22/11/2024 01:55
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Reconozco que  después de leer y releer  «Las cuatro Pandemias» de Mario Conde  me han dado ganas de no escribir más, ya que la radiografía que hace de la España actual, de lo que está pasando ahora mismo, es tan absolutamente clarividente que no se puede decir más… y no se asombren de mi admiración por Mario Conde, hoy vecino de columna en este amenazado «Correo de España», porque eso viene de antaño ( de cuando ingresó por primera vez en la cárcel y le ofrecí mi apoyo (moral, por supuesto) y él me contestó con una carta  que he conservado hasta el último de mis traslados de «célula» por la entereza y claridad mental que se desprendía de sus palabras. Normal. Yo acababa de leer su libro «El Sistema» y yo ya estaba trabajando en ni «CUSPIS»,  tan «visionarios adelantados» del verdadero Poder en España (él) y yo en el Mundo. A pesar de mi admiración no le conozco personalmente, lo que lamento. Porque desde entonces pensé, y sigo pensando, que es una pena que España no haya sabido aprovechar una mente como la suya y más en situaciones como las que estamos viviendo. El otro día mientras hablaba el quinta división señor Casado hubo un momento que cerré los ojos y quise ver al primera división señor Conde… y un milagro. El Rey Eteocles no resistió el ataque frontal del señor Conde y allí mismo presentó la dimisión, avergonzado. Pero, no, al abrir los ojos de nuevo allí estaba un pobre diablo sumándose a los vendedores de España).
                     Pero, volvamos a sus cuatro Pandemias. Clara, clarísima, su radiografía de la situación sanitaria: el Reino del caos (aunque tiene la gentileza de dudar en lo que es un «HECHO» brutal). Rotunda, documentada, terrible, la radiografía de la situación económica. Tan mala, tan mala y menos mala que mañana (¡ay,Dios, hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana!) que al releer su descripción me dieron ganas de hacer la maleta y marcharme a un exilio voluntario y eso habría hecho si tuviese algo que perder…já, já, já …( a los 80 años, divorciado, solo, viviendo de alquiler, jubilado, pensionista, dos infartos superados, un pulmón jodido  y… eso sí, una voluntad de hierro, el espíritu traspasado de mi Don Miguel de Unamuno, mi vieja máquina de escribir en plena forma y… lo mejor, mis cien amigos que no me abandonan ni de día ni de noche, y los más pesados, Don Benito, Don Juan, Don Lucio, que no los puedo echar ni a tiros)… y veo con alegría que todavía hay alguien que, por encima de la Pandemia política ocasional, ve la realidad de lo que está sucediendo con las Democracias occidentales decadentes y en peligro (un hombre un voto) y adónde nos conduce lo que tenemos y lo que vimos el otro día en el debate de la Moción de VOX. ¿Que puede esperarse de unos políticos que no leen  (jamás se me olvidará aquel día que el  «Gran Adolfo Suárez» me dijo sin avergonzarse que él no había leído un libro en su vida, y eso lo justo para aprobar la carrera de Derecho y en tres Universidades distintas) y que sólo tienen en su mente la ambición del Poder, bueno, mejor dicho del sillón ( recuerdo que en cierta ocasión y hablando de cierto personaje de entonces el sibilino Don Torcuato Fernández Miranda me dijo: «Merino, no te fíes nunca de un político que no tenga cuarteles de invierno, esos son los más peligrosos») Pues, sí, Don Mario, estoy totalmente de acuerdo. Lo del Debate, de pena….y queda la cuarta Pandemia, la del pueblo español. «Un pueblo inculto, miserable, vago, desagradecido, vengativo, sumiso con el que manda y altivo y dictador con el de abajo, rastrero y veleta» (ojo, esto lo digo yo). Aunque usted viene a decir que no hay pueblo, que no hay  sociedad  civil, que les da todo igual  (bueno, más o menos lo que decían y se dijeron mis amigos Ganivet y Unamuno en aquellas cartas que se cruzaron «Sobre el porvenir de España»)
                         «El ideal de todos los españoles es que llevasen en el bolsillo una carta foral con un solo artículo, redactado, en estos términos, claros y contundentes: «Este español está autorizado para hacer lo que le dé la gana»
               Y más penoso. Lo que dijo Sir Thomas Cook, el «Encargado de Europa del Oeste» en el transcurso de la reunión de «CUSPIS» del 2.018, celebrada en Doha, la capital de Qatar: «Señor Presidente, Señores Encargados del Gobierno del Mundo, los hechos sucedidos en España confirman, sin duda, mis palabras del año pasado en cuanto a la idiosincrasia y el carácter de ese pueblo. Porque yo creo que es  el caso más curioso del mundo… ¿o qué otra cosa puede decirse de un pueblo que cuando es gobernado dictatorialmente lucha como ninguno por la libertad y cuando al fín consigue ser libre no sabe qué hacer con la ansiada libertad…Cuando tiene la libertad añora la Dictadura y cuando llega la Dictadura es capaz de dar la vida por conseguir la libertad» (o sea, un pueblo que ayer adoró al Dictador Franco y hoy arrastra sus huesos y su memoria). Usted, Don Mario, lo ha visto claro.
                     Pero, Señor Conde, usted no ha visto (lo que me extraña) que hay  otra pandemia, que ya tenemos encima la QUINTA, la peor de todas, la más grave, la que mata más que el virus que nos tiene acorralados en casa: LA PANDEMIA COMUNISTA. ese virus invisible, que en silencio se va introduciendo en el organismo (sea humano, civil o militar) gangrenando las células vivas y sanas hasta corromperlas y destruirlas. ( «Yo estuve allí», «Yo fuí Ministro de Stalin», «Yo escapé de la esclavitud», «Yo supe desviar la República», «Así miné el régimen de Franco», «Así se teledirigen las marionetas»… «Los 10 días que conmovieron al mundo»). Amigo Conde, le aseguro que con ser terribles sus cuatro Pandemias la que yo vi venir, estoy viendo y me temo que no me dejarán ver, es mucho más terrible (porque de las suyas se puede salir, de la Comunista sólo se sale, o no, con el pelotón de soldados de Spengler, pero ya sabe, esos ni están ni se les espera.
                  Así que Don Mario, usted que tiene la mejor mente de esta España y no estando presentes mis admirados Don Ramón Serrano Súñer y Don Torcuato Fernández Miranda, ya puede ir pensando cómo nos quitamos de encima la QUINTA, aunque sea escuchando y enamorado la otra QUINTA, la del más genial de los sordos. ¿No es este el Reino del caos? se pregunta usted y yo me pregunto ¿Es  esto España?… ¿Hacia dónde va España?.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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