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Hoy día nadie puede cuestionar que la banda de botarates malintencionados que nos gobierna sabía muchos días antes del maldito 8-M que la epidemia se estaba propagando a pasos agigantados y que había que actuar cuanto antes, pero que decidieron postponer cualquier medida hasta que pasara el fiestón anual de las ‘feminazis’, que tanto rédito político parece que les da. Recibieron avisos de la OMS, de la UE y de reputados epidemiólogos españoles; tenían toda la información sobre lo que estaba pasando en Italia y, sobre todo, tenían los datos de lo que estaba pasando en España.
Entre el 26-Feb, cuando se alcanzaron los 50 casos confirmados, y el 8-Mar el número de casos confirmados creció al día un 36%, de modo que en solo once días se multiplicó por 30 veces. Y el 8-Mar, mientras las fanáticas intolerantes tomaban la calle y se regocijaban en su intransigencia, ya habían fallecido 16 españoles … a esos si que “les fue la vida”, como dijo la funesta Carmen Calvo.
En la semana perdida entre el 8 y el 14-Mar, por puro interés político de esta panda de irresponsables, negligentes y -por lo que luego diré- criminales, la pandemia progresó a toda velocidad, multiplicándose el número de contagiados por casi seis veces (¡en una semana!) y el número de fallecidos por ¡18 veces!: en esa semana negra fallecieron 272 españoles y se contagiaron 6.400.
¿Qué hubiera pasado si se hubiera decretado el Estado de Alarma, e iniciado el confinamiento, una semana antes?
Nunca lo sabremos, aunque alguien, en una cuenta fácil (pero en mi opinión inexacta), podría pensar que si el confinamiento se hubiera iniciado unos días antes, con la sexta parte de contagiados, todo lo que ha venido después se hubiera dividido también entre 6. No creo que sea tanto, pero es obvio que las cifras hubieran muy diferentes.
La evolución real del número de contagiados (tomando como periodo de tiempo el número de nuevos contagiados durante cada 7 días consecutivos, para “limar” los “picos” y “valles” de la serie diaria) ha sido la siguiente:
Como se justificó en otro artículo publicado en este mismo medio el pasado lunes 20-Abr (“Nos quedan al menos 30.000 nuevos contagios y 5.500 fallecidos”), esa evolución se puede modelizar con dos campanas de Gauss diferentes, una para la “subida” y otra para la “bajada”, según se muestra en el gráfico siguiente:
Si las medidas que se tomaron el 14-Mar se hubieran tomado cinco días antes, el lunes 9-Mar, una hipótesis razonable es que el comportamiento de la pandemia hubiera sido similar, pero empezando desde “más atrás” (en concreto, con la sexta parte de contagiados) y alcanzando el “pico” también cinco días antes.
Si esa misma curva, la que se ajusta a la evolución real, la desplazamos 5 días hacia atrás y la forzamos a que el pico se alcance también 5 días antes (el 25-Mar, en lugar del 30-Mar), pero sin cambiar su forma, esto es lo que se obtiene:
Como se observa en el gráfico, si las medidas se hubieran tomado solo 5 días antes, y si el comportamiento hubiera sido como el que indica el modelo:
Hoy ya estaríamos en menos de 1.000 nuevos casos diarios (en lugar de los más de 4.000 diarios que todavía tenemos).
El pico se hubiera alcanzado hacia el 25-Mar, con un máximo de entre 4.500 y 5.000 nuevos contagios por día (frente a los más de 9.000 que hubo el 30-Mar).
Hoy estaríamos a dos semanas, aproximadamente, de que la epidemia estuviera completamente superada, con un número de nuevos casos diarios por debajo de 100.
Pero hay varias OTRAS CONCLUSIONES AÚN MÁS RELEVANTES.
En estas gráficas, el área debajo de cada una de las curvas es proporcional al numero TOTAL de contagiados, desde el inicio de la pandemia hasta su final (sabiendo que siempre habrá algunos pocos casos residuales cada día, pero que ya se medirán en unidades, no en millares).
Veamos primero cual es la superficie bajo la curva real, lo que nos permite estimar el número total de contagiados que alcanzaremos:
El modelo nos dice que en la situación actual todavía quedan unos 33.500 nuevos contagiados, por lo que alcanzaremos un número total, a finales de Mayo, de unos 240.000 contagiados (hoy ya tenemos 204.178).
¿Y que resulta si hacemos el mismo cálculo para la curva del 9-Mar?
Pues resulta que hoy estaríamos en unos 106.000 casos (en lugar de los 204.178) y que nos quedarían solo unos 5.000 nuevos casos hasta el final de la epidemia, alcanzando la cifra de 111.000 contagiados totales, aproximadamente.
¿Y qué pasa con los fallecidos?
Hoy tenemos en España una tasa de mortandad (fallecidos/contagiados) del 10,4%, ligeramente superior a la media del resto de Europa[1].
Si suponemos que esa tasa de mortandad se mantiene hasta el final de la epidemia, alcanzaremos una cifra de fallecidos en el entorno de los 25.000 (hoy ya tenemos -desgraciadamente- 21.282 fallecidos). Sin embargo, esa tasa de mortandad está creciendo lentamente pero de modo continuado, por lo que no es descartable que terminemos en un 11,0% u 11,5%, en cuyo caso llegaríamos a los 28.000 fallecidos.
¿Cuántos fallecidos habríamos tenido si se hubieran tomado medidas cinco días antes?
Una de las causas de la altísima mortandad ha sido el colapso del sistema sanitario por la acumulación repentina del número de enfermos. Es por todos conocidos que ha habido centenares (o quizás miles) de fallecidos que han muerto por no disponer de UCIs para ellos, o de respiradores o, a veces, ni siquiera de una cama de hospital. De hecho, se puede comprobar con los datos de los 44 países de Europa que la tasa de mortandad crece cuando crece el número de contagiados en relación a la población total:
Si el número de contagiados en España se hubiera quedado en 111.000, como indica el modelo que hubiera ocurrido si se hubieran tomado medidas antes, es realista pensar que la tasa de mortandad se hubiera situado en el entorno del 8,5%, en lugar de 10,4% actual o del 11,0 – 11,5% previsible.
En ese caso, el número total de fallecidos en España hubiera estado en el entorno de los 10.000, no los cerca de 28.000 a los que probablemente llegaremos. De hecho, a fecha de hoy, en España estamos en 450 fallecidos por cada millón de habitantes, mientras que en el resto de Europa, en media, están en 183 fallecidos por millón de habitantes: si lo hubiéramos hecho tan bien (o tan mal) como la media del resto de Europa, hoy deberíamos tener unos 8.500 fallecidos, no los 21.282 que realmente tenemos; ya hoy hay cerca de 13.000 españoles que han muerto por culpa de la ineptitud y la desidia de nuestros gobernantes.
En definitiva, la irresponsabilidad, la negligencia y el comportamiento criminal de “los Picapiedra” va a costar a España, al final de esta catástrofe, cerca de 130.000 contagiados y cerca de 18.000 fallecidos adicionales a los que hubiera habido si se hubieran tomado medidas antes, todos ellos con nombres y apellidos y con una larga lista de familiares y amigos que les lloran y les recuerdan. 18.000 VIDAS TRUNCADAS SIN NINGUNA JUSTIFICACIÓN.
… Y otro día hablaremos del ingente coste económico adicional que ha supuesto este imperdonable retraso en tomar medidas.
¿Pagarán algún día por todo ello? DEBERÍAN.
[1] Llamo Europa a todo lo que está al oeste de Rusia, sin incluir a Turquía. Incluye a Ucrania y a Bielorrusia. Son 44 países, incluyendo los pequeños estados como Mónaco, San Marino, Andorra o las Islas Faroe.
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