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Cubileteando cuatro decenios de trolas. Del Vih hasta el Sars-Cov-2 cruzando, entre medias, por otros pandémicos truños. Recuerden: sars (2003), gripe aviar (2004), gripe porcina o gripe A (2009)o ébola (2013). Engaños masivos. En el caso del vih, presunto virus causante del supuesto sida, la situación siempre rozó los límites de lo esperpéntico. Los propios perpetradores de la versión oficial, no sólo no se la creen –aunque sí la hacen creer- sino que aportaron sólidos argumentos para desmentirla. El caso extremado, Luc Montagnier, el “descubridor del vih” afirma–a porta gayola- que no aisló ningún virus y que no estableció que fuese la causa del Sida.
La trola del vih/sida
El sida, una de las mentiras más infectas, toscamente ideada y peor sostenida de los postreros tiempos. Con grandísimas semejanzas con nuestro embuste actual, más desmaña aún. El hecho de que el único causante del Sida es el vih deviene rotunda y absolutamente falsa.
Existirían abundantísimos casos de sida sin vih y numerosos casos de vih sin sida. Relaciones causales, nulas: quebradas. No se ha conseguido demostrar que el virus vih, si existiese, ocasione el sida. Acontecería el vih un retrovirus inofensivo que sólo se activa cuando el sistema inmune está hondísimamente deteriorado.
Dicho de otra manera, el sida es la inmunodeficiencia de toda la vida, No la causaría el fantasmal – y todavía sin aislar – virus de inmunodeficiencia humana. Multitud de factores intervienen en la inmunodeficiencia: drogas (legales o ilegales), malos hábitos, estrés oxidativo, FarMafia, sangre ácida por pésimas dietas alimentarias. Sida es decir “enfermedad”, algo etéreo e inconcreto, engendro científico para estafar y generar dosis masivas de pánico. ¿Les suena?
Vih, si existiera. ¿Creado artificialmente en un laboratorio mientras se realizaban ensayos de vacunación contra la hepatitis B en grupos de homosexuales? ¿Se «infectó» deliberadamente África durante las campañas de vacunación contra la viruela? ¿El vih fue cultivado como arma biológica y después deliberadamente irradiado mediante la vacunación de grupos de población que se deseaba exterminar?
¿Y su tratamiento? AZT – azidotimidina, antirretroviral- absolutamente ineficiente. AZT, peor el remedio que la enfermedad. El sencillo sentido común, la lógica del pastor, permite comprender que no es con fármacos inmunodepresores como se vigoriza el sistema inmunitario. Más bien al contrario. Sida, fastuoso negocio, promocionado ampliamente: muchísima guita hacia los pecuniarios bargueños de FarMafia.
¿Y el acojonavirus? ¿Lo mismo? ¿Parecido?
¿Y el acojonavirus? ¿La epidémica farsa que estamos padeciendo? Lo mismo que el sida, pero con sus saltos cuantitativos y cualitativos. Incluso con sus tramposos tests y probables rebrotes. Incluso con sus mentirosas medidas preventivas: condones y bozales. Póntelo, pónselo. Póntela, pónsela. Que se la ponga tu santa mami.
Coronacircus, chabacano y torpísimo pretexto para obtener y culminar otros (caliginosos) propósitos y agendas. Falsa bandera para acelerar procesos que ya se encontraban latentes en nuestras vidas. Operación psicológica militar que, al decir del estagirita, hace transitar los entes de potencia a acto. Tránsitos hacia nuevas eras- casi evos- que inexcusablemente requieren simulacros precipitadores. Excusa, otra vez sanitaria, que exige engañifas verosímiles y admisibles. Grandiosas representaciones que impliquen amenazador lance de cataclismo real, personal y a escala planetaria.
La guerra sin pegar un tiro
Jamás la guerra podría desaparecer sobre la faz del planeta, dicen. La hybris bélica demostraría que sin su quehacer no podría existir civilización humana alguna. Concluidas, más o menos, las guerras globales de toda la vida, surgiría la neoguerra. Amenaza global, respuesta global. Virus, clima, alienígenas. Todo falso, pero muy eficaz. La gran diferencia, por ejemplo, con respecto al teatro Vih/Sida de hace ocho lustros es su elevadísima sofisticación. Demasiado ensayo y error, durante los últimos tiempos, con sus ratas de laboratorio: nosotros.
Ingeniería social y genocidio
Lo de siempre. Procesos de ingeniería social a mansalva. Los ingenieros sociales (emprendedores sociales al decir de Newtrola/Ashoka), majetones “filántropos”, mutan el mundo. Y lo acojonan. Lo devastan. Sobre todo, lo deshumanizan. Con sus eugenesias a cuestas, población sobrante. Homosexuales, yonquirulos, folladores tenaces: ayer. Ancianos: hoy. Con sus controles y reducciones demográficas perfectamente perfilados. La eugenesia bien vale un falso virus, como para otro horrendo Borbón, valga la redundancia, Enrique IV, otra simulada misa bien valía París. Y la corona. El virus de la corona.
Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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