A propósito de Laura, el Bella Ciao, la Giovanezza y el «mundillo». Por Juan Antonio López Larrea

¡Vaya la que se ha liao con el desplante (¿o plante?) de la Pausini en el late night prime time de A3!.

Y no lo digo por las reacciones del rebaño de cerdos desataos a su libre, puerco, voraz albedrío, piara menguante a pesar de los pesebres tasados en escandallos, ya fueren de la Mediática o de la anónima de «agúantame el peta que le voy a poner a esta tía un trip advisor que se va a cagar».

«Ruido, demasiado ruido, se quejaban los de la discoteca de abajo», hubiera dicho Sabina, si no se tratara de los propios.

¡Que va!, esos cretinos zurdos me la sudan, incluso a pesar de que tengan a Joaquín.

Lo digo… por «los Nuestros», aquellos pureza de María, todavía -si tal cosa fuera posible- mas enclenque que la Peña Vallecana de Amigos de Mao. 

La mismísima atomización del átomo, esencia de Myrurgia, del jabón de La Toja, del Gotas de Oro y del Varón Dandy. 

Dignidades de noblezas antártidas, micénicas y hasta cucuténicas. 

Sonrisas ensayadas cuidadosamente frente al espejo e insinuadas a través de los pliegues doblados de abanicos, abiertos tras la confesión dominical reglamentaria; de cuando Cádiz tacita de plata era el puerto de los oros postreros dilapidados por los nobles de mierda, aunque magnífico asiento de una burguesía indolente y perezosa que terminaría por comerse a España por un garrón.

Liendres que se dicen a sí mismo falange en las fiestas de guardar, y tan solo en las de guardar, RH de la nada, el eco de su sus propios pasos.

Camisas de obrero tan solo para las ocasiones, que jamás olieron a la honradez de sudar a chorros… tan solo a naftalina y almidón. Y a laca.

A cascadas de laca. 

Tan dignos fachas no perdonan a la Pausini que no se presentara al casting postrero a su desplante (¿o fue plante?) entonando la Giovanezza ataviada de fez con haz y botitas con espuela y trincha para sostén del 7’65. 

Tantos años de desfiles y no habéis entendido nada.

No tenéis «queridos camaradas» ni puta idea de lo que fue la posguerra en Italia…

En Aquí ganamos los Nuestros en compañía de otros tantos menos nuestros, y entonces Franco mostró al mundo las 7 fosas del terror comunista en los vórtices del Jarama atiborrados de cadáveres, muertos ingénuos, muertos ignorantes de por qué morían, muertos por odio, muertos sin venir a cuento, muertos solo porque «debían morir…»

Hasta ayer mismo en Italia, relacionar a la Bella Ciao y al Ejército Partisano con la masacre de las Foibe era una prueba manifiesta de fascismo y cómo tal, deleznable, repudiable, escupible… cagable.

Me importa una puta mierda lo que dijera Laura en las Redes por conservar su curro: lo importante es lo que dejó de hacer.

Y en fin y por concluir, que ya me aburre  el asunto… que mandadme «queridos camaradaSS» la excomunión por correo ordinario, que de los certificados nunca hago caso, ¡que pereza!.

Pero nunca olvidéis… ¡Nunca!, que a pesar de vosotros, Pureza de María y otras hierbas, servidor morirá cómo nació: fascista…

Si no me matais vosotros antes.

Que complicado habéis hecho saber quienes son los Nuestros.

No me extraña que nadie nos escuche.