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Hay muchos que opinan eso de que «los pueblos nunca se equivocan» y otros algo parecido: «Los pueblos siempre tienen razón». Pues, yo opino todo lo contrario, porque estoy convencido de que los pueblos también se equivocan y no siempre tienen la razón. Será por falta de cultura o desconocimiento de la política, será porque a veces, casi siempre, son manipulados por intereses bastardos y gentes sibilinas o acaso por su ceguera para ir o ver dos palmos más allá de donde están. El hecho es que la historia está llena de grandes errores de los pueblos. Por no remontarme mucho sólo voy a citar tres recientes, del pasado siglo.
CASO ALEMÁN: hoy está suficientemente demostrado que Adolfo Hitler llegó al Poder con el apoyo del pueblo alemán, que le votó en las urnas democráticas, y le respaldó masivamente casi hasta el final de la Guerra Mundial. ¿Habría podido Hitler llegar a dónde llegó sin el consentimiento de los alemanes? Está claro que entonces se equivocó el pueblo alemán (y no es el momento de analizar las razones) y no tuvo razón.
CASO ITALIANO: ¿cómo y por qué se mantuvo Mussolini más de 20 años en el Poder? Llegó con el apoyo de todos (pueblo, ejército, Gobierno y hasta el del Rey) y con el apoyo de todos gobernó hasta su caída, ya en plena derrota cuando la Segunda Guerra Mundial. ¿Se habría mantenido en el Poder si el pueblo italiano no le hubiese apoyado? Está claro: el pueblo italiano se equivocó y no tuvo razón ni razones para mantener a Mussolini.
CASO ESPAÑOL: durante casi cuarenta años Franco se mantuvo en el Poder y hasta consiguió morir en una cama y siendo Jefe del Estado. ¿Por qué?. Sencillamente porque el pueblo español le apoyó desde el final de la guerra hasta su muerte, y que no se me diga que también había «opositores», porque la Oposición cabía en un apartamento de una sola habitación. ¿Y no es cierto que Franco fue siempre aclamado por el pueblo español y que sus apariciones en público desataban el aplauso de todos? Hay quien dice que todo eso era fruto de la Dictadura férrea y que si hubiera habido elecciones y democracia no habría durado ni dos minutos. Yo tengo mis dudas. Si Franco le dá un giro al Régimen, cuando Serrano Súñer se lo propuso en 1945, estoy convencido de que habría seguido siendo el Jefe del Estado cien años que hubiese vivido. ¿Estaba equivocado el pueblo, sí o no? ¿Se equivocan los pueblos, sí o no?… ¿Se equivocó el pueblo alemán, sí o no? ¿Se equivocó el pueblo italiano, sí o no? Lo que no me vale es que se diga que «los pueblos nunca se equivocan», para a continuación arremeter con los que apoyaron a Hitler, a Mussolini o a Franco.
Y dicho esto, me hago la siguiente pregunta: ¿está equivocándose el pueblo español en estos momentos?. En mi criterio, sí, y el futuro lo confirmará. Y se está equivocando porque está apoyando un Sistema que conduce a España a otro «desastre del 98». Se está equivocando por apoyar una Constitución que nació del «consenso del miedo» (el que entonces le tenían todos al Ejército) y a la peor clase política que hemos tenido en los últimos 200 años. Se está equivocando porque se está dejando llevar por una demagogia barata, de tres al cuarto. «Mientras se despeña el río se está secando la huerta», que diría Ignacio de Loyola. Tenemos un Gobierno que es el hazmereir de Europa y los españoles, en su mayoría, sigue apoyándole. Tenemos una Oposición de marketing y foto, y los españoles, casi por mayoría, le sigue apoyando. Tenemos una Monarquía de escaparate, y los españoles la siguen apoyando. Tenemos un Tribunal. Constitucional que ya causa risa… y tenemos, y tenemos, y tenemos. ¡Ah, pero «los pueblos nunca se equivocan»! Pues, que no se olvide lo que les costó al pueblo alemán, al italiano y al español sus aciertos políticos. Está claro, los pueblos también se duermen y el español de hoy está hasta roncando. Allá ellos. Dentro de diez años, no más, los españoles de entonces se darán cuenta del error de los españoles de hoy.
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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