24/11/2024 18:14
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El Primer Ministro británico, Boris Johnson, acaba de anunciar el lanzamiento en ese país de un ambicioso plan de infraestructuras para contribuir a reactivar la economía. Tiene todo el sentido.

Las infraestructuras, junto a la educación y la tecnología, son el motor para el progreso de cualquier Nación. No solo mejoran directamente el bienestar de sus ciudadanos, al hacer su vida más fácil, sino que mejoran la productividad y la competitividad de sus empresas, y por tanto el crecimiento económico y, de nuevo, el bienestar de la población. Además, y eso es lo que las hace especialmente atractivas para un momento de crisis como el actual, durante su construcción crean actividad económica y abundante empleo, lo que permite compensar la caída de la actividad en otros sectores mientras dure la crisis. Por último, y por si fuera poco, crean actividad en todo el territorio donde se desarrollen (incluida la llamada “España vaciada”) y el empleo que demanda no tiene -en general- excesiva cualificación, por lo que beneficia al segmento de la población activa más afectada por el paro. Todo ventajas.

Sin embargo, carece de sentido hacer infraestructuras por hacer. Construir aeropuertos en medio de la nada o autopistas que no llevan a ningún sitio son estupideces económicas que -desgraciadamente- se han hecho en España y que solo han servido para tirar el dinero de los contribuyentes. Lo que si se puede y se debe hacer es adelantar inversiones ya programadas o previstas, que tengan una justificación económica, territorial o social, y que tarde o temprano habrá que hacer. Téngase en cuenta que desde 2008 la inversión pública se redujo del 5,2% al 2,0% del PIB (y de un PIB más alto en 2007 que en los años siguientes, por la crisis, hasta 2016) y que hoy somos el país con la menor ratio inversor de la UE, invirtiendo solo del orden de la tercera parte de lo que invierten las otras 4 grandes economías europeas.

La Asociación Española de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) publicó el pasado 25 de mayo un riguroso estudio en el que identifican inversiones en infraestructuras de todo tipo por importe de unos 157.500 millones € que se deberían construir en un máximo de 10 años (y yo considero que mejor aún en 5 o 6) para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por Naciones Unidas y para cubrir los numerosos déficits que tenemos en España, debido, fundamentalmente, al parón inversor de las Administraciones Públicas (AA.PP.) ocurrido desde el inicio de la anterior crisis, en 2008, y a la nefasta gestión que los sucesivos gobiernos de PP y PSOE han hecho de los contratos de colaboración público-privada (vulgo concesiones), con numerosos incumplimientos y cambios legislativos que han hecho huir a los inversores.

Las principales inversiones identificadas por Seopan son las siguientes:

A.En carreteras: 42.100 millones €

27.000 millones de € en mejoras de la red existente, especialmente las carreteras convencionales (de un carril por sentido), mejorando los niveles de servicio medidos en tiempos medios de recorrido y aumentando los niveles de seguridad. Están identificados 2.500 km de vías interurbanas y 400 km de vías de acceso a las ciudades que necesitan mejora urgente (cambios de trazado, mejoras de firmes, renovación de señalización, terceros carriles en subidas, ensanchamiento de arcenes, obras de fábrica, etc.).
2.200 Mill € en mejoras de la seguridad vial (“puntos negros”), lo que según estimación de Seopan permitiría reducir el número de fallecidos en accidente de tráfico en un 30% (350 muertos menos al año) y el número de heridos graves en un 23% (unos 1.000 heridos graves menos al año), además de ahorros económicos de unos 700 millones de € anuales.
4.400 millones € en soterramientos de vías urbanas para crear zonas verdes y reducir emisiones de CO2, como lo que se hizo en Madrid Rio.
1.500 millones € en vías 2+1 (un carril por sentido y otro central usado por ambos para adelantar), lo que reduciría significativamente el riesgo de choques frontales, casi siempre mortales.
Y, por último, 7.000 millones de € en poner al día los programas de conservación y mantenimiento de la red existente, solo en la red de alta capacidad (autovías y autopistas), donde existe un déficit acumulado en la última década y donde venimos invirtiendo del orden de la mitad de lo que invierten nuestros socios europeos (en términos comparables).
B.En ferrocarriles: 40.100 millones €

31.000 millones € en nuevos ferrocarriles urbanos y periurbanos, incluyendo 650 km de cercanías y unos 150 km de Metro (subterráneo o en superficie) identificados por Seopan.
3.500 millones € en modernizar cuatro grandes ejes ferroviarios (Algeciras-Madrid, Madrid-Barcelona-Francia, Madrid-Burgos-Francia y Madrid-Valencia-Alicante), para el transporte de mercancías, incluyendo su transformación a ancho internacional, completar la electrificación y construir apartaderos más largos. A estos 4 ejes identificados por Seopan yo añado la línea Madrid-Lisboa y el eje Mediterráneo, desde Almería a Francia, lo que supondría del orden de 3.000 millones € adicionales. Es imprescindible para aumentar la cuota del FF.CC. en el transporte de mercancías en España, que hoy día es solo del orden del 5% frente a un 20% en media de la UE, con las ventajas que ello conlleva de reducción del coste de transporte, reducción de emisiones de CO2 y eliminación de otros costes sociales.
3.000 millones € en terminales logísticas intermodales (FF.CC.-carretera)
1.600 millones € en soterramientos de vías para eliminar la barrera física que suponen las vías de FF.CC. en muchas ciudades y pueblos de España
1.000 millones € en mejorar las conexiones del FF.CC. con los grandes puertos comerciales. Es asombroso saber que en el mayor puerto de mercancías de España, y uno de los mayores de Europa, Algeciras, solo el 1% de las mercancías entran o salen por FF.CC.

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A estas inversiones en FF.CC. identificadas por Seopan creo que hay que añadir terminar cuanto antes la conexión del AVE gallego con el resto de la red, el AVE a Vascongadas-Cantabria y el AVE a Asturias, además (a más largo plazo) de un AVE Madrid-Lisboa de acuerdo con nuestros vecinos portugueses.

C.En obras hidráulicas: 14.900 millones €

1.750 millones € en mejoras de la gestión de los recursos hídricos incluyendo presas, reutilización de aguas depuradas para regadío y recarga de acuíferos y tanques de tormenta.
900 millones € en ingeniería fluvial (encauzamiento, diques, etc.) para prevenir inundaciones en caso de avenidas. A estos 900 millones creo que hay que añadir la limpieza de casi todos los cauces fluviales, muchos de ellos abandonados durante años, lo que contribuye a que se produzcan desbordamientos con más frecuencia de la inevitable, y que suponen cerca del 98% de todos los daños materiales ocasionados en España por catástrofes naturales, unos 200 millones € al año solo en daños asegurados.
2.900 millones € en modernización de la red de suministro de agua de numerosas ciudades y pueblos, que es antigua o está mal mantenida y que hace que las pérdidas en el suministro (excluido riego) sean del orden del 20%, una barbaridad.
3.500 millones € para poner la red de depuración a niveles europeos y cumplir con la normativa de la UE: en España solo hacemos depuración terciaria (para entendernos la que deja el agua en condiciones de “ser bebida”) del 35% aproximadamente de las aguas residuales, frente a un 85% de media en la UE.
2.950 millones para dotar de depuración a 340.000 viviendas que todavía existen en España sin alcantarillado o con alcantarillado sin conexión a la red (fosas sépticas) y a los 1,8 millones de viviendas sin acceso a depuración.
2.900 millones € para combatir el estrés hídrico y la desertización, ambos problemas en los que España está a la cabeza (mejor dicho, a la cola) de Europa. Incluye el incremento de superficies regables, la mejora de la eficiencia del uso del agua en la agricultura así como la modernización de la red de riego en alta y de las redes de transporte y distribución de regadío.

A estas inversiones identificadas por Seopan creo que hay que añadir:

El archiconocido Trasvase del Ebro, aunque muchos se escandalicen, que aportaría del orden de 1.000 Hm3/año a las sedientas áreas de la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería, zonas donde ya existe una de las agriculturas más sofisticadas y de más alto valor añadido del Mundo, que exporta gran parte de su producción y que no crece más por carecer de suficiente agua. Téngase en cuenta que, desde que existen registros, el Ebro arroja al mar en Tortosa del orden de 18.000 Hm3 anuales, 18 veces lo que estaba previsto trasvasar. Y téngase en cuenta, también, que las pretensiones de aragoneses y catalanes de que “el agua del Ebro es suya” carecen de cualquier fundamento, pues no solo las aguas son públicas, y por tanto de todos los españoles, sino que la cuenca del Ebro cubre en mayor o menor medida 16 provincias pertenecientes a 7 Calamidades Autónomas. Esa inversión que en 2001 cuando se programó en el Plan Hidrológico Nacional se estimó en unos 5.000 millones € hoy día será probablemente el doble, pero aún así es más eficiente que las desaladoras que pretendió hacer el incalificable Rodríguez Zapatero en sustitución del trasvase y que fueron un ruinoso fracaso.
Cuantas centrales hidroeléctricas reversibles (bombeos) se puedan construir con razonabilidad técnica y económica (y en España, con nuestra orografía, hay unas cuantas), único procedimiento eficaz para almacenar energía a gran escala, bombeando el agua a la cota superior cuando las centrales renovables (eólicas o solares) están produciendo más de lo necesario y turbinando el agua cuando ocurre lo contrario.

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En tratamiento de residuos sólidos urbanos: 6.500 millones € para tratar 5,1 millones de Tm/año de residuos sólidos que todavía van directamente a vertederos y para valorizar 7,6 millones de Tm/año de rechazos en las plantas de tratamiento (reciclaje).
En hospitales: 21.400 millones € para disponer de unas 56.000 nuevas camas hospitalarias y poner nuestro sistema sanitario a la altura de la media de los países de la OCDE. Después del criminal colapso del sistema sanitario español durante la pandemia creo que no hay que extenderse en justificaciones sobre esta necesidad imperiosa.
Eficiencia energética: 32.500 millones € en mejora de la eficiencia energética en edificios residenciales y terciarios y en grandes instalaciones de frio y climatización del sector terciario e infraestructuras, lo que permitiría ahorrar 9,5 millones de Tep de energía, un 11% aproximadamente del consumo total de nuestra Nación.

Seopan estima que estos 157.500 millones € de inversiones, además de la actividad directa generada por la propia inversión, generarían 145.000 millones € de actividad económica inducida, 2,4 millones de empleos (no todos simultáneamente) y un retorno fiscal (IVA, IBI, IS, etc.) de unos 7.700 millones € anuales.

¿Y como se paga todo eso?

Lo optimo sería que todas las que fuera posible las hiciera la iniciativa privada, con alguna de las casi infinitas fórmulas concesionales existentes, adaptables a casi cualquier tipo de proyecto. Estimo que al menos el 50% de los 157.500 millones € se podrían hacer en concesión, sin que el Estado deba poner ni un euro en la fase de inversión, aunque en algunas de ellas deberá pagar la inversión a lo largo de muchos años con esquemas tipo “peaje en sombra”.

Para la parte que no se pueda hacer en concesión, existe una excelentísima oportunidad para generar abundantes fondos para las arcas públicas, que se ha propuesto muchas veces pero que nadie se ha atrevido a abordar, que es la implantación de peajes blandos en régimen de concesión en la red de vías de Alta Capacidad. Excluyendo las vías de acceso a las ciudades hay unos 14.000 Km de autovías libres susceptibles de ser concesionadas (hoy hay solo 2.000 km de autopistas de peaje y bajando, pues absurda e irresponsablemente cada vez que expira un contrato de concesión no lo renuevan). Si se concesionaran por un periodo de 25 años se estima un ingreso para el Estado, en el momento de concesionarlas, de unos 100.000 Mill € (dependiendo de las tarifas) y además el Estado ahorraría al año unos 850 Mill € en conservación e ingresaría anualmente unos 4.700 Mill por impuestos. Naturalmente, con un gobierno (sic) como el que tenemos, enemigo acérrimo de la iniciativa privada, esto es hoy casi imposible.

Y por último, y obviamente, reduciendo gastos corrientes de las AA.PP. y utilizando nuestros impuestos para mejorar nuestra Nación, para nosotros y para las siguientes generaciones, no para dilapidarlos comprando votos y financiando su vomitiva agenda ideológica. Teniendo en cuenta, por ejemplo, que según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) se regalan al año entre todas las AA.PP. del orden de 15.000 millones € en subvenciones de todo tipo, con ese dinero pagaríamos el plan de inversiones en poco más de 10 años.

Pero ¿alguien creé que esta panda de desgarramantas e iluminados que nos desgobierna van a hacer algo de esto? Yo desgraciadamente no, probablemente hagan otro “Plan E”, como el del infame Zapatero, para tirar el dinero y de paso enriquecer ilegalmente a familiares, amigos y compañeros de partido.

Autor

REDACCIÓN