Si un largo viaje se inicia con un solo paso es porque existe una voluntad para que sucedan las cosas; una intención para conseguir un logro. Hace muchos años los Inversores contrataron los servicios de abogados que durante este tiempo han realizado una ardua labor para recuperar el dinero de sus clientes. Se organizaron reuniones para establecer un plan legal que se ha llevado a cabo hasta dar resultado en los despachos de los tribunales. Asimismo, se ha complementado con una labor periodística hasta desembocar en las expectativas del 2024: la celebración de los juicios de Nueva Rumasa. No deja de ser una gran victoria después de esta travesía por las desérticas suposiciones de que un día se señalasen las fechas para brindar una oportunidad legal de reembolsar las cantidades perdidas desde el 2009 hasta el 2011. ¿Y ahora qué resta? El empujón final.
Los Inversores decidieron contratar a unos profesionales que han cumplido, porque los resultados son evidentes cuando afrontamos la recta final de tan extenso sendero administrativo. Una generación de impulso que a veces requiere de una decisión, a pesar de las dudas por saber a dónde se dirigirá nuestro caminar con la expectativa de llegar a una meta, a ese horizonte donde se aclara la recta final del camino. Un solo paso es el principio de una culminación, podría decirse, y basada en una voluntad por llegar a donde deseamos: recuperar, resarcirse de tantos años de zozobra en la confianza de que la Justicia cumpla con los derechos de los damnificados y sean compensados después de más de una década de grises amaneceres. Un amanecer decisivo con el sol brillante del premio a la espera tras tanta tormenta soportada y dramas aguantados.
Un largo viaje ha transcurrido durante una década para alcanzar aquel horizonte entonces lejano, hoy mucho más cercano con la expectativa de recobrar el dinero invertido en lo que resultó una malograda emisión de pagarés por parte del Grupo Nueva Rumasa. Y en esta dinámica de propósitos después del silencio de la Justicia, la Audiencia Nacional ha ordenado el bloqueo de las cuentas de Rumasa existentes en el extranjero a beneficio de los Inversores que se presentan como parte perjudicada. Un mayor peso específico de la intencionalidad de los tribunales para que se compense el sufrimiento de los damnificados. Una razón más añadida a las que se acumulan para que los abogados alberguen la esperanza práctica de un final feliz a esta larga travesía de más de una década para que los objetivos se alcancen.
Queda poco, apenas unos meses para echar el resto y en el camino han de continuar, con la confianza reafirmada. Cuantos Inversores confiaron en una labor legal que avista un horizonte halagüeño, un esfuerzo final para alcanzar un nuevo amanecer y definitivo para dejar atrás las tormentas de la incertidumbre. Adelante pues, la meta está muy cerca.
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Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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