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Son tantas las razones por las que Carmen Flores, alcaldesa comunista de Aguilar de la Frontera, debería ir a los tribunales, como las posibilidades que tiene de irse de rositas, judicialmente hablando, otra cosa es que se le aplique otro tipo de justicia algún día. Ella sabe que ha prevaricado, sabe que ha cometido delito de odio, sabe que ha causado daños contra el patrimonio, sabe ha enfrentado entre sí a los ciudadanos de su pueblo y de otras comarcas cercanas, sabe que ha dado a conocer su pueblo en toda España y en buena parte del mundo por esta miserable acción y sabe que no le va a ocurrir nada porque le ampara todo un régimen cómplice.
La historia se repite una vez más y no pasará nada, una vez más, porque aquellos a los que se les ofende con este ultraje no harán nada, no haremos nada. El buenismo mal entendido por el catolicismo actual ha confundido aquello del poner la otra mejilla con la más abyectas de las pasividades y las cobardías.
La Cruz de los Caídos se levantó en 1938 en este pueblo cordobés y ya fue arrebatada, en 1980, de la placa de homenaje a los Caídos con la que fue erigida inicialmente, y en 1980 no existía la funesta ley de Memoria Histórica, y los tibios dijeron aquello de quitemos la placa para salvar la Cruz, porque contra la Cruz no van a ir, como en Callosa de Segura y otros tantos lugares de España, como ocurrirá en el Valle de los Caídos donde se permitirá despojar aquel lugar de todo lo que llaman connotaciones franquistas y del bando nacional de nuestra guerra civil, ya han profanado la tumba del General Franco defensor ejemplar de la Iglesia Católica, quieren profanar la tumba de José Antonio Primo de Rivera y harán lo que quieran poco a poco, y los tibios dirán, permitámoslo para salvar la Cruz…Y cuando los enemigos de España y de la Cruz, que no por casualidad son los mismos, vean, como ha ocurrido en tantos sitios de España, que no ha habido oposición para despojar la Cruz de los Caídos de las placas con los símbolos y los nombres de aquellos que dieron su vida para defender las cruces que se ultrajaban en España en nuestra guerra civil, cuando los enemigos de la Cruz hayan cumplido la primera etapa de su ultraje sin tener nadie en frente, darán el siguiente paso en cualquier pueblo o ciudad de España y, por supuesto, también con la gran Cruz del Valle de los Caídos.
Y los tibios que dejaron arrebatarse la placa del Valle de los Caídos para salvar la Cruz se quedarán, sin placa, sin Cruz, sin dignidad y sin reconocimiento histórico de lo que ocurrió en España en unos años en los que hubo una guerra en la que un bando quemaba iglesias, asesinaba obispos, sacerdotes, monjas, a las que también violaba, asesinaba católicos por serlo y el otro bando defendía a todas estas víctimas, y la Conferencia Episcopal actual, cobarde y traidoramente, se ha posicionado del lado de los que quisieron acabar con cualquier vestigio del catolicismo en España.
Han quitado la Cruz y salvo unas declaraciones del Obispo de Córdoba previas al ultraje, los obispos han callado. Han quitado la Cruz con el plácet de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y recordemos que en esta Junta de Andalucía gobierna el PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox, no el PSOE, ni Podemos ni Izquierda Unida. Y han puesto como excusa la ley de Memoria Histórica y la ya vigente en Andalucía ley de Memoria Democrática que quieren extender a toda España, porque de esta ley de Memoria Democrática la derecha gobernante no ha movido ni una coma en los más de dos años que lleva en la Junta, sólo la diputada falangista Luz Belinda Rodríguez está dando la batalla en este aspecto y esta misma semana en el pleno del parlamento andaluz preguntó al consejo de gobierno cuando iban a derogar esta injusta, sectaria y criminal ley.
Estas barbaridades históricas, religiosas y patrimoniales se están multiplicando en los últimos años, pero es necesario recordar que aquí, en Madrid capital, también teníamos una Cruz de los Caídos en Ciudad Lineal, en la confluencia de las calles Arturo Soria, Alcalá y Hermanos García Noblejas, por cierto, a esta última calle también le han arrebatado injusta e ilegalmente el nombre de estos hermanos falangistas y el gobierno municipal de Madrid de PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox no ha repuesto este nombre. Esa Cruz se levantó en 1943 con los nombres de los 252 caídos en los barrios, entonces eran como poblados, de Canillas, Canillejas y Vicálvaro, y tenía un busto de José Antonio asesinado por los amigos de la alcaldesa Flores. Y en 1987 la Cruz fue retirada por ese siniestro alcalde de Madrid llamado Enrique Tierno Galván (y no existía entonces la ley de Memoria Histórica) la llevó a un almacén municipal que está en el Retiro y si no la han destrozado ya, allí dentro sigue aunque por el ayuntamiento de Madrid hayan pasado alcaldes muy católicos y derechistas como Rodriguez Sahagún, Álvarez del Manzano, Ruiz Gallardón, Ana Botella o Martínez Almeida, y no han hecho nada porque son iguales a aquellos que desmontan, destrozan y tiran al vertedero las cruces.
Porque este régimen masónico del 78 es incompatible con la defensa de la historia, de la memoria de los que cayeron con honor y con el Catolicismo. Y derecha, centro, separatistas e izquierda se reparten el papel de poli bueno y poli malo para cumplir sus objetivos que son los contrarios a los de la unidad, la grandeza y la libertad de la Patria.
En España nada cambiará mientras siga habiendo políticos como estos en pie y en sus poltronas, y las cruces acaben ultrajadas y en los vertederos. Comenzarán a cambiar las cosas cuando las cruces se alcen en pie y esta basura de políticos vayan a los vertederos.
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