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Ciertamente, y vamos a dejarnos de eufemismos, lo que ha hecho el señor Sánchez Pérez-Castejón con el Rey y Cataluña es un crimen de Estado, sí, un crimen, que no un Golpe, porque este hombre no está pretendiendo cambiar el Estado (que también) sino acabar con el Estado para quedárselo él en propiedad.

Este hombre está claro, quiere la Dictadura y a la Dictadura nos lleva.

Hoy, no lo duden, es el 18 Brumario de aquel Napoleón que se quedó con el Poder en una acción de fuerza disfrazada de legalidad.

«El arte de un golpe de Estado –diría aquel Dictador nato- está en darlo con la apariencia de legalidad, sin que se note».

 Miren ustedes, que el Jefe del Estado (sea Rey o fuese Presidente de la República)  no pueda visitar o acudir a cualquier punto del territorio nacional  es grave, gravísimo, pero todavía lo es más si el Presidente del Gobierno lo impide como «pago» a unos Partidos que están reclamando la independencia y para seguir en Poder.

    ¡Dios, y más grave será si las Fuerzas Armadas, el Tribunal Constitucional y el propio Rey callan y consienten que un insensato, ambicioso, trepa y dictador nato siga al frente del Gobierno!

 La Democracia no puede ser patente de corso para vender o intercambiar una Nación.

  ESO TIENE UN NOMBRE: TRAICIÓN A LA PATRIA.

  Pero, les aseguro que al menos a quien esto escribe no le sorprende nada, porque lo vio venir y lo dejó por escrito, como pueden verlo si leen los dos artículos que publiqué el año 2018 y el año 2010. Lean:                 

«A cualquier precio el Poder jamás es caro»

Gracias a la Memoria Histórica hace unos días abrí el baúl de mis recuerdos y me encontré con las Vidas paralelas de Plutarco, que lleva en su primera página la fecha de cuando la compré y leí: 12 de abril de 1956. Como debe saber cualquier lector medio las Vidas paralelas son una serie de biografías comparadas, donde Plutarco le busca a cada personaje el «otro» que aunque llevando vidas distintas son paralelas, como las vías del tren. Por ejemplo: «Alejandro-Julio César», «Demóstenes-Cicerón», «Dión-Bruto», «PericlesFabio Máximo», «Licurgo- Numa Pompilio».

Y esa lectura me dio por buscar, como un juego, su par a Pedro Sánchez, el actual presidente del Gobierno de España. Busqué mentalmente por toda la historia y la literatura y la verdad es que no encontraba con quien igualarle… hasta que di con el rey Eteocles. ¿Qué quién fue el rey Eteocles? Afortunadamente mi admirado y maestro Séneca me dio la respuesta, porque en su tragedia Las Fenicias, lo describe a la perfección. Eteocles era uno de los hijos de Edipo y Yocasta. Otro era Polinice. Pues bien, los dos, al desaparecer y abandonarlo todo por haber matado a su padre y haberse casado con su madre, Edipo se vuelve loco y huye de su reino, se enfrentan por la Corona y el reino de Tebas, la ciudad más grande de aquella Grecia clásica antes de Atenas y Esparta. Es una guerra civil sangrienta, y feroz, donde no se hacen prisioneros y se impone la tortura y la espada.

En el momento crucial de la última batalla Yocasta, la reina y madre de ambos, intenta frenar aquella salvajada que, además, estaba hundiendo Tebas y sembrando la miseria y el odio entre sus habitantes. Como madre les implora que abandonen las armas y se sienten a negociar una paz honrosa. Cosa imposible porque mientras Polinice era partidario de la democracia, la libertad y el diálogo, Eteocles defendía la fuerza, el orden y la seguridad. El primero quería reinar con el amor de su pueblo, el segundo por el temor. Uno decía que un rey sin el amor de su pueblo no puede durar mucho, el otro que si el pueblo no teme a su rey dura menos.

En esta encrucijada interviene la reina Yocasta y más o menos les dice: «Hijos míos, a los dos os he llevado en mi vientre y a los dos os amo por igual. Para mí tan trágico será que muera el uno o que muera el otro, ya sé que para vosotros es distinto porque muera el que muera el otro quedará victorioso y lo celebrará con los suyos y sólo habrá lágrimas en el derrotado y en los suyos. ¡No aflijáis mi corazón con esa pena y dejad las armas y abrazaos como hermanos!». Entonces interviene Polinice: «Sí, madre, pero rey sólo puede haber uno». Y Eteocles: «¡Ese seré yo!». Yocasta: «¡Pobre de ti Eteocles! Porque cuando vencido hubieres a este a quien vencer deseas, habrás de llorar su vencimiento. Abandona tu ambición y libra a tu patria del miedo y de llanto a tu madre». Eteocles: «Yo Reinaré y a mi hermano lo mandaré al destierro, ese será mi perdón, así madre mía no tendrás que llorar». Polinice: «Reina, pues, entre el odio de tus vasallos». Eteocles: «No quiere reinar de veras quien teme ser aborrecido. Muchas decisiones prohíben al soberano el amor de sus súbditos. Quien quiere ser amado, reina con mano lánguida». Polinice: «Poder aborrecido nunca se retiene mucho tiempo». Eteocles: «Mejor definirán los reyes los verdaderos principios del poder; tú vete al destierro y olvídate del reino. Yo, por reinar, estoy dispuesto a todo». Yocasta: «¿A todo?… ¿Y echar al fuego a tu patria, a tus penates, a tu esposa, a tu dignidad y a tu honor?». Eteocles: «Madre, ¡A cualquier precio el poder jamás es caro!».

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Bien, pues ya tenemos al «otro» de Pedro Sánchez, el rey Eteocles. Porque parece como si el actual Presidente del Gobierno se hubiese disfrazado de Eteocles, ya que para él, está demostrando, a cualquier precio el poder jamás es caro. Le importa un bledo el pueblo, le importa un bledo España, le importa un bledo Cataluña, le importa un bledo la Constitución, le importa un bledo el Parlamento y el Senado, le importa un bledo el Rey y la Corona… A la vista está, si por llegar a la Moncloa tuvo que entregarse a los enemigos de España, ¿qué no va a estar dispuesto a realizar para mantenerse en la Moncloa? ¡Que Dios nos coja confesados!

                     

Cataluña será independiente

Como decíamos ayer (fray Luis de León a la vuelta a su cátedra de Salamanca tras cinco años de cárcel) Cataluña será independiente a no tardar mucho. Porque ahora, tras seis intentos fallidos en los últimos tres siglos, lo tiene a huevo. Si no hay un Estado de Derecho, si el Tribunal Constitucional es como si no existiera, si no hay Ejército, ni Iglesia, ni Sindicatos, si la situación económica es tercermundista, si no hay Gobierno y el Estado de las Autonomías ya es un cáncer en fase terminal, si los Partidos Políticos son una farsa electoral y la Corona mira hacia otro lado, si la clase media es un recuerdo y los grandes Bancos hacen su agosto y los ricos son cada vez más ricos, si el Parlamento es un Rastro de compraventa de votos… y encima el Presidente del Gobierno se ha vuelto loco y sigue al pie de la letra aquella máxima de Séneca de que «a cualquier precio el Poder jamás es caro» (Este Zapatero, como un Fausto de tercera división, vende su alma al diablo cada mañana a cambio de seguir en la Moncloa)… si así están las cosas Cataluña, esta vez sí, logrará la Independencia soñada, ya que además el resto de España está hasta las pelotas del «problema catalán».

Pero, antes de detenernos en el momento actual todavía hay que volver la vista atrás (Memoria Histórica) y repasar lo que fue el Estatuto de Nuria, aquel con el que Cataluña quiso lograr su independencia durante la Segunda República.

Veamos. Como es sabido el 14 de abril de 1931 cayó la Monarquía y se proclamó la República. Bueno, pues no se había asegurado todavía el nuevo Régimen el control del Poder cuando el Presidente Maciá salió al balcón del palacio de San Jaime y proclamó la República de Cataluña y el Estat Catalá, o sea la independencia de Cataluña. Naturalmente, el Gobierno Provisional de Madrid reaccionó y de inmediato envió a tres de sus ministros a Barcelona para frenar las ambiciones independentistas de la Esquerra republicana. Maciá, ante la contundencia de los representantes del Gobierno Provisional, pero Gobierno de España, (Autonomía la que queráis, Independencia guardia civil y ejército) dio marcha atrás y se conformó con hacer un Estatuto de pleno autogobierno. Sí, respondió el Gobierno central, pero primero tenemos que hacer la Constitución Republicana. Después hablaremos del Estatut catalán y de los que vengan. Pero, Maciá, lanzado ya como estaba por la independencia, consiguió redactar un texto de Estatut, que estuvo listo en tres meses. Fue el Estatuto de Nuria (así llamado por haberse redactado y consensuado en el valle de Nuria, en el Pirineo Oriental catalán). (1). Un Estatuto que constaba de 52 artículos y se levantaba sobre dos columnas vertebrales: «Cataluña es un ESTADO autónomo dentro de la República española» y » El catalán será la lengua oficial y UNICA de Cataluña».

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Y Maciá fue más lejos, pues sin consultar con el Gobierno de España, celebró un plebiscito a nivel «nacional» de Cataluña para que lo votasen los catalanes. Aquel simulacro de referéndum se celebró el 2 de agosto de 1931, en pleno verano, con una participación del 75 % de participación y unos resultados increíbles, ya que lo ratificaron un 99,45 % de los votantes.

Pero, llegado a Madrid el Gobierno Provisional, que todavía presidía Alcalá Zamora, lo aparcó «hasta que se terminara y aprobara la Constitución del Estado». Y aparcado estuvo más de un año. Hasta que en agosto-septiembre de 1932, y siendo ya Presidente del Gobierno, don Manuel Azaña, las Cortes generales, las mismas Constituyentes, lo discutieron artículo por artículo y con grandes debates. Por fín, el Esta tut fue aprobado el 9 de septiembre de 1932, por 314 votos a favor y 24 en contra. Pero ¿qué Estatut aprobaron las Cortes republicanas? De momento, los 52 artículos que llegaron de Barcelona se quedaron reducidos a 18, ya que el Tribunal de Garantías Constitucionales (el hoy Tribunal Constitucional) vio inconstitucionales la mayoría de ellos. Y se habían cargado los dos objetivos básicos de los catalanes, lo del Estado y lo de la Lengua. El artículo 1 quedó redactado así: Cataluña se constituye en región autónoma dentro del Estado español. Su territorio es el de las provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona en el momento de aprobarse este Estatuto». Y el artículo 2 así: «El idioma catalán es, como el castellano, lengua oficial en Cataluña. Para las relaciones de Cataluña con el resto de España, así como para la comunicación de las autoridades del Estado con las de Cataluña, la lengua oficial será el castellano. Toda disposición o resolución oficial dictada dentro de Cataluña deberá ser publicada en ambos idiomas… Dentro del territorio catalán, los ciudadanos, cualquiera que sea su lengua materna, tendrán derecho a elegir el idioma oficial que prefieran. etc.»

¡¡Y los políticos catalanes pusieron el grito en el cielo¡¡… y la Ezquerra levantó públicamente la bandera de la independencia total. (De ahí que tan solo 2 años después, muerto Maciá y con Companys como Presidente de la Generalitat, aprovechando la sublevación promovida por el PSOE de Largo Caballero, declarara otra vez, y desde el mismo balcón del Palacio de San Jaime, el ESTAT CATALAN, o sea la Cataluña Independiente de España.

Bueno, y así, y con este antecedente, ponemos hoy punto final. Ahora toca hablar de la situación actual. Lo haremos en un próximo artículo. CATALUÑA SERÁ INDEPENDIENTE.

           Señores, muchas veces he dicho ¡que viene el lobo! sin que nadie me hiciera cas (dese «El Imparcial», desde el «Diario de Barcelona», desde el «Heraldo Español», en conferencias, en libros: «Los socialistas rompen las urnas», «Todos contra la Monarquía»)… pues aquí tenemos ya al lobo.¿Y ahora qué?

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.