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El otro día  unas docenas de cartageneros «impenitentes» ofrendaron  un ramo de flores ante la placa que recuerda el bombardeo que, en las postrimerías de la Guerra Cantonal- en 1874- mató a más de 400personas, la mayoría civiles, en el cuartel de Artillería de Cartagena.

No;  ese 6 de enero no vino ningún rey a Cartagena, entre otras razones porque estaba vigente la República, la «federal».

Del mismo modo que en nuestro tiempo algún político de izquierdas denominó el Estado de las Autonomías como «cuasi federal», en aquel, eminencias culturales y sociológicas como el cartagenero José María Jover o el internacional Menéndez y Pelayo definió aquella malhadada república federal como «cuasi separatista»…¡Y tan «cuasi», porque el movimiento cantonal, separatista, se extendió por toda España, teniendo a Cartagena como máximo y patético emblema…ya para siempre!

Y es que aquella I República. Ingenuamente idealizada por muchos, fue un verdadero desastre, con  cuatro presidentes en sus meses de existencia (Figueras, Pi y Margall, Salmerón, Castelar), con «el caballo del general Pavía» coceando en las Cortes Soberanas; con las guerras carlistas en el Norte; con la guerra de Cuba y los «usacos»en el lejano Atlántico, y, para colmo, con las revueltas cantonales, en las que, sin duda, «destacamos» los cartageneros…  

Como en casi todas las actividades humanas  en las que se pone corazón y pasión, el Cantón de Cartagena presenta luces y sombras, ahora más objetivables…, ciento cincuenta años después.

A nosotros, los cartageneros, acostumbrados al mar Mediterráneo y a sus  sol y  a las «luces»,  tenemos que mencionar éstas en primer lugar. Así, como fue  considerar  a la pena de muerte como «indigna a la condición humana»,(en aquella época arriesgada propuesta); la separación Iglesia-Estado  (impensable en el Antiguo Régimen); La defensa de la Libertad, de expresión, de asociación, de culto…;La propuesta de que la Educación Elemental fuera gratuita y obligatoria; y otras muchas propuestas, adelantadas a su tiempo…Sí, hubieron luces, brillantes, deslumbrantes en la Revolución Cantonal…

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Esas luces, junto a la memoria de los cientos de inocentes civiles muertos en aquel día de Reyes  es lo que estaba entremetido entre las modestas flores que depositamos docenas de cartageneros, patriotas del siglo XXI, amantes de una España «UNA», y apasionados de una Cartagena que sufre sentimientos de marginación. Gentes partidarias de la unidad.

…Y las sombras , muchas sombras.

Autor

REDACCIÓN