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Pasaban escasos minutos de la doce y media del martes 29 de septiembre de 1970, cuando en la plaza que iba a llevar el nombre del general José Millán-Astray y Terreros, daban comienzo los actos de homenaje a tan señalado coruñés, hijo predilecto de la ciudad, en el cincuenta aniversario de la fundación de su obra predilecta, la Legión Española.

Desde noviembre de 1934 la Legión no había vuelto a La Coruña. Regresaba para participar en los actos derivados de un acuerdo de la corporación municipal coruñesa, en que con motivo del cincuenta aniversario de su fundación, se iba a descubrir una estatua al creador de tan sublime unidad militar de infantería.

En el centro de la plaza se alzaba la obra de escultor Xoan Piñeiro, que constaba de  un muro de protección y una base sobre la que se erguía una gran figura del heroico soldado de más de tres metros de altura, realizada en bronce y de más de mil kilos de peso.

La estatua estaba cubierta con la bandera Nacional y la plaza y sus aledaños repletos de gentes, entre los que destacaban la presencia de las hermandades del Alféreces y Sargentos Provisionales, hermandad de Retirados de la Fuerzas Armadas y numerosos ex legionarios.

Dando frente al monumento se hallaba formada una unidad que rendiría honores y que estaba compuesta por escuadra de gastadores de La Legión, banda de cornetas y tambores y unidad de música del regimiento de Infantería Isabel La Católica nº 29, tres secciones de legionarios y una compañía del regimiento de Infantería antes precitado. Igualmente estaban formados los guiones de la Subinspección de la Legión; del Tercio “Gran Capitán”, primero de la Legión con base en Melilla; guiones de la primera, segunda y tercera banderas del Tercio Sahariano “Alejandro de Farnesio” con sede en Villa Cisneros y los guiones de la novena y décima bandera del grupo ligero de caballería sahariano.

El Capitán General de la VIII región militar, teniente general Luciano García Machiñena, acompañado por el General Subinspector de La Legión, Antonio Maciá Serrano, recibió los honores de ordenanza y pasó revista a las tropas.

El alcalde de La Coruña José Pérez- Ardá, junto a su teniente de alcalde Secundino Álvarez Tomé, en la inauguración de la estatua en honor al fundador de la Legión española, el coruñés José Millán Astray.

De seguido, a los acordes del Novio de la Muerte, los guiones y gastadores, a paso lento, se fueron aproximando al monumento. Finalizada la canción, el alcalde Pérez-Ardá y el General Maciá Serrano, procedieron a descorrer la bandera nacional que cubría la estatua del fundador de La Legión, entre grandes aplausos de los centenares de congregados. El abad de la colegiata, Santiago Fernández, procedió a bendecir el nuevo monumento.

Abrió el acto el alcalde Pérez Ardá, quien recordó el acuerdo de la corporación para rendir este homenaje al hijo predilecto de la ciudad, José Millán-Astray, al cumplirse el cincuentenario de la fundación de su obra predilecta. Rememoró el ejemplo de la Legión con sus más de nueve mil muertos en campaña, treinta y cinco  mil heridos y setecientos desaparecidos. Pérez-Ardá concluyó su parlamento diciendo: “Que este homenaje que hoy dedica La Coruña a su hijo Millán-Astray, sirva de ejemplo para las nuevas generaciones para que sepan como un pueblo premia al que lo ha dado todo por la Patria”

El general Maciá Serrano contestó al alcalde con un vibrante discurso donde destacó las virtudes del fundador y de su Legión. “A los cincuenta años de su fundación, la Legión es hoy un yunque del valor; una fuerza de redención; una escuela de héroes y una reliquia de los Tercios Imperiales que han  movido a España en el pasado. Ese es el gran milagro de La Legión Española, el ejemplo de los novios que casaron con la muerte. Hay que saber morir por lo que se puede vivir. España ¡Viva España! ¡Viva La Legión!

Cerró el acto el capitán General, quien realizó una alabanza a la decisión de la corporación municipal de La Coruña de promover este homenaje. “Me siento orgulloso de asistir a un acto tan emotivo como este en que una ciudad homenajea al fundador del Tercio de Extranjeros que alcanzó gloria y fama en la paz como en la guerra”.

Finalizadas las intervenciones el alcalde Pérez, Ardá, el Capitán General y el General Subinspector depositaron una corona de laurel al pie del monumento. Mientras todos los presentes entonaron el Himno de la Legión.

La Legión Española desfila en la Coruña, tras inaugurarse la estatua en honor al fundador de la Legión José Millán Astray.

El Capitán General acompañado del Alcalde y del General Subinspector, subieron a un podio desde donde presenciaron el desfile de las tropas, cuya marcha fue abierta por los gastadores de la Legión con su mascota, un cordero ataviado con un gorrillo legionario.

A las dos y media de la tarde en la residencia de Miguel Servet, hoy cuartel de la Policía Municipal, se sirvió un almuerzo ofrecido por el alcalde y su corporación. Presidió el Capitán General de Galicia, teniente general García Machiñena y con él el presidente de la audiencia territorial, que ostentaba la representación del gobernador civil; alcalde de la ciudad y  primeras autoridades coruñesas; el general Subinspector Maciá Serrano y los entonces coroneles del Tercio “Gran Capitán” con sede en Melilla, Antonio Pascual Galmés y del Tercio Sahariano “Alejandro de Farnesio” con base en Villa Cisneros, el recordado coruñés Gerardo Mariñas Romero, así como otros mandos legionarios como el teniente coronel González González, los comandantes Torrente, Revuelta  y  los capitanes Iglesias Rey, Esteban Angosto y Ávalos.

A los postres el General Maciá nombró legionarios de honor al Alcalde José Pérez-Ardá, al teniente de Alcalde, Secundino Álvarez Tomé y al escultor Xoan Piñeiro.

La Coruña volvería  a gozar de la presencia legionaria en julio de 1976, con motivo de la inauguración, por parte del Rey de España Don Juan Carlos I, de visita oficial a la ciudad, de la avenida del Ejército. Tendrían que pasar nueve años,  para que en junio de 1985, con motivo del desfile de la Fuerzas Armadas, La Coruña albergase de nuevo a tropas  legionarias,  con la participación en la parada militar, presidida por el Rey Juan Carlos I, del Tercio Duque de Alba, segundo de la Legión

En el año 2000, la asociación Green Jackets, que preside el infatigable Manuel Arenas Roca, trajo a la Plaza de María Pita a la Banda de Guerra de la Brigada Legionaria Alfonso XIII, con sede en Víator (Almería), que ofreció un soberbio concierto, ante miles de coruñeses, que llenaron la plaza. Fue esta la última vez que el heroico Tercio estuvo en nuestra ciudad.

En una madrugada de enero del año 2010, unos políticos, por supuesto del PSOE y separatistas gallegos del Bloque, sectarios, trincones, estultos y sin sentido, con nocturnidad y alevosía, -actuando como delincuentes-, movidos por odio y rencor, que conformaban un infausto gobierno municipal, amparados en la perversa ley de memoria histórica, con la aquiescencia de una justicia indigna y prevaricadora, que falló en contra de los recursos planteados contra aquella felonía, retiraron  aquella estatua, que desde 1970, -sin ofender  a nadie en sus creencias-, presidía  la plaza que llevaba su nombre y que tan solo ensalzaba la obra de un héroe, un valeroso soldado de España: LA LEGION ESPAÑOLA.

Esa estatua, auténtica obra de arte, que es patrimonio de todos los coruñeses, duerme desde entonces embalada en un cajón, en los talleres municipales coruñeses, situados en el polígono industrial de la Grela.  Mientras en Afganistán, Líbano y en todas las calles españolas,  por donde pasa su obra predilecta, La Legión, levanta oleadas de aclamaciones, simpatía, pasión y reconocimiento. ¡Que enorme contradicción! Una bandera Legionaria de nombre Millán-Astray, luchando por esos mundos de Dios y la estatua del soldado fundador, que da nombre a esa bandera, secuestrada en un oscuro almacén coruñés. Desgraciadamente los pueblos que olvidan su historia, están condenados irremediablemente a repetirla.

P/D: Con motivo del centésimo segundo aniversario de la fundación de la Legión Española y como  homenaje y recuerdo a Peregrina Millán-Astray y Gasset, fallecida hace escasas fechas y que tanto luchó, junto a los veteranos legionarios coruñeses y de otros lugares de España, -no así los mandos legionarios, que miraron para otro lado- por mantener la estatua de su heroico e irrepetible padre, José Millán-Astray y Terreros, en la ciudad herculina.

La muerte no es el Final. Peregrina Millán-Astray ¡Presente! ¡Viva España! ¡Viva la Legión!

Autor

Carlos Fernández Barallobre
Carlos Fernández Barallobre
Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.

En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.

 
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