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La Cruz de Borgoña es la más longeva de las banderas de España

 

El 30 de Noviembre, se celebra la festividad del Apóstol San Andrés, que da nombre a una famosa cruz en forma de aspa. Una cruz que fue la más longeva de las banderas de España.

Cuando las infanterías de España y Polonia combatían bajo la misma Cruz de Borgoña
El Regimiento de Patricios: los soldados de Argentina que aún lucen el Aspa de Borgoña 

El símbolo tiene su origen a mediados o finales del siglo I de nuestra Era, cuando San Andrés murió crucificado en Patras, Grecia, siendo atado en una cruz con forma de aspa. En la Edad Media la tomaron como símbolo los Duques de Borgoña, un estado independiente que ocupaba parte del actual norte de Francia, Bélgica y el sur de los Países Bajos. Concretamente, los Duques de Borgoña usaban por bandera dos leños cruzados y representados al natural, con los nudos. En 1477 el entonces Archiduque Maximiliano de Austria (futuro Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico) se casó con la Duquesa María de Borgoña, heredando su hijo primogénito, Felipe, el título de Duque de Borgoña a la muerte de su madre en 1482. En 1496, Felipe se casó con Juana, hija de la Reina Ysabel I de Castilla. Cuando Juana subió al trono a la muerte de su madre, Felipe se convirtió en Rey consorte. Fue él quien introdujo en España el Aspa de Borgoña, emblema que lucían su escolta personal, la llamada Guardia Borgoñona.

En 1516, tras la muerte de Fernando el Católico y recluida la Reina Juana, subió al trono el hijo de ésta y de Felipe, con el nombre de Carlos I (a partir de 1520 se convertiría en Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V). Durante su reinado la Cruz de Borgoña se extendió como el emblema común a las banderas de las compañías de los tercios, representándose junto a los emblemas personales de cada capitán y llevando cada tercio una bandera amarilla con el escudo imperial en representación del monarca. 

 

La primera vez que el aspa de San Andrés figuró como emblema de España fue en la Batalla de Pavía de 1525, librada en esa localidad italiana y que acabó en una estrepitosa derrota francesa, terminando el Rey Francisco I de Francia cautivo de los españoles. En este cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau aparece representado el gallego Alonso Pita da Veiga a caballo, uno de los tres españoles que capturaron al Rey francés, acompañado por una bandera con el aspa roja con los bordes lisos, sin los nudos.

La Cruz de Borgoña o Aspa de Borgoña es una representación de la Cruz de San Andrés en la que los troncos que forman la cruz aparecen con sus nudos en los lugares donde se cortaron las ramas.

Por ser San Andrés el patrón de Borgoña, la Cruz de Borgoña era el emblema utilizado por las tropas de Juan Sin Miedo en la guerra de los Cien Años. Tras casarse María de Borgoña con Maximiliano I de Habsburgo, su primogénito, Felipe, llamado «el Hermoso», se casó a su vez con Juana I de Castilla, llamada «la Loca», convirtiéndose en Felipe I de Castilla.

Felipe ostentaba la Cruz o Aspa de Borgoña en los uniformes y banderas de su séquito. Luego fue heredado y expresamente adoptado por su hijo, Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, fruto de ese matrimonio de Felipe con Juana I de Castilla.

La Cruz de Borgoña ha sido incluida en los escudos de armas y en las banderas de España, tanto de tierra como de mar, desde 1506, época de su introducción con la Guardia Borgoñona de Felipe el Hermoso. Aunque desapareció del Escudo de Armas del Rey de España en el reinado de Felipe VI y de su estandarte,1​ muchas banderas, guiones y estandartes actuales del Ejército español siguen presentando este emblema en ellos. Un claro ejemplo lo constituyen los guiones y estandartes de la Guardia Real.

La Cruz de Borgoña es el origen del distintivo de cola que marca las colas de los aviones del Ejército del Aire de España,​ y de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra.

Como símbolo vexilológico, ha sido el más utilizado hasta 1785 en las banderas españolas.

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En tierra, esta bandera, blanca con la cruz de Borgoña en rojo, ondeó quizá por primera vez como insignia imperial y española en la batalla de Pavía en 1525 (aunque las aspas rojas eran lisas, sin nudos), y es la más característica de las utilizadas por los tercios españoles y regimientos de infantería de la Monarquía hispánica durante los siglos XVIXVIIXVIII y comienzos del XIX.

Desde Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, cada compañía tiene su propia bandera, en la que la cruz figuraba sobre fondos de muy diversa forma y colorido (en los que a veces se incluían jeroglíficos o motivos heráldicos del oficial al mando). Al acceder al trono Felipe II, ordenó que, además de las banderas de cada compañía, cada tercio llevase otra en cabeza de color amarillo con las aspas de Borgoña en rojo. A pesar de esta variedad, el color blanco fue el más utilizado como paño de fondo, sobre todo en las banderas coronelas. A este respecto, un decreto de Felipe V dado a 28 de febrero de 1707 decía:

Y es mi voluntad que cada cuerpo traiga una bandera coronela blanca con la cruz de Borgoña, según estilo de mis tropas, a que he mandado añadir dos castillos y dos leones, repartidos en cuatro blancos, y cuatro coronas que cierran las puntas de las aspas.

En alta mar, las banderas con las aspas de Borgoña ha sido empleadas como torrotito y como pabellones de la Armada y de la Marina mercante.

También fue el «estandarte virreinal» en los virreinatos de Nueva España.

Banderas de los regimientos españoles: Bandera Coronela con el estandarte real que porta el primer batallón, y Bandera de Ordenanza o Batallona con la cruz de Borgoña, que portan el segundo y tercer batallón. Si el Regimiento se refunde en un único batallón, se superponen ambas en una única bandera. Se acompañan de cuatro coronas con cuatro escudetes de la ciudad de origen de la unidad. Las banderas son cuadradas, con cada lado de 1,5 m y astas de 2,5 m (ordenanzas desde 1762).

La bandera española de la Cruz de Borgoña ondeando al lado de las banderas de Estados Unidos y Puerto Rico en el Castillo San Felipe del Morro, Puerto Rico.

Durante las revoluciones hispanoamericanas, los patriotas ecuatorianos de la Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito usaron una bandera de gules (roja) con la cruz de Borgoña cargada en plata (blanco), como afirmación del pasado y como continuidad histórica de los Reinos Indianos, luego de la fractura de la Monarquía española por la invasión napoleónica. Esta bandera es conocida como «bandera del diez de agosto de 1809».

Hoy día muchas banderas americanas recuerdan en su diseño la Cruz de Borgoña y su pasado español, como por ejemplo la bandera de la ciudad de ValdiviaChile, la bandera del departamento de Chuquisaca en Bolivia, o las de los estados estadounidenses de Florida y Alabama. La bandera ondea sobre el castillo San Felipe del Morro y el fuerte San Cristóbal en San JuanPuerto Rico. Por último y no menos importante, la bandera del Regimiento de Infantería 1 «Patricios» del Ejército Argentino, desde 1807 hasta nuestros días. 

Símbolo carlista o tradicionalista

En la guerra carlista de 1833-1840, la borgoñona aún seguía siendo la bandera del ejército español, o sea, de las fuerzas regulares liberales (el Ejército no adoptó la rojigualda hasta 1843), no siendo empleada por las tropas del bando carlista. Después de la citada unificación de banderas en 1843, surgió un estandarte militar híbrido con una pequeña aspa borgoñona en la franja amarilla central de la rojigualda, normalmente debajo de un escudo redondo con los cuarteles de Castilla y León. Hacia 1923 dichas aspas borgoñonas de las rojigualdas del Ejército empezaron a ganar en tamaño, superponiéndose a las franjas rojas superior e inferior (lo cual obligó a recurrir a diferentes matices de rojo). Aunque algunas unidades carlistas sí llegaron a utilizar el aspa en la Primera Guerra Carlista de 1833 —cuando era sólo un distintivo de las enseñas de infantería, artillería e ingenieros, sin connotaciones ideológicas aún—, y en la Tercera Guerra Carlista de 1872 probablemente el sotuer borgoñón solo lo usaron las fuerzas gubernamentales, normalmente en la franja amarilla de las rojigualdas, aunque algunas unidades mantuvieron sus banderas del modelo anterior a la unificación de 1843 (la artillería y el regimiento «Inmemorial del Rey», que en época de la I República, 1873-1874, se quedó en «Inmemorial» a secas). El aspa borgoñona como emblema político propio carlista es tardía: fue el 24 de abril de 1935,5​ en época de Manuel Fal Conde, coincidiendo con la reorganización del Requeté, por aquel entonces un grupo paramilitar clandestino, siendo utilizado posteriormente por regimientos tradicionalistas y requetés carlistas durante la Guerra de Liberación española dentro del Bando Nacional.

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Este reyezuelo cobarde, traidor y despreciable, un tal Felipe VI, rey por la gracias de D. Francisco Franco Bahamonde, nada más llegar a ceñirse la corona, lo primero que hizo, fue imponer su Escudo Real, en el que por primera vez y en más de 500 años, este hereje, gay y traidor a la Historia de España, decidió quitar, la emblemática Cruz de Borgoña, el Lema de mi Reina Madre Dª Ysabel, con su “YUGO” y el Lema de su esposo el Rey Fernando, con el haz de “FLECHAS”.

Se habla mucho de la “Memoria Comunista”, que han cambiado la historia, para encubrir a sus padres y abuelos criminales, pero nunca se habla de que este reyezuelo amariconado, que eliminó nuestros emblemas más patrióticos, nada mas ascender a la Jefatura del Estado.

Este imbécil, con voz entrecortada, por falta de huevos, no sobresale, por su apego a la Patria, no dice nada, de Marruecos, ni de Argelia, no habla cuando el rey alauita reclama Ceuta, Melilla y las Islas Canarias, sin embargo, si baja al vestuario español, para aparecer en la foto, al felicitar a nuestra Armada futbolística, es decir; a la Azul y también Roja, pero no solo “La Roja”, impuesta por los comunistas y voceada por los gilipollas y secuaces del sistema.

 

Ya dijo, un tal Pablo “Mezquitas”, que le dolía mucho y había que quitar nuestra Sagrada Cruz de Borgoña, que como Aspa Negra, preside todas las colas de las aeronaves militares, así como los helicópteros

Todas las aeronaves del Ejército del Aire y el de Tierra tienen una cruz de San Andrés en la deriva. Desde los “botijos” apagafuegos del 43 Grupo o los Mirage de Los Llanos en esquema de baja visibilidad, hasta los Falcon del 45 Grupo o los EC-135 de la UME. Para entender el por qué de la cruz de San Andrés (o, mejor dicho, de Borgoña) hemos de irnos hasta el siglo XVI, cuando Juana de Castilla la añadió a su escudo en honor a la tierra de origen de su marido, Felipe el Hermoso (I de Castilla y IV de Borgoña)

 

 

EUROFIGHTER en CANARIAS y MISILES BRIMSTONE 

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.