23/11/2024 10:53
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Llevo  décadas intentando  dejar muy claro  quién manda en el Mundo —y, especialmente en ESPAÑA—y,  ciertamente,  en mi caso indudablemente, se cumple “lo de  predicar en el desierto” y he llegado a esta conclusión: lo mejor será pedir ayuda y tratar de encontrar alguien capaz de explicarme la razón de mi fracaso.

¿Cómo es posible que no haya una sola tertulia donde, al menos uno de los tertulianos pregunte por esta evidencia: ¿Quién manda con un poder capaz de impedir  la visión , no ya de una hormiga  arrastrando su comida por el suelo,  sino las montañas del Himalaya que tiene delante?

Cómo es que a nadie se le ocurre platear esta cuestión: ¿Quién ha podido  hacer que un pueblo de machos –su Historia lo confirma— este gobernado por veinte féminas,  “a cual más inútil” y tirana?

La posibilidad de ver algo parecido –solo parecido– en cualquier nación del mundo –incluidos los pueblos más primitivos de África y Asía,  resulta imposible de hallar. Y, sin embargo no hay  nadie capaz de plantearlo en tertulia alguna. ¿Tan cortitos de imaginación son todos los tertulianos?

No diré lo que pienso,  y no por cobardía  sino,  simplemente,  porque que ni aun el CORREO DE ESPAÑA –que no tiene prejuicios,  ni censura a quienes publicamos lo que nos parece—dejaría pasar mi juicio sobre las tertulias y los tertulianos… No sé si a partir de ahora, dejaré de ver la única tertulia que consideraba apta para no desprestigiar la inteligencia de los televidentes. No sé  si vale la pena en invertir el tiempo en escuchar teorías que no invitan a ninguna acción eficaz…. Todo son melindres y ñoñerías de intelectos cultivados pero  sin el coraje necesario dar el paso  reclamado por las circunstancias.

Nunca he descuidado la teoría pero siempre acompañada de “lo práctico” y “eficaz”, Mi curriculum permite ver claro que he sido buen estudiante, capaz de ir al fondo de los temas (si en la Universidad te honran con la medalla del “mejor expediente de la promoción” y una nota  media en la carrera de 98.5,  tendrá alguna base supongo) pero nunca fui un estudiante “empollón”. Hasta los quince o dieciséis años nunca abrí un libro; tenía bastante con escuchar al profesor. Pero un dia me dije: Así no puedes seguir…ciertamente todo el mundo está contento, pues sacas buenas notas pero vives para todo menos para estudiar y,  desde ese día tomé en serio, el hincar el codo. Eso sí nunca dejé la “acción” de todo tipo. Mis estudios los hice trabajando a jornada completa, desde los dieciséis años y medio  y cuando a los veintiocho años cerré la “época de estudiante” seguí acudiendo periódicamente  a ampliaciones de estudio, pero nunca abandoné el apostolado ni el religioso y, de ese modo siempre he tenido los pies en el suelo. Por eso hablo y escribo “sin complejos” y con absoluta libertad. Ciertamente nunca he sido “grato” a quienes les gusta la adulación, ni me he preocupado de si mi postura era a favor o en contra de “mis intereses” y me impedía lo que llaman “subir”…. He hecho siempre lo los españoles expresamos muy bien con esa frase tan nuestra: “lo que me da la gana”. Y ya difícilmente cambiaré.

Lo dicho es simplemente mi “tarjeta de visita” para que a nadie le extrañe mi “estilo de escritor”. No es chulería es simplemente que me asquea esa cobardía de los escritores que cacarean su amor a la verdad y libertad y no se atreven a abordar el tema màs trascendental que está asfixiando a la Humanidad, o sea, que la Sinagoga de Satanás. Este engendro bimilenario del Diablo,  ya se ha quitado la careta y se pasea triunfal por el Mundo y en especial por España, como lo podemos constatar viendo a  ese gran cabrito de Bill Gates pisar el suelo sagrado de España sin que nadie le diera un puntapié y mandase por donde vino. Con esa eterna sonrisa de chulo millonario,   es un asesino que proclama la necesidad de matar a siete mil millones de humanos para vivir mejor los que sigan sus instrucciones; un  tiranuelo que sin tener ningún derecho “democrático”—¡esto va por los grandes “demócratas de toda la vida”– está dictando las normas sobre el futuro modo de vivir.

¿Las tertulias se han convertido en “la pérdida más inútil y estúpida del tiempo”  dedicadas a   lanzar comentarios “engañabobos”,  en vez de preparar al pueblo para tomar la calle y pararle los pies a los agentes de la Sinagoga de Satanás…,  a esos partidos políticos que realmente son organizaciones de ladrones en vez de defensores de los valores,  y de los derechos del pueblo que trabaja y no tiene tiempo para perder oyendo bobadas convertidas en “temas trascendentales”…

Cumplidos los deberes profesionales he dedicado  el resto de la vida,  primero a enseñar en los “barrios de aluvión”, a organizar grupos de Acción Católica,  catequesis, cine debates, etc.,   y una vez en España, a dar conferencias, ayudar a  sacerdotes santos como el P. Piulachs promoviendo los Ejercicios Espirituales,, a organizar Fuerza Nueva — primero en Cataluña y luego a nivel Nacional– , etc. etc. o sea,  fiel a las consignas de la auténtica Acción Católica de Pío XI –fulminada por la Jerarquía Modernista—y a su lema: “Piedad-Estudio y Acción”.

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¿Se hacen  cargo de los motivos que me impiden aceptar la inutilidad de quienes carecen de valor o de sentido práctico en la lucha contra  los enemigos de Dios y de España?  ¿Y de verme obligado a solicitar consejo para hallar el modo de  convencer a  las generaciones jóvenes a plantar cara a quienes tienen por objetivo acabar con nuestra Fe y con nuestra Patria?

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.