tonto que les contrate. Pero si la situación es como es de crítica, permite que personas sin experiencia, sin conocimientos, sin capacidad resolutiva se encuentren en puestos de dirección del Estado. Increíble pero cierto, quien no sería contratado por una empresa para realizar el peor de los trabajos, acaba siendo un superpoderoso político, para desastre de la Nación y de los ciudadanos. Al final cada protagonista tiene un trozo de desgobierno que es opuesto al otro y enemigo de la Nación Española.

LEER MÁS:  La Cruz en la colina. Por Álvaro Peñas

 

El más claro ejemplo de todo esto es un ministro, con una cartera ministerial cuyas atribuciones son inferiores a una dirección general de cualquier otro país. Y claro está, como decía hace poco un titiritero como Julian Muñoz el exalcalde marbelli: «me creí que era Dios», y ese es el peor de los problemas. Alguien incapaz de razonar, se agarra a los tópicos de otros como él, los funcionarios de Bruselas o de la ONU, los peores enemigos de su propia institución y de ese maremagnum surgen cosas como las declaraciones en contra de España y de los españoles. Cualquier otro, tras la metedura de pata, trataría de escurrir el bulto, de tratar de que otro tema tapase el tema propio. Pero estos diosecillos se recrean en la suerte, como diría un taurino, y hacen honor y gloria de sus pifias. Por eso cuando otro con más clase y categoría, desde Agricultura, le llama al orden, el figura va y se reafirma en su lerdez. En fin, este País, mientras esta gente este en el poder, aunque sea por delegación del globalismo más destructivo, tiene el fin que se ve venir, osea el desastre, la desunión, el enfrentamiento, la guerra, la enfermedad y el hambre, que traerán un solo final, la muerte. Y ahí lo dejo.

Autor

Avatar
REDACCIÓN