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“El ejército alemán dispone en la actualidad de 230 divisiones, de las cuales 186 se encuentran inactivas y en disposición de actuar inmediatamente donde sea necesario o conveniente”

¡HECHOS!, Merino, ¡HECHOS! Los hechos son sagrados, tienen que ser sagrados, porque sin HECHOS la Historia sería cualquier cosa menos historia…

 

Sucedió el 23 de noviembre de 1940, porque aquel día se celebró la famosa “Entrevista de Hendaya”, entre Franco, Caudillo y Jefe del Estado de España, y Adolfo Hitler, el Führer de Alemania. Se dilucidaba si España entraba en la guerra, como pretendía el alemán, o se mantenía neutral. En principio era una entrevista decisiva, luego, como se demostrará, no lo fue tanto y hubo que negociar más, pero siempre al borde de la intervención.

Sobre aquella entrevista se han escritos ríos de tinta y hay disparidad de criterios entre los historiadores y los políticos.

Yo tuve la suerte de conocer directamente la versión de don Ramon Serrano Súñer, entonces Ministro de Asuntos Exteriores y el hombre que acompañó a Franco y se sentó a su lado, y el que tuvo que negociar, no solo con el Führer sino también con el Ministro de Asuntos Exteriores Joachim von Ribbentrop. Aunque antes creo conveniente situar a los lectores de hoy en la situación que vivía España y Europa en aquel momento y en aquel día de octubre de 1940.

La Guerra, la que pasó a la Historia como Segunda Guerra Mundial, apenas sí se había iniciado (1-9-1939) y la situación no podía ser más favorable para los ejércitos del tercer Reich, puesto que Alemania dominaba ya Polonia, Dinamarca, Suecia, Los Países Bajos (Bélgica, Holanda), Francia, Los Balcanes, Grecia, y luchaba con ventaja en el norte de África… y por París desfilaban triunfantes, bajo el Arco del Triunfo, los soldados de la Wehrmacht. Pero Alemania necesitaba apoderarse de Gibraltar para cortarle a Inglaterra el camino del Mediterráneo y Suez, que le unía a su Imperio de Oriente.

Por su parte, España acababa de salir de la terrible Guerra Civil de 1936-1939 y la situación no podía ser más nefasta: hambre, miseria, carreteras y vías férreas destruidas, pueblos y ciudades semi derruidos, y un millón de muertos o desaparecidos, sin armas, sin productos naturales y un pueblo hundido.

Y así viajaron hasta Hendaya Franco, Serrano Súñer y los intérpretes, el barón de Dos Torres y el profesor Antonio Tovar… y en Hendaya esperándole Hitler, su Ministro de Exteriores y tras ellos las 186 divisiones anunciadas por Hitler, 4.000 aviones (los que ya estaban casi acabando con Gran Bretaña), 3.000 carros de combate y la artillería más moderna del mundo.

Pero, a la hora de hablar de la entrevista no hay más remedio que poner sobre la mesa las dos obras que escribió Serrano Súñer dando su versión de los hechos: “Entre Hendaya y Gibraltar” y “Memorias, entre el silencio y la propaganda”.

 

Pero vayamos a la “Entrevista de Hendaya”. A don Ramón Serrano se le acusó de haber sido el máximo defensor de que España entrara en la Guerra Mundial al lado de la Alemania Nazi. Lo que no se ajusta a la verdad, porque la Historia ha demostrado que fue todo lo contrario, que fue don Ramón quien evitó, enfrentándose al mismísimo Hitler, la incorporación a los frentes de batalla.

Y eso no lo dijo ningún español, eso lo dijo el general Jodl, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Alemania y asesor militar especial del Führer. En su Diario dejó escrito: “La resistencia del ministro español de Asuntos Exteriores, señor Serrano Súñer, ha desbaratado y anulado el plan de Alemania para hacer entrar a España en la guerra a su lado y apoderarnos de Gibraltar”. Esas palabras fueron publicadas en todos los periódicos del mundo y figuran en los documentos de Nuremberg. Aquí hubo especial interés en que no se conocieran. Como tampoco los franquistas más franquistas quisieron que se publicaran las palabras que el mismo general pronunció en un discurso dirigido a los “gauleiters” reunidos en Munich el 7 de septiembre de 1943. En aquella ocasión Jold atacó duramente a Serrano Súñer (que ya no estaba en el Gobierno) y le hizo responsable de la frustración del plan alemán para entrar en España y conquistar Gibraltar. “Ese jesuítico ministro de España-dijo- fue el que nos engañó”. ¡Jesuita!. Cosa que el historiador inglés Crozier ratificó con estas palabras: “Ciertamente  los anfitriones nazis de Serrano Súñer debieron encontrar en él un huésped irritante, pues enfrentado con todo el poder y la grandeza del III Reich de Hitler y con las bravatas de Ribbentrop supo permanecer educado pero evasivo y firme”. ¡Y los enanos, erre que erre!.

 

Pero para mejor información de todo lo que sucedió  antes, en y después de la entrevista de Hendaya me complace reproducir  la esplendida y documentada conferencia que el profesor de la Universidad CEU San Pablo, don Luis Eugenio Togores Sánchez, pronunció con motivo de las “I Jornadas Serrano Suñer” patrocinadas por la “Fundación Serrano Suñer” y dirigidas por el periodista Julio Merino, que se celebraron en el salón de actos de la Universidad San Pablo CEU de Madrid.

Por su extensión dividimos el texto en dos partes, hoy publicamos la segunda parte. 

Entre Hendaya y Gibraltar.

Relaciones con Hitler y Mussolini

España y tomen Gibraltar y eso es algo muy serio. Por eso he querido verle antes
de su regreso. (Y otra vez guardó silencio). Sé -y aquí sacó su tono de voz más
convincente- que usted es amigo sincero de Alemania, pero también sé que usted
es por encima de todo un buen español, lo que le aplaudo, por lo tanto le ruego
que me responda a la pregunta que le voy a hacer con la máxima sinceridad
– Führer –me atreví a decir con la mejor voz que pude ante esta situación le agradezco sus palabras porque son la verdad: soy amigo de Alemania pero soy por encima de todo español. Tenga la seguridad que yo le diré la verdad, aún en contra de los intereses políticos.
– Señor Serrano, lo sé y por eso le he convocado a esta reunión. Dígame señor Ministro, ¿qué haría de verdad el pueblo si mañana entran en España mis ejércitos?
Yo -dice Serrano- me quedé anonadado, porque comprendí en el acto que estábamos al límite de la invasión militar que tanto temíamos. Y por tanto instintivamente medité mis palabras de respuesta.

283 Madrid, del 21 al 25 de octubre de 2013
– Führer –dije con gran seguridad el pueblo español en este supuesto se echaría al monte sin pensarlo. Igual que ocurrió con Napoleón.
¿Y los amigos de Alemania? Preguntó él cortando mis palabras.
¡También! dije yo mirando fijamente al intérprete.
– Y no olvide lo que fue la guerra de España para el emperador de los franceses”.
Recuerda Serrano: Hitler se quedó callado unos segundos que a mi me parecieron siglos y luego dijo:
“ -Señor Ministro, ya se que la guerra de guerrillas la inventaron los españoles”.
Entonces se levantó y al tenderme la mano en señal de despedida todavía dijo:
– Señor Ministro, gracias por su sinceridad. Usted es un buen amigo y sobretodo un buen español. Le aseguro que tendré en cuenta sus palabras antes de tomar la última decisión. Que tenga buenviaje de regreso.

284I Jornadas Serrano Suñer
Y todavía cuando salía de aquella coqueta habitación me detuvo con otra
pregunta:
– Perdone, señor Serrano (y el uso de mi apellido lo recalcó con intención y
picardía). ¿Y usted que haría si entran mis soldados en España?
– Führer –repliqué con humildad- yo me echaría al monte como un español
más”.
Cuando terminó de leer don Ramón los dos folios escritos de su puño y letra a Merino, que había sacado de una carpetilla azul, sobre esta última entrevista con Hitler, le preguntó
Merino si habló del tema con Franco y que por qué nunca había hablado del tema:
“Sí. A Franco le conté toda la verdad nada más volver a Madrid e incluso le dije que nos preparáramos para lo peor (es decir la invasión y la guerra). Pero Franco, a parte de aplaudir mis palabras, me pidió entonces que no dijera nada, que el capearía el temporal. El hecho cierto, sin embargo, es que la invasión
no se produjo y que Hitler ya no nos presiono más (aunque sí algunos de sus
ministros).

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Y en cuanto a la primera parte de sus preguntas la razón o razones son bien sencillas: yo no quise incluir esta última conversación con Hitler en mi primer libro Entre Hendaya y Gibraltar ni en mis Memorias porque había roto mentalmente con Franco, con el Régimen y hasta con la Historia. En esos momentos me daba igual todo y luego fue demasiado tarde.

Además no había testigos vivos y algunos de mis amigos, que siempre he tenido
muchos, podían acusarme de inventor dehistorias. No. Esta verdad histórica se irá conmigo a la tumba como otras muchas que otro día le contaré”.
A pesar de este rasgo final de aparente confianza Hitler siempre tuvo una mala opinión
sobre Serrano: “Me repugnó desde el día que lo vi por primera vez, aunque nuestros embajador, con abismal ignorancia de los hechos, me lo presentaba como el germanófilo más ardiente de España”. El Führer, e incluso su amigo Ciano, acusaban a Serrano de Vaticanista.
España reacciona.

El 28 de noviembre de 1940 Franco hace llegar al embajador Von Stohrer una comunicación del máximo secreto en la que se mostraba conforme con iniciar los preparativos para el comienzo de la operación

 Jornadas Serrano Suñer
Fénix, la conquista de Gibraltar. Siguía los consejos de Canaris. El telegrama de Stohrer enviado desde Madrid a Berlín decía: “ El ministro de Exteriores acaba de decirme que el Generalísimo está de acuerdo en comenzar los preparativos propuestos”. Pero al día siguiente completaba su información; “Franco no puede precisar aún la fecha exacta de la declaración de guerra”.
Un mes más tarde volvió Hitler a la carga, pero directamente contra Franco, con apoyo del embajador de España en Berlín, entregado a la causa belicista según Serrano Suñer. Lo mismo hicieron los alemanes con ciertas figuras del falangismo y del Ejército.
Una nueva petición llegó a Franco el 7 de diciembre, vía Canaris, que le visitó en El Pardo acompañando de Vigón. Serrano no asistió a la entrevista. Hitler quería que sus
tropas entrasen en España el 10 de enero de 1941. Franco dijo nuevamente no con ayuda de Canaris, aunque autorizó dos días antes que los destructores alemanes se abasteciesen en las costas españolas. Canaris salio nuevamente en ayuda de España. Un informe emitido por Canaris sirvió para que Hitler aplazase la Operación Félix.

Alemania no podía atacar Gibraltar respetando la neutralidad de España, como puso de
manifiesto el genera Student de las fuerzas aerotransportadas. Ribbentrop prometió el trigo almacenado en Portugal si España entraba en la guerra. Pero nada cambio la posición de Franco
El 20 Berlín ordena a Stohrer que diese un ultimátum a España por de la ayuda en la guerra civil> y descontento de Hitler ante la actitud equívoca y vacilante de España>. El punto sexto de ultimátum suponía un insolente insulto para España:
“El gobierno alemán actúa de esta manera a fin de evitar que España emprenda a última hora un camino que, según su firme convicción, sólo puede terminar con una catástrofe, pues a menos que el Caudillo decida inmediatamente unirse a la guerra de las potencias del Eje, el gobierno de Alemania no puede sino prever el fin de la España nacional”.
Franco reaccionó tardando en recibir tres días a Stohrer, para volverle a colocar su
discurso de las seis razones que impedían la entrada de España en la guerra, haciendo hincapié en el tema de los suministros.

Desde Berlín se solicitaba un o un , y sólo  consiguieron . Inmediatamente el Alto Mando de la Wehrmacht empezó a planificar  la toma de Gibraltar una vez más para el 10 de enero. Franco escribe a Hitler pidiendo para entrar en guerra:
– 90 baterías completas
– 400 antiaéreos
– 2 cruceros
– 13 destructores
– 4 submarinos
– 16.000 vagones de ferrocarril
– 180 locomotoras
– 13.000 camiones, de los que 8.000  serían de carácter militar
– Gasolina, trigo
Alemania no podía, ni quería, cumplir  sus peticiones. Unos días después se producía  la entrevista de Franco con Mussolini en  Bordighera. BORDIGHERA.

Serrano había estudiado en Roma y ya  desde la guerra sentía una clara simpatía por  la Italia fascista. 289 Madrid, del 21 al 25 de octubre de 2013

Al 11 de febrero de 1941 Franco y Serrano  cruzaron la frontera española rumbo a Italia.  Esa misma noche les recibió Mussolini. Una  entrevista que se produjo, según Serrano, por la legítima vanidad del Duce. ¡Si Hitler tenía  Hendaya el Duce quería tener Bordighera!  Antes de la entrevista Franco y Mussolini  pensaban igual sobre la entrada de España en la guerra, aunque por distintos motivos: En la correspondencia intercambiada entre Franco y Mussolini en marzo y abril de 1940 ambos  están de acuerdo en la conveniente de retrasar
lo más posible la entrada en la guerra junto a  Alemania. Hubo dos entrevistas en Bordighera.  En ellas Franco manifestó que España no  podía entrar en la guerra y Mussolini asintió comprensivo.

 

Serrano tuvo otra entrevista con Mussolini en la primavera de 1942 durante un viaje semi privado a Italia, invitado por un ya díscolo Ciano, Tuvo una segunda entrevista con el Duce durante este viaje, fue la última. Tres meses después era cesado Serrano Suñer.

DIVISION AZUL

Con la invasión de Rusia Hitler acababa de  convertir a Londres en aliado de Moscú. España 290I Jornadas Serrano Suñer  estalló de alegría. Una vez que fuese tomado Moscú, igual que había caído París, sin lugar a dudas Gibraltar, con ayuda alemana, volvería a ser español. Serrano nada más conocer las  noticias de la invasión, a pesar de ser domingo, y tras entrevistarse con Franco, se reunió con  el embajador alemán en Madrid, Eberhard von  Stohrer, ofreciéndole el envió de una unidad de voluntarios falangistas para luchar contra el comunismo. España iba a devolver a Stalin la  visita de sus Brigadas Internacionales.  El 24 de junio de 1941 por la mañana el Gobierno español, a través de Serrano Súñer, recibió la aceptación por parte alemana de la oferta de un cuerpo de voluntarios para ir a luchar a Rusia. Hitler había comprendido inmediatamente la importancia propagandística, política y militar de unir a la España de Franco  a la guerra. Hitler ordenó a Ribbentrop que arrancase a Serrano Suñer una declaración de  guerra contra la Unión Soviética.El embajador británico en Madrid sir Samuel Hoare recuerda en su libro de memorias sobre su estancia en Madrid Embajador ante Franco en misión especial estos sucesos”38:

“Serrano Suñer, evidentemente,  esperaba hacer lo necesario para que 38 Hoare, Sir Samuel; E bajador ante Franco en misión especial, Sedmay ediciones, Madrid 1977, p. 125 y 126291 Madrid, del 21 al 25 de octubre de 2013 el proceso terminara en una crisis. En  efecto, pidió permiso encarecidamente  a su cuñado que pasará a la acción. En la mañana del 24 de julio se trasladó a  la Secretaría General de la Falange, en  la calle de Alcalá, y dirigió una frenética  arenga a una excitada multitud que se  reunía en la calle.  Los recuerdos de Hoare  obligadamente  manipulados, fruto de un personaje cargado de prejuicios y que entendía poco o nada de  lo que ocurría a su alrededor- transmiten la  preocupación de las autoridades inglesas por la consecuencias que podía tener la entrada  en la guerra de España a favor de Alemania,  especialmente respecto a Marruecos, Canarias  y, sobre todo, Gibraltar. Una España que  abandonase su neutralidad podía suponer el fin  del dominio británico sobre el Peñón, la pérdida  del control sobre el Estrecho, lo que equivalía  a la pérdida del Mediterráneo e incluso de la guerra. En agosto de 1941 el ministro Demetrio  Carceller se entrevistó con Beaulac, segundo  de la embajada norteamericana en España, en
la que le señaló que “la colaboración española  con el Eje era mínima, que la División Azul  era un y que Franco no era  un dictador sino una especie de moderador del  292I Jornadas Serrano Suñer  Consejo de Ministros. Esas descripciones no  eran ciertas pero sí significativas”39.  Las actuación de Serrano en lo referente  a la División Azul duro 14 meses, la etapa de organización, marcha hacía el frente de Leningrado, tensiones entre españoles y alemanes en relación a la eficiencia en combate de las tropas españolas y descubrimiento del valor militar por Hitler y sus generales de la

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División Azul.
Serrano fue cesado por Franco por el 3 de septiembre de 1942, cuando ya se planteaba el regreso de Muñoz Grandes a Madrid y su sustitución por Esteban Infantes.
No hizo ninguna visita al Frente ni a Berlín, a diferencias de otros jerarcas del FET de las JONS, lo que resulta muy expresivo de sus relaciones con Alemania en este periodo.

EL CESE DE SERRANO Y LOS INCIDENTES DE BEGOÑA.
El reforzamiento continuo del poder personal de Franco supuso el declive de Serrano Suñer. En el discurso que pronunció en Mota del Cuervo reclamó todo el poder para FET, lo que no gusto a los militares ni a otras familias Tusell, Javier: Franco, España y la II Guerra Mundial del Régimen, ni a Franco. Serrano erró en su creencia de que la institucionalización del régimen pasaba por la Falange sin comprender lo que verdaderamente pasaba por la cabeza de su hermético cuñado.
El detonante de su cese fueron los sucesos de Begoña. Varela hecho un pulso a Franco y perdió. Serrano se vio manchado por el suceso: Luna, hombre de Serrano, y que había prometido refuerzos al jefe de la Falange bilbaína, le puso indirectamente en la picota. El incidente salpicaba a Serrano ya que Luna era uno de sus hombres de confianza.
El cese de Serrano gustó a militares y a muchos falangistas (Valdes Larrañaga, Sán-
chez Mazas, Fernández Cuesta, Girón y Arrese). También a los alemanes y a los embajadores inglés y norteamericano, aunque por motivos muy distintos.
Los motivos familiares no quedan excluidos en el fin de su carrera política, aunque nadie sabe con certeza lo que pasaba por la cabeza de Franco. Las declaraciones de Carmen Franco hacen pensar que peso más la tensión entre ambos cuñados que la tirantez de las relaciones de Serrano con el tanden formado por las hermanas Polo.
El oscuro Carrero fue el punto final de una muerte política anunciada. El ministro oficialmente germanófilo dio paso a un ministros oficialmente aliadófilo. En realidad Serrano y Jordana sólo eran servidores del estado español
EPILOGO
El Daily Telegraph del 28 de noviembre de 1945 comentó en relación a lo aparecido en los Diarios del Coronel General Jodl “La resistencia del Ministros Español de Asuntos Exteriores señor Serrano Suñer ha desbaratado y anulado el plan de Alemania para hacer entrar a España en la guerra a su lado y apoderarnos de Gibraltar”40. Sin lugar a dudas la política exterior alemana no estuvo a la altura de su eficacia militar ya que no supo ganarse la voluntad de Franco para entrar en la guerra.
Para el general Jodl las causas de la derrota del III Reich fueron:
– No haber desembarcado en Inglaterra.
– No lograr derrota a la URSS en el primer año de guerra
– La neutralidad española que impidió cerrar el Mediterráneo Jato y Ricardo de

la Cierva, afirman:
-“Todo conduce a suponer que Franco,cuando menos a partir del segundo viaje de Canaris (enero de 1941) a Madrid, decidió mantener a España alejada de la guerra y para ello, dada su debilidad militar y económica, hubo de utilizar toda suerte de argucias, de pequeñas habilidades, de continuos disimulos, de concesiones secundarias que constituyen en su conjunto un ensamblado magistral… la idea de entrar en guerra fue sólo para Franco una tentación”.
En este delicado juego Serrano Suñer y Jordana fueron la torre y el alfil que permitieron a España librarse de la Segunda Guerra Mundial.
Franco le dijo muchos años después a Antonio Martínez Cattaneo, gobernador civil
de León:

 

Biografía del ponente

Luis Eugenio Togores Sánchez Pertenece a una familia de militares, por parte de padre y madre, siendo el primero en muchas generaciones que rompe la tradición de ser soldado profesional. Es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid y ha sido decano de la facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación, y Vicerrector de Alumnos en la Universidad CEU San Pablo.
En la actualidad es secretario académico del [Instituto CEU de Estudios Históricos] y director del Departamento de Humanidades de la Facultad de Humanidades y C. Comunicación.
Ha dedicado su investigación y producción historiográfica a la Historia de la Relaciones Internacionales,la Historia Colonial -con especial interés a la presencia española en Filipinas, Asia oriental y el Pacífico, en el s. XIX-
y a la Historia Militar.
Fue becario en la Universidad de La Habana, en Cuba, y en la universidad Nova de Lisboa (Portugal). Es autor de El Alcázar de Toledo, Final de una Polémica, junto a Alfonso Bullón; de una mografía sobre la política exterior de España en Extremo Oriente titulada Extremo Oriente en la política exterior de España, 1830-1885; de una trilogía de biografías dedicadas a militares españoles africanistas

José Millán Astray, Agustín Muñoz Grandes y Juan Yagüe Blanco.
Es autor, junto a Gustavo Morales, de una historia fotográfica de la División de Voluntarios Españoles titulada LA DIVISIÓN AZUL, LAS FOTOGRAFÍAS DE UNA HISTORIA y del fotolibro FALANGISTAS dedicado a la historia de los miembros de FE de las Jons / FET de las JONS entre 1933 y 1990.Junto al profesor Bullón de Mendoza ha realizado, como guionista y director, la serie de documentales históricos para Telemadrid, sobre la Guerra Civil Española, MITOS AL DESCUBIERTO: 75 ANIVERSARIO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. Es autor de 7 de los 13 documentales de la serie: La toma de Badajoz: guerra y muerte en Extremadura; La batalla de Madrid, otoño de 1936; El partido comunista y la defensa de Madrid; la masacre de Paracuellos del Jarama; Franco, jefe de gobierno del Estado; La intervención extranjera en la Guerra de España; Los intelectuales y la Guerra Civil Española; y ¡No pasarán! El sitio de Madrid.
Recientemente ha dirigido y elaborado el guión del documental de 90 minutos de duración LOS COMBATES DE KRANSY BOR.

Ha sido en distintas ocasiones jurado de los Premios Ejército del Ministerio de Defensa español. Está en posesión de la Gran Cruz de Plata de la Guardia Civil.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.