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En el año 1332, durante las solemnes fiestas por su coronación, el rey Alfonso XI de Castilla y León instituyó la llamada Orden de la Banda Real de Castilla, con la intención de que fuera una especie de unidad militar de élite, que agrupara a los mejores caballeros de la España medieval. Se la llamaba así porque sus miembros llevaban una banda de color rojo cruzada sobre sus armaduras. Alfonso XI fue un gran rey guerrero, muy imbuido de los ideales de la caballería europea Se inspiró el rey en los famosos caballeros de la ”Tabla Redonda” artúrica, cuya leyenda era muy conocida ya en los círculos cortesanos y cultos de Europa. Las celebraciones por la coronación de Alfonso XI, desarrolladas en Burgos, fueron fastuosas, con gran lujo de festejos, banquetes y atuendos brillantes en caballeros y damas, y contaron con la asistencia de gran número de caballeros de Francia, Inglaterra y el Sacro Imperio, que justaron con los caballeros castellanos (incluyendo al propio rey). Fue un momento de especial esplendor de la corte castellana medieval.
En 1340 los caballeros de la Banda tuvieron un importante papel en la gran batalla del Salado, junto a Tarifa, donde las fuerzas de Alfonso XI asestaron una gran derrota al ejército musulmán del sultán del Imperio de Marruecos. El alférez de la Orden, que llevó el estandarte de la misma en la batalla fue Don Pedro Ruiz Carrillo, señor de Villaquirán de las Infantas (es un municipio de Burgos) y futuro Copero Mayor del rey Pedro I de Castilla. Alfonso XI fundó la Orden para convertirla en punta de lanza de la lucha contra los moros y con el objetivo de difundir los valores de la “hidalguía, magnanimidad y cortesía” según Fernando González Doria, autor del “Diccionario heráldico y nobiliario de los Reinos de España”. Esta orden estaba muy vinculada a los mejores guerreros de las principales dinastías nobiliarias de Castilla. En realidad, como señalan algunos historiadores, la historia de la aristocracia española y de sus principales linajes es, en cierto modo, la propia historia de España durante algunas épocas, dada la importancia de la nobleza en ciertos periodos de la historia de nuestro país, especialmente la Baja Edad Media.
Sobre los colores del estandarte de la Orden existe cierta confusión pues los documentos que regulaban la organización de la Orden no lo dejan claro. Parece que al principio era blanco cruzado por una banda negra pero el mismo Alfonso XI estableció poco después que fuese rojo y cruzado por una banda dorada. En términos heráldicos se describe el estandarte de la Orden como “estandarte o pendón de tela rojo cruzado por una banda dorada engolada en dragantes”. Más tarde se le añadieron dos columnas de Hércules, un símbolo también tradicional de España. Los caballeros de la Orden tuvieron un importante protagonismo en la guerra civil castellana de mediados del siglo XIV entre el Pedro I de Castilla “el Cruel” y Enrique de Trastamara, luchando en las filas de este último, que acabaría obteniendo el trono.
En esa época y posteriormente empezaron a entrar en la Orden caballeros de origen pobre. Fueron alféreces y abanderados de la Orden los Pérez de Ayala, influyente clan alavés, cuyo representante más famoso fue Pedro López de Ayala, cronista y Canciller Mayor de Castilla. Sin embargo, más tarde, durante la primera mitad del siglo XV la Orden fue cayendo en decadencia, en parte porque se fue convirtiendo en una organización burocrática y clientelar, alejada de los campos de batalla. Más tarde, a principios del siglo XVI acabaría desapareciendo.
Muchos siglos más tarde, a mediados del siglo XX el Estado Nacional, es decir, el Régimen del general Francisco Franco, que gobernó España entre 1939 y 1975, dentro de su política de recuperación de elementos históricos simbólicos vinculados con la Edad Media y la Reconquista, como muestra de identificación con los valores tradicionales de España y con su historia ( como por ejemplo también el águila de San Juan de los Reyes Católicos) (y al contrario que el régimen actual, que reniega de la historia de España o la desprecia), recuperó el estandarte de la Orden de la Banda Real de Castilla, como Estandarte y guión ceremonial del Jefe del Estado, estandarte que el general Franco empleó como emblema personal, hasta su muerte, en noviembre de 1975.
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