22/11/2024 01:07
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Me pregunta un joven y nuevo lector por la razón de dedicar tanto artículo a “un tema tan a viejo” que ni su padre había nacido. Se lo aclaro desde este diario y es muy simple: “Es que  no toco un tema de hace setenta años, sino de máxima actualidad, como es evitar a los españoles repetir  el error de los cubanos y convertirse en esclavos del marxismo”.

Estoy retratando,  el momento actual de nuestra Patria, para evitarme vivir dos veces una misma locura. Hice lo posible por ayudar a los cubanos a ver claro –¡inútilmente! – y me asusta ver repetido “ese éxito” con mis compatriotas. Por lo tanto,  sigo,… mientras queden esperanzas de ver —por una vez– triunfar la inteligencia sobre la ceguera, la comodidad y la cobardía. Aunque, la experiencia me dice: ¡esa probabilidad no llega ni al veinte por ciento!

Continúo el relato. Tenemos a  Batista nuevamente dueño de los destinos de la Perla del Caribe y, enfrente, un “colectivo”, integrado por  “hijos de papa”, profesores de universidad, periodistas y “media” –prensa, radio, TV… — al servicio de la “Sinagoga” con las riendas de la política mundial en sus manos y la oportunidad de conseguir en Cuba lo que siempre soñó para arruinar Hispanoamérica.

Mientras tanto,  la inmensa mayoría de los cubanos se dedicaban a lo suyo: trabajar y ganarse el pan. Todo cambió a partir del 26 de julio de 1953,  cuando Fidel y unos centenares de camaradas –principalmente “ortodoxos”– intentaron un “contragolpe” preparado en secreto.

Como el futuro “gran Libertador de Cuba” se creía un genio, eligió como día y lugar ideales, para ejecutarlo,  el amanecer del 26 de julio en Santiago (de Cuba). Fundamentaba su decisión en este supuesto indudable: “los soldados estarán la mayoría borrachos o casi, como consecuencia de las grandes fiestas de la ciudad”  pues,  la capital de la provincia de Oriente, celebraba la fiesta de su Santo Patrono, el Apóstol que vino a España a cristianizarnos.

Por lo visto,  se equivocó: ¡estaban muy despiertos y el fracaso fue total!. Murió un tercio de los asaltantes y Fidel no apareció entre los muertos. “Siempre hay ‘mal pensados’…” que sospecharon que no estaba entre los atacantes.

Apareció pronto bajo la protección del Arzobispo de Santiago y Primado de la Iglesia cubana y lo entregó al Gobierno,  con  garantías –que, por otra parte,  ya tenía– pues estaba casado con la hija de un Ministro de Batista, y madre de su hijo Fidel.

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Fue condenado a quince años de prisión pero, dos años después, en 1955, le concedieron una amnistía. El Dictador cubano no era ni tirano, ni criminal, si hubiera sido de la calaña de Fidel, lo habría eliminado y no solo de la política..

Por otra parte, este hecho evidenciaba, además,  que Batista creía tener delante “únicamente” a un revolucionario “cubano” y – siendo él un cubano oriental de pura cepa– sabía muy bien lo que podía esperar y no le inspiraba ningún gran temor. Su error, lo mismo que el de la totalidad de sus compatriotas, fue no captar que esa revolución “no era cubana”, ni mucho menos; solamente lo eran “los músicos” pero el  director de la “orquesta”, ¡no!; y la “música que tocaban”, tampoco. Esa misma creencia y error, hicieron posible e  incuestionable, poder ver a más del noventa por ciento  de los cubanos,  como fanáticos fidelistas. Entre ellos, mis familiares cubanos

Amnistiado ya en mayo de 1955 – pasó menos de dos años en la cárcel, de los 15 de la sentencia—y,  libre ya,  se fue a México con la intención de preparar la continuación de la “Revolución”. Allí se le sumó el argentino “Che” Guevara y los entrenó para la guerra de reconquista de la Isla para la “libertad”, un coronel “rojo” — Alberto Bayo, huido a Cuba tras la  derrota de los “republicanos” en España (1939).  Bayo era cubano de nacimiento, camagüeyano,   exactamente.

(El discurso que Díaz Balart pronunció “oponiéndose a esa amnistía” deberían publicarlo los periódicos españoles, hoy… es una fuente de enseñanzas. )

Es verdad que “a toro pasado” es fácil criticar el lance. Ahora se puede ver con toda claridad que “Fidel había sido elegido por la Sinagoga de Satanás –como Obama– con una misión muy concreta y “ella” tomaba todas las medidas para que no se malograse… Cuando vivíamos la Historia en el tiempo y sobre el terreno, yo no lo vi, y, los demás, menos. ¡Parecía todo tan natural y que caía de propio peso! Dando gusto a quienes no creen ni mi tesis, y a quienes se precian de ser objetivos, afirmaré que ¡aun “no teníamos mente ‘conspiranoica’…” 

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Gracias a Dios, ahora,  con la experiencia y un conocimiento más profundo de la Sinagoga de Satanás, veo cómo todo apunta en la dirección señalada: “¡Fidel era ‘su’ elegido!” y lo importante era garantizar su “seguridad personal”. Hoy, repasando lo ocurrido hace más de sesenta años,  se ve con claridad lo que no captábamos entonces.

A partir del asalto al Cuartel Montcada la oposición a Batista dio un salto de calidad, dejó de ser verbal y se convirtió en grupos nuevos de “revolucionarios” cuyo fin era la acción, ¡la lucha armada!

 Además del movimiento “26 de julio” surgieron otros varios. De todos ellos,  el más importante, fue el “Directorio Estudiantil Universitario” de J. A. Echevarría. Pero a todos se los “engulló” el primero, tan pronto Fidel llegó a la Habana. El segundo, que era el más “cristiano” y anticomunista, acabó con sus jefes huidos o en la cárcel pues –como es habitual– la gente de derechas y decente nunca se entera y acaban siendo los “tontos útiles” del marxismo. Es una regla universal, aplicada en España nada más ser enterrado Franco y “democratizados”. Regla olvidada  que facilita al máximo el nacimiento de  partidos como “Podemos” y de líderes como el marqués de Galapagar.

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.