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Sucedió hace ya 51 años pero algunos lo están recordando estos días, ante la hipocresía olímpica de la que está haciendo gala el partido Demócrata de Estados Unidos y los medios de comunicación masivos.

El 9 de mayo de 1970 tuvo lugar uno de los episodios más violentos del ciclo de grandes protestas contra la Guerra de Vietnam y contra el entonces presidente Richard Nixon de finales de los años 60 y principios de los 70, a cargo de manifestantes «pacifistas» de izquierda  radical. Fue un periodo convulso y caótico en la historia de Estados Unidos.

Las protestas fueron enormes y frecuentemente muy violentas, durante años. Y ya entonces el Partido Demócrata hizo gala de una hipocresía extraordinaria. Fueron las Administraciones demócratas de Kennedy y, sobretodo, de su sucesor Lyndon B Johnson, quienes introdujeron a Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. El demócrata Johnson envió 500.000 soldados USA a Vietnam.

Pero al llegar a la presidencia de Estados Unidos, en las elecciones de noviembre de 1968, el republicano Richard Nixon, político conservador a quien odiaba la izquierda americana y global de la época, los demócratas dieron un vuelco espectacular y se situaron al frente de la oposición a la guerra de Vietnam, apoyando a partir de entonces a los manifestantes antibélicos, por violentas que fueran sus acciones. Y ello a pesar de que a mediados de 1969 Nixon había iniciado lo que llamó el proceso de «vietnamización», o sea, la retirada gradual de las tropas americanas de Vietnam.

Ya en 1969 la violencia fue masiva en las calles de las principales ciudades en algunos momentos y en las protestas del mes de junio se tuvieron que desplegar en Washington fuerzas militares de élite para reprimirlas
Pero el clímax de la violencia «pacifista» llegó en 1970.

El 30 de abril Nixon anunció el inicio de la «Operación Camboya»: La incursión limitada de tropas norteamericanas y de sus aliados survietnamitas en zonas del este de Camboya, en el marco de la guerra de Vietnam. Camboya es un país vecino de Vietnam. Aunque Camboya era en teoría un país neutral, en realidad buena parte de su territorio estaba ocupado por el ejército comunista norvietnamita, que utizaba Camboya como retaguardia segura para lanzar fuertes ataques contra las tropas norteamericanas y survietnamitas en territorio de Vietnam del Sur.

La ofensiva tenía como objetivo desmantelar las principales bases comunistas norvietnamitas en territorio camboyano. A pesar de que desde el punto de vista militar la ofensiva no podía estar más justificada, la Operación Camboya provocó protestas masivas y violentas a lo largo y ancho de Estados Unidos

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Los estudiantes de casi 500  universidades se declararon en huelga y tuvieron lugar numerosos incidentes violentos. En Nueva York hubo grandes enfrentamientos entre policía y manifestantes antibélicos. Pero los incidentes más dramáticos tuvieron lugar en el estado de Ohio. En la Universidad estatal de Kent, en ese estado murieron 4 estudiantes por disparos de la Guardia Nacional cuando estudiantes violentos atacaron a los soldados a pedradas.

La repercusión de estos hechos fue enorme. Decenas de miles de estudiantes, profesores y activistas antibélicos confluyeron entonces sobre Washington. El 9 de mayo de 1970 100.000 manifestantes antibélicos, jaleados por el partido Demócrata, ( los del otro día en el Capitolio fueron 10. 000 aproximadamente) llegaron a Washington y se produjeron grandes enfrentamientos.

Ray Price, jefe de prensa de Nixon entonces, recordó más tarde ese día diciendo» la ciudad fue un campo de batalla». Los estudiantes destrozaron coches, aparcamientos, lanzaron señales de tráfico a la policía y se dirigieron a la Casa Blanca, que fue rodeada de urgencia por autobuses, para proteger al presidente. Nixon y su familia fueron evacuados de emergencia a la residencia presidencial de Camp David donde permanecieron dos días.

Tropas de la 82 División Aerotransportada, una de las principales unidades militares de élite  norteamericanas, llegaron de urgencia a la Casa Blanca, para proteger el edificio del asalto que parecía inminente y se situaron en el sótano de la Casa Blanca, con sus armas cargadas, aunque finalmente no fue necesaria su intervención.

Algunos periódicos titularon al día siguiente: » no es una protesta estudiantil, es una guerra civil». Ante la magnitud de las protestas, las críticas en la prensa a la ofensiva y la multiplicación de propuestas de senadores demócratas y algunos republicanos, para poner fin a la guerra, Nixon suspendió la ofensiva militar después de un mes ( cuando estaba previsto que durara tres).

Esto, como señalaron los comunistas norvietnamitas mucho más tarde, fue un gran alivio militar para ellos, que estaban sufriendo grandes bajas y pérdidas de material. Así se echó a perder militarmente una ofensiva que tal vez hubiera podido tener efectos decisivos.

Más tarde, en las elecciones presidenciales de noviembre de 1972, Nixon fue reelegido y arrasó al candidato demócrata, el izquierdista George Mc Govern, que proponía la retirada inmediata de los últimos 15.000 soldados norteamericanos que seguían en Vietnam. Nixon, que propugnaba continuar la lucha hasta conseguir la  «paz con honor» fue masivamente reelegido, lo que demuestra que los manifestantes antibélicos no representaban a la mayoría de los norteamericanos.

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Pero el veredicto de las urnas quedó en papel mojado ante el llamado caso Watergate, un nimio asunto de escuchas ilegales, que fue convertido por los demócratas y la prensa en un escándalo enorme, y que acabó con la presidencia de un Nixon totalmente acosado por la izquierda política y mediática, y abandonado al final por la mayoría de su propio partido, de una forma que recuerda a lo que le ha ocurrido actualmente a Trump. Nixon dimitió el 8 de agosto de 1974 para evitar un inminente proceso de impeachment o destitución.

Su caída echó a perder los » Acuerdos de París» de enero de 1973, que había alcanzado Nixon finalmente con Vietnam del Norte y que parecieron en su momento «la paz con honor» ya que en ellos los comunistas aceptaban, al menos en teoría que Vietnam del Sur siguiera siendo aliada de Estados Unidos, con un gobierno independiente.

Al ver que Nixon ya no estaba, en la primavera de 1975 los comunistas norvietnamitas se saltaron a la torera el acuerdo e invadieron de nuevo Vietnam del Sur, que abandonada por el sucesor de Nixon, Gerald Ford, se hundió definitivamente. Los tanques comunistas entraron en Saigon el 30 de abril de 1975.

Es probable que las tropas norteamericanas cometieran muchos excesos y hasta crímenes en ocasiones en Vietnam, pero a fin de cuentas habían luchado por un país gobernado por los católicos, que desde entonces quedó sometido a un comunismo férreo. Lo mismo ocurrió en Camboya, que quedó en manos de los genocidas comunistas «Jemeres Rojos».

Es posible que Nixon cometiera excesos legales en la persecución y control de opositores políticos en Estados Unidos ( aunque fuesen poca cosa comparado con los métodos de control de los gobiernos actuales) pero en todo caso parece evidente que, a la luz de la historia, la izquierda norteamericana y el partido Demócrata carecen de autoridad moral para condenar cosas como «el asalto al Capitolio» del otro día.

Autor

Rafael María Molina