¿Otro gobierno comunista e independentista? Si esto no se arregla, será demasiado tarde. Por Julio Merino

Si esto no se arregla antes de que el nuevo Gobierno comunista e independentista se instale en el Poder MAÑANA SERÁ DEMASIADO TARDE

Y al moderado Núñez Feijóo solo le quedará hacer como aquel Boabdil, “el Chico”, cuando abandonaba Granada: “llorar como mujer lo que no había sabido conquistar como hombre”

Azaña: “Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero pero ante estas cosas me indigno (que no se hable ni se pueda hablar de España y en castellano en Cataluña y en el País Vasco)… y si esas gentes quieren descuartizar España, prefiero a Franco. Con él ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quién fuera… ¡y mientras venga a pedir dinero y más dinero!”

Esto está llegando donde tenía que llegar (que ya se sabe que no hay letra de cambio que no venza ni deuda que no haya que pagar). Los catalanes pidiendo amnistía para todos y para todo lo que huela a independencia plena de Cataluña… si el señor Sánchez quiere seguir en la Moncloa. El “payaso” de Waterloo exige perdón y pago político, moral y económicamente de todo lo que ha hecho desde que huyó ante el fracaso de su “golpe independentista” y ahora, los vascos, ya han hecho públicas, también, sus condiciones para mantener el Gobierno comunista que lleva a España al desastre total: quieren la inviolabilidad del Rey y el control de los Secretos Oficiales del Estado.

Lo que quiere decir que si el traidor Sánchez acepta pagar todo lo que le piden a cambio de obtener los 176 diputados que necesita para seguir como Jefe de Gobierno en la Moncloa, de momento, y luz verde para los 4 años que ganaría poder culminar la obra que las Izquierdas se han propuesto, apaga y vámonos: cargarse España como nación e instalar el Estado plurinacional y republicano.

Naturalmente, todavía hay algunos ilusos que piensan que todo eso no podrá ser posible, ya que para eso están los tribunales y sobre todo el Tribunal Constitucional. ¡Sí, ilusos! ¿Pero si el Constitucional es suyo, con el Conde Pumpido de pantalla? ¿O es que todavía no se han dado cuenta que este hombre es desde que llegó al Poder el Eteocles fenicio que defendía que “a cualquier precio el Poder jamás es caro”.

Por cierto, que don Pedro Sánchez y Pérez-Castejón (el bisnieto de aquel General Castejón legionario y franquista) ha resultado ser el más listo de la pandilla. Porque él sabe muy bien que para los sueños del moderadito Núñez Feijóo y los que quieren seguir viendo los toros desde la barrera YA ES DEMASIADO TARDE. Porque, desgraciadamente, el final de esta tragedia ya se sabe cuál es, o puede ser, o va a ser (como en 1834, 1868, 1936, etc.). Cuando las palabras sobran inevitablemente aparecen las armas. O sea, el tirano.

Que ya lo dijo Platón: “Una vez que el tirano ha llegado al Poder, ya no hay quién pueda obstaculizar sus decisiones y sus ciudadanos acaban como esclavos… el tirano es incapaz de controlar sus deseos ya que su alma no está controlada por la razón, busca cualquier medio para alcanzar sus deseos y no es feliz si no lo consigue”

Y todo esto, esta terrible situación que vive España, es cierto que tuvo su origen en cuanto murió Franco. Allí, con la marioneta Suárez al frente del Gobierno, y con la Constitución de 1978, nacieron los males que vengo señalando, tal vez inútilmente, desde hace años.

Hoy, perdidas las esperanzas de que “alguien” tenga el valor de subirse al caballo blanco que dejó sin jinete el grandísimo Velázquez y acabe con todo y se empiece de nuevo, reproduzco lo que escribí el año 2018 en un informe y que se publicó en el “Diario CÓRDOBA”. Así que pasen y lean:

INFORME SOBRE LA

“LEY DE DEFENSA DE LA UNIDAD DE ESPAÑA”

Sugiero que este informe se lea de acuerdo con el orden que yo lo envío y que señalo como anexo 1, anexo 2, anexo 3 y anexo 4.

ANEXO 1

Artículos publicados por Julio Merino sobre la ley que se propone.

Tribuna Imparcial

LA LEY DE DEFENSA DE LA UNIDAD DE ESPAÑA (1)

Ahora que ya se conoce, más o menos, la agenda de lo que va a ser el «otoño caliente» de los independentistas catalanes (según el Presidente Torra «no estamos aquí para defendernos sino para atacar al Gobierno injusto»): el día 4 de septiembre, conferencia política del propio Torra adelantando su hoja de ruta; el día 11,la celebración de la «Diada», con discurso del huido ex-presidente Puigdemont (y miles de autobuses transportando ciudadanos de toda Cataluña hasta que no quepan más en toda Barcelona); entre el 20 y el  25, presentación pública y Manifiesto del movimiento (todavía no Partido) que el huido se ha inventado;  celebración por todo lo alto (incluso a nivel internacional) del » 1-O» de octubre de 2017, con las cargas policiales y los heridos de imágenes estrella; 15 de octubre, celebración del aniversario de la muerte de Luis Companys y la proclamación del «Estado Catalá» del 6 de octubre del año 1934; 27 octubre convocatoria de elecciones autonómicas, si ERC no ha aceptado integrarse en la «Crida», y con Puigdemont como cabeza de lista electoral (esto dependerá del Juicio por los imputados por Rebelión y otros delitos) …Y también, aunque esto lo llevan muy en secreto, y si ganan las elecciones, por supuesto, declaración unilateral de la independencia, en el Parlament, con todos los diputados independentistas presentes, abandono de los escaños del Congreso de los Diputados de España y los más de 700 alcaldes en los espacios de invitados, más los miles de personas que arrastren la ANC y Ómnium Cultural  en la calle.

Y ante esta situación, ante una agenda provocativa que puede encender Cataluña ¿ qué se puede hacer? ¿ qué puede hacer el Gobierno del Presidente Sánchez? Esta es la cuestión. Los Presidentes del PP y Cs, señores Casado y Rivera, ya han expresado su solución: volver a aplicar el 155, el líder popular hasta ha ofrecido su mayoría absoluta en el Senado. En mi criterio tampoco eso resolvería el problema, porque con el 155 puedes cesar todos los cargos políticos y hacerte con todos los resortes del PODER  (incluidas la Televisión y la Radio oficiales, y la gestión económica), si es que los cesados se van por las buenas, como sucedió, hace unos meses… ¿y si no se van y se encadenan a sus sillones?… ¿Los Mossos?/ ¿Se puede estar seguro de los Mossos en este momento? ¿La Guardia Civil, la Policía Nacional? ¡Uuuf, difícil me lo ponéis!

Sí, con el 155 se puede frenar, otra vez el «procés«, pero no la «apología permanente» del independentismo y la República catalana, porque ni con la Constitución ni el Código Penal vigente en las manos se puede acabar con el derecho fundamental de la libertad de expresión, hablar, opinar o propagar tus ideas no es delito. ¿Entonces?. ¿Se imaginan ustedes unas elecciones generales en las que los constitucionalistas se presenten divididos y los independentistas unidos bajo unas mismas siglas, la «Crida Nacional per la República»?.

No, está claro, el 155 ya no es la solución. (Aunque el Presidente Sánchez se incline por ello, cosa que no está segura)… aquí ya hace falta algo nuevo, un revulsivo que sirva para controlar los «hechos», pero también la Apología del independentismo, una Ley de Defensa de la Unidad de España… y en eso está ya trabajando un grupo de abogados de Madrid, según mis buenas y amigas fuentes, Al parecer «alguien» les ha encargado, tomando como referencia la Ley de la Defensa de la República de Azaña, un borrador para presentar un Proyecto de Ley en el Congreso. ¿Quién o quiénes? De momento no he conseguido saber más, pero puestos a pensar sólo pueden ser el Partido Popular y el Cs, ya que al  PSOE hasta le puede molestar la idea, estando como está en manos de los Nacionalistas (catalanes y vascos) y Podemos, que son los que se opondrían frontalmente. Bueno, el PSOE se lo tendría que pensar, porque si vota contra la Unidad de España se habría suicidado en el resto de España y si vota  a favor podría salvarse, aun sin sus apoyos actuales, ya que los tres Partidos constitucionalistas podrían ayudarle hasta llegar a las generales de 2020. Con los 253 votos que suman pueden hacerlo, incluso para que la Ley entre en vigor antes del día 4 de septiembre.

A este respecto hay que recordar (dichosa Memoria Histórica) que cuando el Estatuto Catalán se debatió en el Congreso el Gobierno que presidía el señor Azaña se cargó 34 de los 52 artículos que habían venido de Barcelona, entre ellos los que hacían referencia a la independencia y la educación… y es que aquella República que concedió todas las libertades (hasta el voto femenino, por primera vez en España) no consentía ni que se hablase de independencia. El mismísimo Azaña diría,  ya en 1936, unas palabras que las Izquierdas han querido enterrar siempre:

«Aguirre (el lehendakari) no puede resistir que se hable de  España y en Barcelona afecta que se pronuncie siquiera su nombre. Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me indigno… y si estas gentes quieren descuartizar España, prefiero a Franco. Con él ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos o quien fuere. Esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. ¡Y mientras, venga a pedir dinero, y más dinero».

Basta por hoy, no hay más espacio. Pero, seguro que les hablaré en otro artículo de esa «Ley de Defensa de la Unidad de España» que ya se está fraguando en esos despachos misteriosos de la política.

Tribuna Imparcial

LA LEY DE DEFENSA DE LA UNIDAD DE ESPAÑA (2)

 Amigos, buenas noches, y perdonad mi tardanza, acabo de hablar con mi «garganta profunda» de Madrid y me he entretenido pasando a limpio lo que me ha contado, que no es mucho, por cierto. Así  que, si os parece, os leo, y los tertulianos de «El Rincón» se pusieron firmes:

«Cordobés, el borrador que nos pidieron ya está terminado y entregado (para que no me lo preguntes te diré que ya lo tienen Pablo Casado y Albert Rivera). Sólo te puedo adelantar algunas cosas de las que van dentro y no se te ocurra hacer pública la fuente.

OBJETO DE LA LEY: Ante la grave situación a la que los Partidos Nacionalistas han llevado a Cataluña, ante la Apología descarada, sistemática, provocativa, contumaz y pública de la independencia de España y ante la confrontación civil a la que están llevando al noble pueblo catalán ESTE GOBIERNO, que como responsabilidad constitucional primera tiene la de mantener la Unidad de España, ha decidido afrontar el problema y para ello es absolutamente necesario dotar al Estado de un «Instrumento Jurídico» que le permita, dado que ni en la Constitución ni en el Código Penal figura en concreto la Apología del Independentismo, considerarla como delito.

En consecuencia mi Gobierno propone un Proyecto de Ley para que sean los representantes de la Soberanía Nacional los que con su voto puedan transformarlo en Ley Orgánica.

(Bueno, aquí me ha contado que van muchas más cosas y que las dudas que hay es si presentarlo como Proposición no de Ley, Proyecto de Ley o habrá que hacerlo por Decreto Ley. Pero, sigo:)

ARTICULO 1.  Quienes  realizaren, promovieren, organizaren o dirigieren la Apología del Independentismo con la finalidad de romper la Unidad de España serán castigados con la pena de cuatro a ocho años y de diez a doce si ocupase cargo público, nacional, autonómico o municipal.

A este efecto se entiende que los realizadores, promotores, organizadores o dirigentes estarán cometiendo un delito grave  contra la Seguridad del Estado y serán considerados como «organización criminal» si son más de dos y actúan en el mismo sentido.

2. A los que hicieran Apología del Independentismo por incitación de otros, ya sea verbal, familiar, económica o de otro tipo, serán castigados con penas de prisión de tres a seis años.

A este efecto se aclara que no será delito si la Apología del Independentismo se hace a nivel privado o familiar»

«¡Eso sería la guerra!, casi gritó Antonio en cuanto terminé de leer. «Eso es la Ley Mordaza de Corcuera», exclamó el amigo Juan con retintín.»Esa es la Censura franquista!, añadió Magdalena. «Pues, a mi me  parece un acierto, hay que acabar con el independentismo catalán  sea como sea  -dijo en tono coloquial Ignacio-, no se puede consentir que unos locos acaben con la Unidad de España, que tantos siglos costó conseguir, si se acepta la Apología permanente de esos visionarios desaparecerá la España de todos que conocemos… porque, no nos engañemos, detrás de Cataluña vendrían el País Vasco, Galicia, Valencia, Canarias, Andalucía y hasta ¡cómo no! Cartagena.

«Sí, pero ni envuelta en cabello de ángel saldría esa Ley del actual Congreso de los Diputados ¿o es que creéis que los diputados de hoy están dispuestos a hacerse el harakiri que se hicieron los franquistas en 1986?… Ya lo veréis, si llega a las Cortes» -dijo Emilio con retranca. «Vamos a ver -comenzó diciendo Juan Tomás, nuestro historiador aficionado-, os recuerdo lo que dijo Calvo Sotelo en 1936, cuando vio que Cataluña caía en manos de los radicales de izquierdas: «Pues, no me duelen prendas decir que prefiero una Cataluña roja a una Cataluña rota»… y poco antes lo que le dijo Alfonso XIII a Gil Robles, ya en el exilio: «José María, no hay que dudarlo, por encima de la República y de la Monarquía tiene que estar España, siempre España»… Señores, y amigos, y me remonto más, al pobre diablo que fue aquel Carlos II, el último de los Austrias. Cuando vio que se moría sin descendencia no lo dudó y les entregó la Corona y el Reino a los ambiciosos Borbones franceses, porque sabía que Austria se iba a repartir el Reino con Inglaterra y Holanda, y el Borbón duque de Anjou iría a la guerra antes de descuartizar España.

«Vale, pero, aun suponiendo que la Ley salga del Congreso, que podría salir si van juntos el PP,  Ciudadanos y el PSOE, ¿llegaría a tiempo de evitar o frenar el «Otoño caliente» y peligroso que se nos avecina, según la Agenda de los independentistas?- insinué yo mismo». «Eso depende de cómo se presente en las Cortes y quién lo presente, si se presenta como una Proposición no de Ley o como un Proyecto de Ley, seguro que no, pero si se presenta como Decreto Ley del Gobierno, seguro que sí, y además por la vía de urgencia, dado que por el contenido hasta sería constitucional por tratarse de un asunto de » extraordinaria y urgente necesidad» , cosa que además sería fácil dominando la Mesa del Congreso y el Senado»-matizó el abogado de la tertulia.

«Yo sólo os digo que si la República se defendió con la La Ley de Defensa de Azaña y el Franquismo, persiguiendo la «Apología del Terrorismo» ¿por qué la Democracia no puede defenderse con otra Ley parecida? -dijo cuando ya se levantaba Doña Carmen, nuestra profesora en la Universidad.

Tribuna Imparcial

APOLOGÍA DEL INDEPENDENTISMO

Hoy me van a permitir que les transcriba parte de la charla que mantuvimos anoche en la tertulia un grupo de amigos en «El Rincón» de la Calle María Cristina. Naturalmente, sólo se habló del 17-A de Barcelona y cuanto sucedió en el acto-homenaje a las víctimas del terrorismo yihadista del año pasado. Por supuesto que hubo disparidad de criterios, casi tantos como asistentes, porque en el caso del «problema catalán» cada cual tiene su opinión. Para uno fue penoso ver al Rey de España y al presidente del Gobierno de España como temerosos y con cara de tanatorio. Para otro, los independentistas fracasaron en su intento de transformar un acto emotivo en un acto político (con sus pancartas y sus gritos en defensa de los que están en la cárcel). Para un tercero, se produjo un empate, porque afortunadamente el Rey no tuvo que salir custodiado por la Guardia Civil ni el presidente Torra pudo gritar a favor de la independencia y la República catalana. «No digas eso -saltó otro- porque al final del día lo que quedó claro es que entre col y col Puigdemont, Torra y los suyos vendieron sus lechugas republicanas».

Pero cuando la tertulia se animó fue cuando yo mismo planteé la interrogante que me preocupa. «Todo lo que decís es válido, pero pienso que lo que nos debe preocupar a todos es cómo resolver el problema catalán, habiendo llegado ya las cosas donde han llegado»… Y en ese momento estalló la disparidad de criterios, ya que unos creen que la solución es la de la fuerza (hasta con el Ejército si es necesario) y para otros lo mejor que puede hacerse para acabar de una vez por todas es darles la Independencia y que los catalanes se las apañen como puedan.

Sin embargo, la atención se la llevó la solución que propuso el amigo Ignacio Pérez. Según don Ignacio, abogado de profesión en ejercicio, todo puede resolverse modificando los artículos 70-78 del Código Penal o añadiendo uno nuevo. Para él, donde el Código Penal habla de apología del terrorismo habría que poner apología del independentismo, porque con la Constitución y el Código Penal vigentes puedes castigar al independentismo si se plantea en el Parlament o el Gobierno catalán actúa  oficialmente a favor de una declaración de independencia y la proclamación de un Estat Catalá, pero no es delito opinar o hacer propaganda pública o través de los medios de prensa de independencia… Y mientras eso siga así los independentistas tienen el camino abierto, para antes o después conseguir sus objetivos. «Por tanto -añadió don Ignacio-, no hay más remedio que cambiar el Código Penal y establecer como delito (con sus penas correspondientes) la apología y el enaltecimiento de la independencia en lugares públicos (declaraciones, mítines, radio, televisión, cátedra, aulas, redes sociales, púlpitos, twitter, etcétera) y no en lugares privados. Estoy seguro de que si se castiga con cárcel incluida la apología del independentismo se habrá acabado el problema.

Entonces el amigo Emilio echó mano de su móvil y a través de Internet leyó algunos artículos del Código Penal. «Escuchad lo que dice el artículo 570 bis del Código: 1. Quienes promovieren, constituyeren, organizaren, coordinaren o dirigieren una organización criminal serán castigados con la pena de prisión de cuatro a ocho años si aquella tuviere por finalidad u objeto la comisión de delitos graves, y con la pena de prisión de tres a seis años en los demás casos; y quienes participaren activamente en la organización, formaren parte de ella o cooperaren económicamente o de cualquier otro modo con la misma serán castigados con las penas de prisión de dos a cinco años si tuviere como fin la comisión de delitos graves, y con la pena de prisión de uno a tres años en los demás casos.

A los efectos de este Código, se entiende por organización criminal la agrupación formada por más de dos personas con carácter estable o por tiempo indefinido, que de manera concertada se repartan diversas tareas o funciones con el fin de cometer delitos».

Ya lo veis, solo con cambiar la palabra terrorismo por independentismo podría acabarse con la «abusiva propaganda» que están haciendo Puigdemont y los suyos desde que iniciaron el procés, y darían respaldo jurídico a la actuación de los jueces. Muerto el perro, se acabó la rabia.

«Sí, eso fue lo que hizo Azaña con su Apología del monarquismo, en la Ley de Defensa de la República  -intervino Rafa, que hasta ese momento había permanecido callado-.Yo haría una Ley de Defensa de la Unidad de España.

No será sencillo, eso lo sabemos todos, porque no se desmonta en tres días lo que se ha incubado en 30 años. Pero si hablar de independencia es delito, un 97% dejarían de hacerlo y si además el Estado se atreviera, y tiene poder para ello, a recuperar la educación (y no solo de Cataluña, sino de todas las Autonomías) se cerraría el círculo. Si vis pacem,  para bellum.

Aunque todavía me queda otra interrogante: ¿Y qué harían los Estados Unidos, Francia o Alemania si  un estado de la Unión, una región o un länder les planteasen un grupo como el catalán de Puigdemont y Torra la Independencia por la vía unilateral?.

ANEXO 2

ANTEPROYECTO

LEY DE DEFENSA DE LA UNIDAD DE ESPAÑA

La nueva Ley que se propone tiene su base en la “Ley de Defensa de la República” que implantó el 22 de octubre de 1931 por Decreto Manuel Azaña, siendo a la sazón Ministro de la Guerra y Presidente Provisional del Gobierno por dimisión de Alcalá Zamora. Aquella Ley se mantuvo en vigor hasta que entró en vigor la Constitución de 1931 (10 de diciembre), aunque había sido derogada el 29 de agosto al cesar las Cortes como Constituyentes y pasar a ser Ordinarias.

Lo que quiere decir que a pesar del Estatuto Jurídico del Gobierno Provisional, que sería la norma de Administración del nuevo Régimen  hasta la aprobación de la nueva Constitución, se mantuvo algo más de dos años.

Azaña, el hombre de la República, se dio cuenta en seguida, y tras los incendios de iglesias y conventos a nivel nacional de mayo, que los monárquicos y las Derechas, que se habían escondido tras la caída de Alfonso XIII y la Monarquía el 14 de abril, comenzaban a reaccionar y levantar cabeza. Fueron momentos difíciles y es entonces cuando Azaña se inventa la Ley de Defensa. Pero, como puede verse fácilmente en el articulado de la Ley el objetivo principal no era castigar a los que realizaran actos ilegales sino también, y principalmente, a los que hiciesen Apología del monarquismo y de las personas reales.

Naturalmente aquella Ley fue criticada no sólo por los monárquicos y las Derechas sino también por muchos republicanos que vieron en ella una limitación de los Derechos Fundamentales democráticos. A las abundantes críticas Azaña respondió que “La República vale más y está por encima de cualquier derecho fundamental, pues si no hay República sería absurdo hablar de derechos fundamentales…” y en consecuencia en una semana el Gobierno cerró más de cien periódicos y otras tantas o más emisoras de radio. Mientras estuvo en vigor la “Ley Azaña” mantuvo restringidos y limitados los poderes de la libertad de expresión, de opinión, de cátedra, de púlpito, de circulares y de Asamblea o manifestaciones. Sólo se podía criticar la Ley en el seno de las Cortes Constituyentes y cualquier enmienda seria tendría que ser aprobada por mayoría absoluta.

Pues bien, con esta base planteamos la necesidad de hacer una Ley de defensa de la Unidad de España, ya que si no hay España todo lo demás sobra o sería diferente y dado que las aspiraciones y exigencias del independentismo catalán y vasco, principalmente, acabarían con la Unidad territorial española actual, que viene desde hace cinco siglos.

ANEXO 3

TEXTO LEY DE DEFENSA DE LA REPÚBLICA DE AZAÑA

A continuación repasamos tal cual el texto de la Ley sin modificación alguna:

Ley de Defensa de la República española de 1931 (21 de octubre de 1931)

Artículo 1.- Son actos de agresión a la República y quedan sometidos a la presente ley:

1.      La incitación a resistir o a desobedecer las leyes o las disposiciones legítimas de la Autoridad;

2.      La incitación a la indisciplina o al antagonismo entre Institutos armados, o entre éstos y los organismos civiles;

3.      La difusión de noticias que puedan quebrantar el crédito o perturbar la paz o el orden público;

4.      La comisión de actos de violencia contra personas, cosas o propiedades, por motivos religiosos, políticos o sociales, o la incitación a cometerlos;

5.      Toda acción o expresión que redunde en menosprecio de las Instituciones u organismos del Estado;

6.      La apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación, y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras;

7.      La tenencia ilícita de armas de fuego o de substancias explosivas prohibidas;

8.      La suspensión o cesación de industrias o labores de cualquier clase, sin justificación bastante;

9.      Las huelgas no anunciadas con ocho días de anticipación, si no tienen otro plazo marcado en la ley especial, las declaradas por motivos que no se relacionen con las condiciones de trabajo y las que no se sometan a un procedimiento de arbitraje o conciliación;

10.  La alteración injustificada del precio de las cosas;

11.  La falta de celo y la negligencia de los funcionarios públicos en el desempeño de sus servicios.

Artículo 2.- Podrán ser confinados o extrañados, por un período no superior al de vigencia de esta ley, o multados hasta la cuantía máxima de 10.000 pesetas, ocupándose o suspendiéndose, según los casos, los medios que hayan utilizado para su realización, los autores materiales o los inductores de hechos comprendidos en los números I al X del Artículo anterior. Los autores de hechos comprendidos en el número XI serán suspendidos o separados de su cargo o postergados en sus respectivos escalafones.

Cuando se imponga alguna de las sanciones previstas en esta ley a una persona individual, podrá el interesado reclamar contra ella ante el señor Ministro de la Gobernación en el plazo de veinticuatro horas.

Cuando se trate de la sanción impuesta a una persona colectiva, podrá reclamar contra la misma ante el Consejo de Ministros en el plazo de cinco días.

Artículo 3.- El Ministro de la Gobernación queda facultado:

1.         Para suspender las reuniones o manifestaciones públicas de carácter político, religioso o social, cuando por las circunstancias de su convocatoria sea presumible que su celebración pueda perturbar la paz pública;

2.         Para clausurar los Centros o Asociaciones que se considere incitan a la realización de actos comprendidos en el Artículo 1 de esta ley;

3.         Para intervenir la contabilidad e investigar el origen y distribución de los fondos de cualquier entidad de las definidas en la Ley de Asociaciones; y,

4.         Para decretar la incautación de toda clase de armas o substancias explosivas, aun de las tenidas lícitamente.

Artículo 4.- Queda encomendada al Ministro de la Gobernación la aplicación de la presente ley.

Para aplicarla, el Gobierno podrá nombrar Delegados especiales, cuya jurisdicción alcance a dos o más provincias.

Si al disolverse las Cortes Constituyentes no hubieren acordado ratificar esta ley, se entenderá que queda derogada.

Artículo 5.- Las medidas gubernativas reguladas en los precedentes Artículos no serán obstáculo para la aplicación de las sanciones establecidas en las leyes penales.

Artículo 6.- Esta ley empezará a regir al día siguiente de su publicación en la Gaceta. (Gaceta, 22-X-31.)  

ANEXO 4

PROYECTO

LEY DE DEFENSA DE LA UNIDAD DE ESPAÑA

A continuación reproducimos el articulado de la “Ley Azaña”, con lo que nos vale, lo que no nos vale y algunas rectificaciones o ampliaciones:

OBJETO DE LA LEY: Ante la grave situación a la que los Partidos Nacionalistas han llevado a Cataluña, ante la Apología descarada, sistemática, provocativa, contumaz y pública de la independencia de España y ante la confrontación civil a la que están llevando al noble pueblo catalán VOX sugiere al Gobierno, que como responsabilidad constitucional primera tiene la de mantener la Unidad de España, afronte el problema y para ello es absolutamente necesario dotar al Estado de un «Instrumento Jurídico» que le permita, dado que ni en la Constitución ni en el Código Penal vigente figura en concreto la Apología del Independentismo, considerarla como delito.

En consecuencia VOX propone un Proyecto de Ley para que sean los representantes de la Soberanía Nacional los que con su voto puedan transformarlo en Ley Orgánica.

Artículo 1.  Quienes  realizaren, promovieren, organizaren o dirigieren la Apología del Independentismo con la finalidad de romper la Unidad de España serán castigados con la pena de cuatro a ocho años y de diez a doce si ocupase cargo público, nacional, autonómico o municipal.

A este efecto se entiende que los realizadores, promotores, organizadores o dirigentes estarán cometiendo un delito grave  contra la Seguridad del Estado y serán considerados como «organización criminal» si son más de dos y actúan en el mismo sentido.

Artículo 2. A los que hicieran Apología del Independentismo por incitación de otros, ya sea verbal, familiar, económica o de otro tipo, serán castigados con penas de prisión de tres a seis años.

A este efecto se aclara que no será delito si la Apología del Independentismo se hace a nivel privado o familiar.

Artículo 3. Son actos de agresión a la presente Ley:

·         La comisión de actos de violencia contra personas, cosas o propiedades que defiendan la Unidad de España.

·         Toda acción o expresión que redunde en menosprecio de España como Nación.

·         LA APOLOGÍA DEL INDEPENDENTISMO Y UN “ESTAT CATALÁ” INDEPENDIENTE.

·         La tenencia ilícita de armas de fuego o de substancias explosivas prohibidas.

·         La creación o reforma de industrias o empresas que puedan favorecer la ruptura que pretenden los independentistas.

·         Las huelgas, manifestaciones o asambleas no anunciadas con ocho días de anticipación y pretendan ser portavoces del independentismo.

·         La falta de celo y la negligencia de los funcionarios públicos en el desempeño de sus servicios.

Artículo 4. Podrán ser confinados o extrañados, por un periodo no superior al de vigencia de esta Ley o multados hasta la cuantía máxima de 10.000 euros. Los funcionarios que no respeten los mandatos de la Ley serán suspendidos o separados de sus cargos o postergados en sus respectivos escalafones.

Autor

Julio Merino

Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.

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