21/11/2024 12:41

Con un anticipo-borrador del estudio que un grupo de intelectuales y políticos está realizando para ver si hay alguna fórmula que no sea violenta para sacar de la Moncloa al intruso que la ocupa (“desde la Ley a la Ley, sin salirse de la Ley”) y este es su primer apunte:

  1. Habría que hacer un PLEBISCITO antes de que termine este año.

¿Y qué es un Plebiscito? Por supuesto, no lo que dejó entrever el fofo Núñez Feijóo este pasado fin de semana, cuando dijo con la intención de ganarse el voto de VOX que las elecciones que tenía que convocar el Presidente del Gobierno tenían que ser como un plebiscito… pues no, señor Feijóo, un PLEBISCITO es una cosa bien distinta a unas elecciones.

En unas elecciones lo que está en juego es qué Partido o Partidos ganan en las urnas y con la victoria en las urnas la Presidencia del Gobierno.

Pero en un Plebiscito lo que está en juego no es el Gobierno de la Nación, lo que está en juego es la Nación misma en sí. O sea, en el caso español: o España sí o España no. Porque en ese caso ya no hay Partidos, en ese caso lo que hay son bloques, Frentes (“Frente Popular” o “Frente Nacional” como en el 36) y no importa cuál de los Partidos de un Frente saque más o menos votos. El que gana lo gana todo y el que pierde lo pierde todo (un caso famoso de Plebiscito de la Historia fue el de los SUDETES de 1938 cuando Hitler decidió apoderarse de la parte de Checoslovaquia amparándose en que eran ciudadanos que hablaban más alemán que austríaco… y efectivamente, al ganar los “alemanistas” los Sudetes pasaron a ser parte de Alemania desgajándose de Checoslovaquia. Eso sí fue un plebiscito. Luego una vez que quedó claro que ya pertenecían a Alemania se hicieron elecciones para saber cuál de los Partidos se hacía con el Gobierno local y naturalmente, eso sí, ganaron los Nazis. Como estaba cantado).

LEER MÁS:  El pin parental llega de nuevo a Cádiz y otras ciudades “para defender a los niños de Irene Montero”

El Plebiscito que habría que hacer ahora tendría que ser muy sencillo, muy claro y sin posibilidades de interpretaciones con estas preguntas:

¿ES USTED PARTIDARIO DE UNA ESPAÑA UNIDA CENTRALISTA?

No o SÍ

¿ES USTED PARTIDARIO DE UNA ESPAÑA UNIDA AUTONÓMICA?

No o SÍ

  1. Después del Plebiscito sería cuando viniese la consulta al pueblo español sobre la forma del Estado que quisieran darle a la Nación sobreviviente del Plebiscito:

MONARQUÍA,

REPÚBLICA,

o DICTADURA

Y ahí sí ya votarían los Partidos políticos como tales. Y sería el verdadero cambio de Régimen, lo otro sería cambio de Nación.

  1. Una vez elegido por los españoles y reconocida ya que la Soberanía Nacional reside en el pueblo se iría a unas Elecciones Constituyentes para que las Cortes que saliesen fuesen las responsables de hacer la nueva Constitución del Sistema elegido y de la Nación en la que han querido vivir. Pero, como les digo, esto es solo un avance del estudio que algunos estamos realizando… Aunque sabemos que el principal problema es lo de siempre: “¿Quién le pone el cascabel al gato?”… porque quién organiza, sobre todo, el Plebiscito. De entrada, parece ser que la mejor solución sería darle una interpretación más amplia a la función de Su Majestad el Rey y que además de arbitrar y moderar pudiese –como los Reyes de todos los tiempos y los Presidentes de los Gobiernos incluso los de la República–, ser el supervisor de la Organización Técnica de las Consultas. (Habrá 2.)

Julio Merino

Periodista y Miembro de la Real Academia de Córdoba

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
LEER MÁS:  Antes del congojavirus ya estábamos fatal (vídeo I). Por César Bakken Tristán
Últimas entradas
Suscríbete
Avisáme de
guest
5 comentarios
Anterior
Reciente Más votado
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
Joselito Ruiz

Sr. Merino :

La mejor forma de acabar con el sanchismo, es hacer desaparecer de este mundo a este sátrapa, Vd, ya me entiende dice un refrán «muerto el perro se acabó la rabia» jajajajajajajajajajajajajaj.

José Antonio

Joselito, eres un subnormal!

Observador

A ver. Que no se trata de Pedro Sánchez ni de pepito Pérez ni de Juanito calamidad ni el que venga o deje de venir. Que todos, de una manera más abierta o más sibilina, hacen y harán lo mismo. Lo hizo Suárez lo hizo Aznar lo hizo Zapatero lo hizo Pedro Sánchez lo hizo Rajoy. Es el sistema y el régimen. Con lo que hay que acabar es con esto.

Aliena

El sanchismo no existe, es el PSOEd e toda la vida por muchos distingos que prefieran ustedes hacer.

Hakenkreuz

Si usted tuviese, señor Merino, y créame que lamento decírselo, porque ud. tiene la valentía de no censurar los comentarios, como otros en este mismo medio, repito, si ud. tuviese un mínimo de sensatez, no se le ocurriría escribir pidiendo un «plebiscito» al modo del Anschluss de 1938 donde el austriaco-alemán Adolf Hitler ganó la anexión de Austria al III Reich (contrario a secesión) por más del 90% no ya de los votos, sino del electorado, algo impensable en cualquier democracia, liberal o popular (comunista) de cualquier tiempo. Cosas del anticomunismo, señor Merino.

Para empezar, le sugiero que lea y medite los Evangelios y cerciórese lo que eligió la mayoría ante Poncio Pilatos (PP) y lo que el crucificado afirmó sobre si eran muchos los que se salvaban, lo de la puerta estrecha y el tortuoso camino a la salvación eterna, para conocer la naturaleza humana que ud., con la edad que tiene, debería conocer ya sobradamente. Hoy, casi se constata de modo generalizado que ha desaparecido la antaño venerable ancianidad. Hoy no son ancianos ni los que tienen más de 80 años. Hoy solo hay adolescencia y algún que otro adulto en vías de extinción, porque no se explica ni lo que la gente más mayor hace o dice o escribe. Claro, es la generación de la democracia «que nos hemos dado». Y así han vivido, y así morirán y serán juzgados por el Juez Supremo.

Además, en 1938, en toda Europa y el mundo occidental, la situación de la población, su comportamiento, su manera de ser, su cotidianeidad y sus valores, eran diametralmente opuestos a los actuales como sabe hasta el más ignorante analfabeto si se ha molestado en saberlo. Es como si aquel mundo, que también tenía cosas malas, faltaría más, se hubiese evaporado en pocos años. Y si no piense bien:

¿Cuántos jóvenes por entonces eran lgtbi+ en cualquier nación (exclúyase en todo caso la URSS, que era un infierno similar al que hoy tenemos en todo occidente y que va a peor, como con Stalin) y se sentían «orgullosos» de vestirse con ropas del sexo opuesto y en sodomizarse por las calles a la vista incluso de menores?
¿Cuántos jóvenes no pensaban entonces ni en casarse, ni en tener hijos y sí en ser promiscuos, en fornicar a capricho cuanto más mejor, jactándose hasta en redes sociales y sin compromiso alguno con diestra y siniestro?
¿Cuánta juventud entonces no consideraba ir a la universidad como un privilegio?
¿Cuánta población entonces sufría sífilis y alguna que otra enfermedad de transmisión sexual?
¿Cuánta población entonces se drogaba habitualmente?
¿Cuánta población entonces acudía a prostíbulos, a cabarets y a centros de degradación por el estilo?
¿Cuánta población entonces anteponía a sus seres amados (abuelos, abuelas, padre, madre, hermanos, hermanas, esposa, marido, hijos, hijas, nietos, nietas, parientes, amigos, compañeros de trabajo, camaradas de ejército, etc.) incluso a su propio bienestar material y dinero (incluso su propia vida si fuera preciso)?
¿Cuánta población entonces entendía y aceptaba con esperanzada resignación el sufrimiento, el dolor, la cruz, la dureza de la vida y lo que costaba ganarse una libra, un marco, una peseta, un escudo, una lira,…?
¿Qué porcentaje de población de entonces vivía de la corrupción, del robo, del delito, de la prevaricación y de todo tipo de fraudes y engaños?
¿Cuánta población en porcentaje entonces vestía de forma estrafalaria, se hacía tatuajes, se hacía piercings o se pintaba el pelo de rosa o azul o de colorines o se ponía lentillas de serpiente, pendientes siendo varón y todo tipo de reclamos para ser el centro de atención?
¿Cuánta población acudía entonces a misa al menos los domingos?
¿Cuántos robos, asesinatos, delitos y crímenes se llevaban a cabo entonces y con cuánta frecuencia?
¿Cuántas calles sucias de orines, excrementos (de perros y humanos), papeles, latas, basura, etc., se veían entonces?
¿Quién no ayudaba entonces a cualquiera que reclamase auxilio sufriendo un robo o una agresión?
¿Cuánta gente ultra fanática violenta y enloquecida sin solución había entonces entre los aficionados al fútbol?
¿Qué clase de teatro o de cine promovía entonces el odio a Dios, a su Santa Iglesia Católica Apostólica, al clero, a los fieles ridiculizándolos como fanáticos enloquecidos y fantasiosos, a la patria y a las costumbres cristianas (exclúyase el cine y el teatro soviético)?
¿Cómo era entonces la seguridad en pueblos y ciudades frente a robos y demás delitos?
¿Qué porcentaje de población entonces vivía para el hedonismo, los bares, los restaurantes, las salas de baile, qué porcentaje de «bon vivant» había entonces?
¿Cuántos padres y madres irresponsables había entonces que abandonaban a sus hijos no cuidándolos como es debido?
¿Y cuántos niños desobedecían a sus padres entonces y eran caprichosos y mal criados?
¿Cuántos abortos había entonces en todo occidente (repito, exclúyase el infierno soviético)?
¿Y cuantos suicidios y eutanasia había entonces?
¿Cuánta población sufría entonces soledad y depresión?
¿Cuánto afectaba entonces el sedentarismo a la población?
¿Y cuántos lugares eran expendedores de condones entonces?
¿Cuántos enfermos mentales había entonces como porcentaje de población?
¿Cuánta población obesa o con sobrepeso?
¿Cuál era entonces la incidencia de las enfermedades actuales, cardiovasculares, de circulación, etc.?
¿Cuánta población entonces tomaba como «normal» y totalmente admisible el divorcio, el adulterio, la promiscuidad, la poligamia, el incesto, la prostitución, la homosexualidad, el lesbianismo, etc.?
¿Qué porcentaje de población acudía a loqueros entonces si es que sabía de su existencia o se le pasaba por la cabeza el hecho de necesitarlo?
¿Cuánta población entonces toleraba el ruido a partir de las diez de la noche en las ciudades?
¿Cuántos bailes acababan más allá de las diez de la noche?
¿Cuál era el impacto de enfermedades como la sordera y el insomnio entonces?
¿Cuál era entonces el porcentaje de población que dependía de medicamentos, fármacos o de algún tratamiento para alguna enfermedad?
¿Con qué frecuencia se oía lenguaje soez, incluso entre los más pobres, y con qué frecuencia se oía lenguaje educado y fórmulas de cortesía?
¿Qué porcentaje de alumnos y padres en colegios, institutos y universidades entonces, agredían y no respetaban a los profesores entonces?
¿Quién odiaba entonces a su propia patria?
¿Quién enseñaba entonces a los menores de edad a cuestionarse si querían ser niños o niñas independientemente de su sexo?
¿Quién pensaba entonces en la transexualidad como «derecho» o de cualquier forma?
¿Qué reivindicación feminista había entonces?
¿Qué espectáculos pornográficos había entonces al alcance de los niños y cuánta audiencia adulta tenían?
¿Qué joven entonces, chico o chica, no pensaba en adquirir una educación o formación adecuada, en conseguir un trabajo honrado y bien retribuido, en lograr un hogar y en formar una familia con hijos cristiana, como toda la historia hasta hace poco?
¿Quién toleraba entonces la más mínima mentira y engaño en políticos, funcionarios, burócratas, empresarios, profesionales, etc., sin hacerle pagar hasta la última consecuencia?
¿Quién, salvo los degenerados intelectuales, entendía entonces la libertad como «hacer lo que a uno le venga en gana con su vida y con lo suyo»?
¿Cuánta población entonces era humilde y sencilla?
¿Cuánta población leía entonces las Sagradas Escrituras y las vidas de santos y santas?
¿Cuánta población entonces leía libros en papel, incluso largos y no de ficción?
¿Cuánta población acudía entonces a bibliotecas públicas o universitarias?
¿Cuánta población entonces valoraba el orden y la disciplina, tanto a nivel del hogar familiar, como a nivel público?
¿Qué grado de irresponsabilidad había entonces en la población en cuestiones de dinero y de deudas, cuántas deudas se dejaban sin pagar?
¿Cuántas casas se ocupaban entonces sin la más mínima consideración a su legítimo dueño?
¿A cuantas personas se las dejaba sin legítima herencia entonces, especialmente los más pobres (exclúyase el infierno soviético, donde la herencia del pobre era el gulag, el hambre, el terror, una ráfaga de balas o la fosa en cualquier bosque)?
¿Cuánta población era entonces ególatra y narcisista y cuánta no pensaba en nadie salvo en sí mismos?
….

¿De qué «plebiscito» espera ud., señor Merino, obtener mejor resultado que el que obtuvo el romano cobarde PP citado en su consulta sobre Barrabás o el Verbo Encarnado?¿Todavía cree, a estas alturas, que la mayoría es sensata tras la extracción de alma que han sufrido, que no simple lavado de cerebro? Mire, mejor, jugarse todo el patrimonio en un casino, ya puestos…

5
0
Deja tu comentariox