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Crucero “Miguel de Cervantes” (Liga Naval)

En vísperas de la celebración de las fiestas de Carnaval, en los primeros días del mes de febrero de aquel 1932, el puerto coruñés se vio honrado con la visita de algunos de los buques más potentes y modernos con los que contaba nuestra Armada por aquellas calendas.

El primero en arribar a la bahía, donde quedó fondeado, fue el Destructor “Churruca” que lo hizo en la jornada del miércoles, día 3. Al día siguiente, el llamado “jueves de comadres”, día 4, entraron en puerto los Cruceros “Miguel de Cervantes”, “Blas de Lezo” y “Libertad” (ex “Príncipe Alfonso”).

A bordo del “Miguel de Cervantes”, enarbolando insignia, embarcaba el Contralmirante Alvaro Guitián Delgado, comandante de la División.  

La División naval permaneció en nuestra ciudad hasta las primeras horas del domingo, día 7, “domingo de Carnaval”, en que sus Unidades pusieron proa al puerto de Vigo. Previamente, el viernes, día 5, el Destructor “Churruca” se había hecho a la mar con idéntico destino.

Por aquellas fechas, se estaban celebrando los días centrales de las populares fiestas de Carnaval que, aun cuando algunos iletrados puedan creer otra cosa, debido a ese malsano afán de ensalzar de forma desmesurada e injusta la tan “loada” y “añorada” II República”, estaban sujetas a una serie de prohibiciones de carácter gubernativo.

Estas prohibiciones están contempladas en un bando publicado por el Gobernador Civil de la provincia, aparecido en la prensa local el domingo día 7, quien, tras señalar que espera que el comportamiento general de la población sea esmerado como corresponde a una ciudad culta, refiere que queda prohibido transitar por las calles con el rostro oculto tras una máscara salvo para aquellas personas que acudan a alguna fiesta concreta y vayan acompañados por alguien -sin enmascarar- que puede responder por su comportamiento. Iría listo aquel Gobernador si viviese en nuestra época con la cantidad de “enmascarados” que todavía, incluso solos y en calles desiertas, siguen circulando ocultos tras el bozal.

Igualmente, señala en su bando que queda prohibido la exhibición de disfraces y emblemas o símbolos que puedan ofender a la moral o signifiquen un agravio a sentimientos o Instituciones de carácter político o religioso. Algo de lo que habría que aprender hoy en día.

Por su parte, el Alcalde de la ciudad limita, en otro bando, la celebración de fiestas callejeras y paseo de máscaras a la avenida de los Cantones, única zona en la que podrán celebrarse y donde tendrán lugar, exclusivamente, los días 7, 8 y 9 -domingo, lunes y martes de Carnaval-, en horario de cuatro a seis de la tarde.

Por lo que refiere la prensa de la época, aquel Carnaval pasó sin pena ni gloria. Fueron muy pocas las máscaras que se vieron por las calles y la animación fue muy escasa. De hecho, la fiesta del Cantón prevista para el domingo fue suspendida, evitando así la celebración de un “Carnaval callejero, astroso y repugnante”, según señala La Voz de Galicia en sus páginas del martes, día 9.

No sucedió lo mismo en las diferentes sociedades y clubes coruñeses que si festejaron, por todo lo alto, con bailes de disfraces y máscaras aquel primer Carnaval republicano.

Destacaron los elegantes bailes, asaltos y fiestas de etiqueta organizadas, durante los días centrales del Carnaval, por las sociedades más elitistas de la ciudad, el Sporting Club, el Náutico y el Nuevo Club que resultaron brillantes y muy concurridas.

Crucero “Blas de Lezo”

También, otras sociedades, el Liceo de Artesanos de Oza; el Casino de Clases; el Circo de Artesanos que contó con la presencia, en la noche del lunes, de la Tuna “Jovellanos” de la Escuela de Comercio de Gijón; el Centro cultural herculino; el Ateneo popular coruñés y, por supuesto, la Asociación de la Prensa, celebraron, al igual que en el cine Doré y en el kiosco Alfonso, bailes de Carnaval.

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Uno de los números característicos del Carnaval coruñés, el “Apropósito” -obra satírica que repasa la vida político-social de la ciudad- , hoy desaparecido como tantas otras cosas por la negligencia de estos politiquillos que gobiernan -por decir algo- la ciudad, también concurrió a su cita anual, representando dos piezas, una de ellas, “¡Anda la Orga!” del inolvidable Nito, y la otra, “la caída de través de un ministro coruñés” original de Caño, cuyas puestas en escena en el Teatro Rosalía y en los salones Doré e Ideal Cinema, resultaron muy concurridas.   

Aquel Carnaval de 1932, tuvo su epílogo con la celebración de los tradicionales bailes de Piñata tanto en el Circo de Artesanos como en el Náutico.

En cuanto a la estancia de la División de Cruceros, su presencia atrajo la atención de cientos de coruñeses que acudieron al puerto a ver los buques allí surtos; por su parte, el Destructor “Churruca” celebró una jornada de puertas abiertas que permitió que el navío fuese visitado por números público; incluso su dotación realizó ejercicios de instrucción en la explanada del puerto ante la expectación general.

El viernes, 7, los tres Cruceros hicieron funcionar sus potentes reflectores que iluminaron el nocturno coruñés, una costumbre muy habitual por aquellas calendas.

La presencia de la División en el puerto provocó que, durante el franco de paseo, tanto la Oficialidad como la marinería libre de servicio, bajasen a tierra animando las calles y locales del centro de la ciudad.

Dentro de los actos oficiales celebrados con motivo de esta vista, se enmarcaron el té que ofreció el Club Náutico a la oficialidad y el almuerzo al que asistieron, invitados por el Ayuntamiento, el Contralmirante y los Comandantes de los buques. También, tanto el Sporting Club como la Asociación de la Prensa invitaron a tan ilustres visitantes a sus respectivos bailes de Carnaval.

Con relación a los cuatro buques que arribaron a La Coruña, señalar que, el más antiguo de ellos era el “Blas de Lezo”, cuya construcción fue autorizada en 1915, dentro del programa naval del Almirante Miranda. Construido en Ferrol, fue entregado a la Armada en 1925. Con un desplazamiento a plena carga de 6.045 tn.; su eslora era de 140,82 m., 14,02 de manga y 7,72 de puntal. Disponía de cuatro turbinas Parsons y doce calderas Yarrow, con una potencia de 43.000 cv. que le permitía una velocidad de 29 nudos. Su dotación era de 320 hombres. Montaba seis cañones Vickers de 152 mm., cuatro antiaéreos de 47 mm. y doce tubos lanzatorpedos de 533 mm. El Crucero se perdió, en julio de aquel mismo año, al rasgar su casco con los bajos del Centollo, en aguas gallegas.

Crucero “Libertad”

Los otros dos, el “Príncipe Alfonso”, rebautizado con el advenimiento de la República como “Libertad”, y el “Miguel de Cervantes” procedían de la llamada “Ley Cortina”, autorizando la construcción del primero el 11 de julio de 1922, junto a su gemelo el “Almirante Cervera”, y el segundo, el 11 de julio de 1926, siendo ambos construidos en la S.E.C.N. de Ferrol. El “Príncipe Alfonso” fue entregado a la Armada el 20 de septiembre de 1927 y el “Miguel de Cervantes” el 14 de febrero de 1930.

Con un desplazamiento a plena carga de 9.330 t.; su eslora alcanzaba los 176,6 m., con una manga de 16,6 y 9,3 de puntal. Disponían de ocho calderas Yarrow y cuatro grupos de turbinas Parsons que movían sus cuatro hélices, con una potencia de 83.000 cv. que les permitía un andar de 34,4 nudos. Montaban ocho cañones Vickers de 152 mm., cuatro antiaéreos de 101 mm. y doce tubos lanzatorpedos de 533 mm., además de otras piezas menores. Su dotación era de 566 hombres.

El “Príncipe Alfonso”, rebautizado como “Libertad” y, posteriormente como “Galicia”, fue dado de baja el 9 de enero de 1970, prestando servicios, desde 1965, en el C.I.A.F. (Centro de Instrucción y Adiestramiento a Flote) de Cartagena. Por su parte, el “Miguel de Cervantes” causó baja el 1 de julio de 1964.

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En cuanto al Destructor “Churruca”, procedía en origen del “Plan Cortina” de 1922, si bien, tras ser botado fue vendido a la Armada argentina, de ahí que un nuevo buque, gemelo al anterior, recibiese el mismo nombre en 1929 cuando se colocó su quilla en la S.E.C.N. de Cartagena, siendo entregado a la Armada en 1931.

Con un desplazamiento de 1.800 tn. a plena carga; una eslora de 101,98 m., una manga de 9,67 y un puntal de 6,02; cuatro calderas Yarrow y dos grupos de turbinas Parsons, con una potencia de 42.000 cv. y una velocidad de 32 nudos. Su armamento consistía en cinco cañones Vickers de 120 mm., otros de menor calibre, así como seis tubos lanzatorpedos de 533 mm. y dos morteros lanzacargas de profundidad. Su dotación era de 160 hombres. Fue dado de baja en octubre de 1963.

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".