La PCR anal es el perfecto ejemplo de que no dejan de darnos por el culo. Por Luys Coleto

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Mentirosa versión oficial. La vía de ingreso del presunto virus a nuestro organismo es la respiratoria, por eso se emplean muestras de la mucosa nasofaríngea para detectar infecciones activas, y de ahí pasa las vías respiratorias bajas, a los pulmones, y termina desperdigándose por todo el organismo hasta llegar al tracto gastrointestinal. De este modo, la «puerta de salida» del virus serían las heces.

PCR anal con bate de béisbol en Granada

PCR anal. Y mucha gente pensando que no iba a follar este año de plandemia. Y muchas novias (y novios) confesándote que al final resultará que la falsa pandemia va a conseguir más que todos sus ex. Y, de verdad, honestamente, a tantas autoridades terroristas les haría una PCR anal con un suculento bate de béisbol. Pero, ojo, de buen rollo. Te taladro con el bate, siempre good feeling, of course. Y si me dan a elegir dónde utilizar el citado bate, sin duda, en Granada. Entre temblor y temblor.

Sobre coches y hombres generosos

Y me cuentan la leyenda urbana de un coche que se quedó atrapado. El embozalado dueño del vehículo sale un momento, se agacha a coger la mochila y, zas, aparece, Nacho Vidal, que de forma anónima y sin fotógrafos detrás, llevaba todo el día ayudando a la gente con sus altruistas y generosas pecerres anales. Y me dice el automovilista en cuestión que hoy ya le quitan los puntos y puede sentarse tranquilamente.

TETO

Y el gran momento comercial: PCR anal y examen de prostático, «Oferta 2×1». Y si frotan el bastoncillo con Hemoal, «Pague 2 y llévese 3». Denominación comercial del nuevo perforador: TETO. Y por cierto, ¿podremos ver las imágenes televisivas del inmortal momento en que el sádico sanitario, en vez de agujerearte el cerebro, te trepana el culo?

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Coda seria

…Y hablando ya en serio: la PCR anal, punto culminante de la sumisión. En fin.

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.