27/09/2024 16:33
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Pos su interés reproducimos hoy íntegra la entrevista que Julio Merino se inventó para su  novela-ficción «El Príncipe republicano» publicada poco antes de la abdicación del Rey Juan CARLOS y con Raúl del Pozo  y Don Felipe de Borbón, por entonces Príncipe de Asturias y el «El Mundo» de Pedro J. Ramírez, como protagonistas.

«Confieso que esta entrevista no la he montado yo, todo ha sido pactado y preparado por el sibilino de mi director, Don Pedro Jota Ramírez. Sólo he puesto una condición para venir hasta Montreux, que el periódico me tenía que reservar la suite real del «Hotel Montreux Palace», porque ahí, justo ahí, pasé yo una noche entera con aquella impresionante belleza que era la Bardot en 1968, ella tenía 34 años y yo 32 (coño, si no os lo creéis, dejadme al menos que me lo crea yo).

Estoy sentado en una terraza cubierta con cristal del Hospital St.Julien, que está situado a dos pasos del hotel y con unas vistas de ensueño, el lago Lemán a los pies y enfrente los Alpes. Les aseguro que a uno le dan ganas de quedarse aquí para toda la vida. Lo malo es que Suiza lo tiene todo, menos alma. Todo es bellísimo, pero todo es frío. Sigamos.

Frente a mí tengo sentado a un caballerete bien vestido, elegantemente vestido, con una barba negra muy cuidada y ya con una frente despejada. Este niño se nos ha hecho mayor. Es el Príncipe de Asturias y heredero de la Corona de España. No es ya Rey por ironías del destino. Ahora es un candidato a la Presidencia de la III República.

Hoy, (30 de enero del 2016) me lo acaba de decir, da la casualidad que es su cumpleaños.

o         Alteza -comienzo diciéndole.

o         No, don Raúl del Pozo, aquí no soy Alteza. Aquí soy Felipe de Borbón y Grecia, hijo de Juan Carlos de Borbón y de Sofía de Grecia. Un ciudadano español de 48 años, que está casado con Letizia Ortiz y tiene tres hijas maravillosas. Si soy casi de tu generación.

·                     Por Dios, Felipe, que cuando tú naciste ya tenía yo los huevos negros.

·                     Eso por ser un adelantado, que es lo que has sido siempre.

·            Pregunta:  Eso es verdad, fíjate si soy un adelantado que hasta me hice republicano antes que tú. Oye, a propósito, ¿estoy sentado ante Felipe de Borbón o ante Simeón de Bulgaria?

·                     Ja, ja, ja… Ya empezamos. No, no soy Simeón de Bulgaria, aunque es un hombre al que admiro y un buen amigo de la familia. Estás sentado frente a Felipe de Borbón.

·                 Pregunta:    Por cierto ¿Sabes quién fue Felipe Igualdad?

·                     Sí, un príncipe de la casa Borbón. Se llamaba Luis Felipe de Orleans y era Duque de Orleans.

·                   Pregunta:¿Sabes que por cambiarse de chaqueta terminó en la guillotina a los 46 años?

·                     Sí, lo sé, pero te recuerdo que en las Democracias no hay guillotinas.

·                    Pregunta:¿Y qué me dices de tus antepasados Carlos IV y Fernando VII?

·                     Que fueron unos malos Reyes y que le hicieron mucho daño a España. La Historia es la Historia y no se puede cambiar a capricho. La verdad es la verdad aunque nos la traiga el porquero.

Pregunta: Bueno, hablemos de lo suyo. ¿No te parece una indecencia que el que hace tan sólo unos meses fuera el Príncipe heredero a la Corona de España sea hoy un Candidato más a la Presidencia de una República?

Respuesta: ¿Y no te parece a ti, señor del Pozo, que tu vida es una indecencia? ¿No es indecente que hasta hace sólo unos años fueras un comunista convencido y ahora seas un adinerado tripón que se pasa la vida jugando al golf?

Pregunta: ¡Touché! Empate. Ya veo que eres un Borbón de los pillos.

Respuesta: No. Hay libertad. Tú piensas con libertad y yo te respondo con libertad. Es la Democracia.

Pregunta: Por cierto ¿qué es eso que pregonas sobre los ESTADOS UNIDOS DE ESPAÑA?

Respuesta: Pues, es uno de los puntos claves de mi Programa. Yo pienso que ha llegado la hora de plantearnos seriamente el tema de las Autonomías y especialmente lo del «problema catalán» y «el problema vasco». Ha llegado la hora de que los pueblos de España se manifiesten y digan a las claras si quieren seguir estando dentro de España o fuera. No podemos pasarnos la vida peleándonos por ese tema. Por ello soy partidario del derecho de Autodeterminación.

Pregunta: ¿Y cómo se come y cómo se guisa eso, Alteza, Real?

Respuesta: Déjate de cachondeos y títulos. En mi criterio habría que celebrar Referéndum Voluntarios en todas las Autonomías de hoy…

Pregunta: Un momento, un momento. ¿Qué es eso de un Referéndum Voluntario?

Respuesta: Está muy claro. El Estado ofrece la posibilidad de un Referéndum de Autodeterminación para que las Autonomías decidan ejercerlo o no. Naturalmente, aquellas que no lo soliciten quedarán inmediatamente integradas en la República y las que lo soliciten dependerá del resultado.

Pregunta: Supongamos entonces que Cataluña y Euskadi celebran el Referéndum y gana la independencia de España. ¿Que pasaría entonces?

Respuesta: Pues, pasaría que seguirían su camino fuera de España. Eso sí, con todas las consecuencias.

Pregunta: ¿Y si gana el no y la mayoría quiere seguir dentro de España?

Respuesta: También está claro. Formarían parte como Estado Federado y dentro de la República Federal que yo defiendo. Con una condición, que tendrían que asumir las autoridades de Barcelona y Álava, que si gana el NO no se podrá realizar otro Referéndum de Autodeterminación hasta al menos pasados 30 años. Mientras tanto nadie podrá ya hablar de independentismo. Pero, eso en cualquier caso serán las Cortes Constituyentes las que lo fijen en la Constitución que tendremos que hacer con el consenso de todos.

Pregunta: No sabes en qué berenjenal te vas a meter. Allá tú. Pasemos a otro tema ¿Tú quieres mandar o te vas a conformar con ser una figura decorativa, como casi todos los Presidentes de las Repúblicas?

Respuesta: Bueno, no todas. Creo que el Presidente Francés y el de Estados Unidos mandan algo. Sí es verdad que a mí no me gusta nada ser figura decorativa y muchos menos un jarrón que va de escaparate en escaparate. Esa ha sido mi discusión con mis padres todos estos años. Pienso que el Jefe del Estado no debe ser nunca una figura decorativa, tampoco un dictador. Mi alma repele la dictadura.

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Pregunta: Pues, a su bisabuelo Alfonso XIII sí que le gustaban y se trajo de Cataluña al general Primo de Rivera.

Respuesta: Sí, pero eso le costó la Corona y tenerse que marchar de España.

Pregunta: O sea, que a ti eso de que «El Rey reina pero no gobierna» no te va.

Respuesta: No, no me va. Lo que sí hay que hacer, y habrá que hacer, es distribuir muy bien los Poderes Ejecutivos: el Presidente del Gobierno debe tener los suyos y el Presidente de la República los suyos.

Pregunta: ¿Y qué me dices de los otros Poderes del Estado? ¿Qué hacemos con el Poder Legislativo y el Poder Judicial?

Respuesta: ¡Ah, amigo mío! ya hemos llegado al meollo de la cuestión. No hay democracia donde no hay independencia de los tres poderes clásicos de Montesquieu. Yo defenderé siempre la independencia de los tres poderes. Sobre todo el del poder judicial. La justicia no puede mezclarse con la política. Los jueces no pueden depender de los Gobiernos o de los Partidos políticos. Eso, la dependencia, es cosa de las Dictaduras. Las Cortes están para hacer las leyes, pero no las que les convenga al Gobierno de un Partido o sus socios. Las Cortes tienen que hacer las leyes que más convengan al país y siempre de acuerdo con los derechos humanos y los que marquen los organismos internacionales.

Pregunta: Eso, querido Felipe, es el sueño de una noche de verano. Por cierto ¿quién dijo aquello de que «a cualquier precio el Poder jamás es caro»?

Respuesta: Lo dice el personaje Eteocles al final de «Las fenicias», una de las tragedias de Séneca.

Pregunta: ¡Touché! ¿Y estás de acuerdo con Séneca?

Respuesta: Radicalmente NO. Hitler y Stalin estuvieron de acuerdo y miran dónde llegaron.

Pregunta: ¿Y cómo se consigue un Poder judicial totalmente independiente si los jueces son nombrados o elegidos por los Gobiernos o por los Partidos?

Respuesta: Ya, ya veo por dónde vas. El sistema de elección de los jueces, especialmente los de la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo y el Constitucional. Pues, en mi criterio el modo más objetivo es el de la Oposición pura y dura. Ya sé que el sistema de oposición tampoco es perfecto, pero es el menos malo. Como el de los catedráticos de la Universidad. Los jueces tienen que juzgar desde la independencia más absoluta y sin mirar, aunque sólo sea por el rabillo del ojo, que una sentencia le pueda arrojar a los pasillos. Lo mismo digo del Tribunal Constitucional o de Garantías, como se le llamó en la Segunda República.

Si los miembros del Tribunal más alto de la Nación son elegidos por los Partidos políticos nunca serán totalmente independientes y se dejarán influenciar por los que tienen el poder de retirarlos. Una Justicia politizada ya no es Justicia. Un juez puede ser un gran jurista, pero si se deja teledirigir por los políticos acabará como acabaron aquellos buenos juristas de la etapa del nazismo: sentados en los banquillos de Núremberg.

Pregunta: ¿O estás conmigo o eres mi enemigo?

Respuesta: No. Quien no está contra mí puede ser mi amigo.

Pregunta: Joder, macho, no hay quien te coja en una.

Respuesta: Raúl, la Historia está ahí para todos. Pompeyo el Magno inició la guerra civil de Roma amenazando a los que no se pusieran de su parte y César hizo lo contrario, tranquilizar a los que en un principio no estaban con él. Y César le ganó la Guerra a Pompeyo. La política es muy complicada, sobre todo si no se tienen las ideas claras. Y César las tenía.

Pregunta: Una pregunta tonta: ¿por qué Jorge Washington rechazó la Corona de Rey cuando se la ofrecieron por unanimidad?

Respuesta: Por dos razones muy claras. Es verdad que al conseguir la victoria total contra Inglaterra y la Independencia podía haber hecho lo que hubiera querido. No aceptó ser Rey porque era un verdadero demócrata y porque no creía en el derecho hereditario. Y lo dijo muy claro: si yo acepto la Corona y me proclamo Rey lo tendrían ya que ser mis hijos, mis nietos y mis sucesores… y con eso no estoy de acuerdo. La Jefatura del Estado no puede ser propiedad de una familia. Una Nación no puede ser de nadie, tiene que ser de todos. Y yo estoy de acuerdo con Washington.

Pregunta: ¿Y por eso está aquí y ahora?.

Respuesta: Seguramente sí. Los Estados Unidos, aunque muchos piensen lo contrario, tienen muchas cosas buenas.

Pregunta: Volvamos a su Programa. ¿Crees tú, jovencito, que lo de la corrupción tiene arreglo?

Respuesta: Sí, ya lo sé, es una utopía, pero habrá que intentarlo. La corrupción es tan antigua como la política, como está en la Historia. Alejandro Magno compraba sujetos para tener espías dentro del campo enemigo. Roma llegó a ser el Reino de la corrupción y gracias al oro que compraba voluntades, desde Senadores a miembros de la familia imperial, hubo romanos que se enriquecieron hasta extremos increíbles. De Napoleón se sabe que pagaba a escondidas hasta a los más honrados ciudadanos. Su hermano Luciano llegó de embajador a Madrid sin un duro y volvió a Francia siendo una de las grandes fortunas de su tiempo, gracias a su alianza de intereses con el tal Godoy. Los políticos necesitan dinero y los banqueros lo prestan para obtener favores inconmensurables. La empresa que consigue un monopolio, sea el que sea, ya no tiene ningún problema.

Pregunta: Al grano, señor Candidato, ¿crees que puedes acabar con la corrupción en España?

Respuesta: Creo que sí, estoy convencido. La corrupción siempre llega por el mismo camino, porque no se toman las medidas necesarias para evitarla. Te pongo un ejemplo: casi todas las corrupciones y corruptelas de la Democracia han llegado por vía de los Ayuntamientos y de los Partidos Políticos. Los Ayuntamientos porque siempre han estado abandonados y su única fuente de subsistencia han sido las recalificaciones (por ahí vino el «boom» de la construcción y la famosa burbuja del ladrillo). Conceda fórmulas legales de financiación a los ayuntamientos y se habrá terminado la corrupción.

En cuanto a los Partidos ídem de ídem. Los dos grandes Partidos se han transformado en verdaderos Ministerios, con cientos o miles de empleados, a los que hay que pagar mensualmente estén en el Poder o estén en la Oposición. Más las carísimas campañas electorales. ¿Y qué hacen para mantener esa máquina? Las directivas dirán y jurarán que tienen suficiente con las subvenciones del Estado o con ayudas legales de simpatizantes, pero todos sabemos que eso no es toda la verdad. Que se buscan «colaboraciones» subterráneas, desinteresadas de momento, a cambio de «algo», Y ahí están los casos «Filesa» y «Gürtel». Y si a eso le sumas que estamos en el país del «Lazarillo de Tormes», o del «Buscón» o de «Rinconete y Cortadillo» ya tienes la tortilla sin huevos. No, hay que cortar eso…y lo de los Sindicatos. Otros Ministerios que viven del Estado. Si los Partidos y los Sindicatos son fuente de corrupciones apaga y vámonos.

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Pregunta: No siga, Don Felipe, no siga. Todo lo que dice es verdad, pero como ya estoy cansado del tema le propongo que hablemos de otras cosas.

Respuesta: Lo que usted diga, Don Raúl.

Pregunta: ¿Por qué no hablamos de tías?

Respuesta: ¡Ah no, de eso no, lo tengo prohibido!

Pregunta: Bueno, pues cuéntame un chiste. Me han dicho que en eso eres un genio.

Respuesta: Por favor, yo no soy un genio en nada. Yo soy un currante. Aquí el rico eres tú, el «golfista» número 1 de Madrid. Pero, ahí va el último que me han contado:

«Iba un día Goya por la calle y se le acerca un majo, muy majo, y le pregunta: Maestro ¿y a quién vas a pintar hoy?

Y Goya le responde muy serio:

¡Ay, hijo, al que te da de comer, al que te da de comer!

Entonces vas fresco Maestro, el que nos daba de comer huyó hace 5 días y se llevó todo lo que había en la caja».

Pregunta: ¿Conoces el de Robespierre?

Respuesta: No.

Pregunta: Pues, ahora me toca a mí, escucha:

» Entraba un día en la Convención Robespierre, el hombre que había hecho de la guillotina su diversión preferida, cuando se le acercó un joven «sanculotte» y le espetó a la cara.

¿Y hoy a quién le vas a cortar la cabeza, Robespierre?

Y Robespierre con cara de pocos amigos le responde:

-A tu madre, hijo, a tu madre.

-Pues, entonces -le responde el obrerillo- vas de culo, porque yo no tengo madre… ja, ja, ja».

En ese momento apareció en la terraza la Princesa Doña Letizia, que me saludó muy cariñosa con dos besos y le dijo al Príncipe:

§   Felipe, tu padre te reclama.

§   ¿Pasa algo?

§   No, sólo quiere hablar contigo.

§   Raúl, ¿me perdonas un momento?

§   Sí, por supuesto. Aquí te espero.

Y ambos se dirigieron al interior del Hospital.

Entonces, y contemplando aquel paisaje de ensueño, me di cuenta que se me estaban quedando cosas en el tintero. Así que en cuanto volvió, sólo fueron unos minutos, le ataqué en directo. Bueno, antes le pregunté por el Rey.

§   No, no pasa nada. Mi padre se muere, pero con las botas puestas. Joder, tiene el cuerpo minado por el cáncer y sin embargo tiene la cabeza mejor que tú y que yo.

§   Pero ¿quería algo en especial?.

§   No, cosas familiares. Este hombre va a estar en todo hasta el último suspiro.

Pregunta: A ver Felipe, que se me han pasado algunas cosas que quería hablar contigo. ¿Que opinas del «café para todos» de Suárez?

Respuesta: Mira, Suárez fue un gran Presidente, pero en lo del «café para todos» se equivocó de pe a pa. En aquellos primeros momentos de la Transición en España sólo había dos comunidades que de verdad querían la Autonomía: Cataluña y el País Vasco. En el resto de España nadie se había planteado lo de las Autonomías. Por tanto si Suárez se hubiese limitado a darles Autonomía a Cataluña y Euskadi habría sido suficiente y no habría llegado el lío de las 17 Autonomías. Eso fue un desastre. Porque España no podía, ni puede todavía, sostener 17 Gobiernos, 17 Parlamentos y todo lo que conlleva eso consigo. España no puede soportar 8.112 alcaldes, 65.896 concejales, 1.206 parlamentarios autonómicos, 1031 diputados provinciales y 650 diputados y senadores. Con esto, está claro, hay que terminar.

Pregunta: ¿Y qué opina el candidato Borbón de las guerras? ¿Habrías tu mandado tropas españolas a Irak o Afganistán.

Respuesta: Mira, también en esto tengo una idea muy clara y por ello llevo en mi Programa la idea de los ESTADOS UNIDOS DE EUROPA. Creo que la Unión Europea está anticuada. Europa necesita unirse, si quiere ser más fuerte. En mi criterio Europa debiera tener un sólo ejército y unas Relaciones Exteriores también únicas. Si eso se consiguiera los Estados Federados ya no tendrían el problema individual de las guerras. No es España, ni Italia, ni Francia, ni el Reino Unido, ni Alemania quienes tengan que mandar tropas a las guerras exteriores a Europa, tendría que ser la Europa de los Estados Unidos la que decidiese si se debía participar o no en alguna de esas guerras. Por otra parte, no te voy a negar que yo particularmente estoy contra todas las guerras, pero todos sabemos que las guerras, a veces, son absolutamente necesarias, como lo fue la Segunda Guerra Mundial.

Pregunta: ¿Sabe Don Felipe cómo resolvió la Segunda República el «problema catalán»?.

Respuesta: Sí, con los cañones del general Batet.

Pregunta: ¿No le da al Candidato miedo eso de la República, con los dos desastres que fueron la Primera y la Segunda?

Respuesta: Pues, no, no me da miedo. Francia va ya por la Quinta y le va bien. Si una República no funciona se le da carpetazo y se trae otra nueva. No pasa nada.

Pregunta: ¿Y qué le parecen sus contrincantes en la batalla que se avecina?

Respuesta: Si te digo la verdad, que les tengo miedo. Felipe, Aznar y Anguita fueron para mí, los mejores políticos de la Transición.

Pregunta: Bueno, Don Felipe de Borbón y Grecia, pues ya no tengo más preguntas.

Respuesta: Pues yo sí tengo una para don Raúl del Pozo. ¿Se atreve usted a jugar una partida de ajedrez conmigo?

o         Hombre, eso me parece bien. Aunque hace muchísimos años que no juego al ajedrez, que ahora recuerde desde mis tiempos de «Pueblo», cuando me pasaba horas enteras jugando con el Yale y el Merino.

Así que nos encerramos en otra habitación del Hospital y jugamos no una, sino tres. Y tengo que decir que el cabrón me ganó las tres. Este tío dará mucho que hablar en el futuro.

Ya lo ven. Una entrevista auténticamente falsa, pero interesante. Esper que me perdone mi amigo Victor Márquez Reviriego, el «padre» de las verdaderas Auténticas entrevistas falsas»… Todo pudo ser y todo puede ser.

 

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