17/05/2024 04:49
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Personas políticas, leales, honradas, patriotas y dignas, las hay, pero están subyugadas en Partidos de dictadorzuelos corruptos, miserables y felones.

Alma María Ezcurra Almansa, Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y con un Máster en Derecho Mercantil, guarda una gran relación con Ayuso desde hace muchos años. Su intervención ha calado entre los ‘populares’.

Diputada de la Asamblea de Madrid. Coordinadora General en Fundación Reformismo 21

Haciendo Honor a su nombre, es el Alma de España.

¡ENHORABUENA!

En la gran cesta podrida del Partido Popular, es una pena que Caballeros y Damas como la presente no salgan de ahí y juntos intente unirse a VOX o formar un Partido Patriótico.

Otro ejemplo es la Presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel G. Ayuso. La pena es que estas esclavas de la ideología creen en el PANFLETO DEL 78, la base por la que se ha roto nuestra amada Patria.

Mientras no se acabe con ese FOLLETÍN, España permanecerá rota, invertebrada y abocada a su fin, con los Reinos de Taifas, que son los que mandan y la dirigen ante la felonía de monarcas y politicastros de todo pelaje.

Alma Ezcurra hace un encendido discurso en contra de la amnistía con interpelaciones directas a Juan Lobato y a toda la bancada de la izquierda.

Se llama Alma Lucía Ezcurra Almansa, y menudo repaso ha dado a Juan Lobato, al PSOE y a toda la izquierda en el Pleno Asamblea de Madrid.

 

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Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.


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Hakenkreuz

Si fuesen «honrados» harían como José de Arimatea y el maestro Nicodemo, o como Jairo, ser fieles a la Verdad y no a la política.
Lo perverso de la política (aunque la mayoría crea que es la «solución» a sus problemas, engaño demoníaco) es que implica ser fiel a lo que no se debe tolerar siquiera, a la mentira, cuyo padre es el demonio, satanás. La caridad es desinteresada, la política no. La política NO ES CARIDAD, sino ENGAÑO demoníaco. Es la vana y estúpida creencia ególatra de creer que el poder está en tu voto. Los políticos, sean quienes sean, así como sus votantes, son como Eva y Adán queriendo ser como «dioses», les vence la seducción demoníaca de la mentira y el engaño, los encantos del Príncipe de este mundo (todo esto te daré, si postrándote ante mí, me adoras), así como la soberbia de creerse con poder de elegir y de tener «poder» del pueblo, cuando ni un solo latido de sus corazones depende de su propia voluntad.
La política es la perdición de las almas, la mentira, el engaño, la hipocresía farisea judía, la manipulación, es la actitud del lobo con piel de cordero. Hay que estar ciego o ser perverso para no querer verlo. Y ya el Señor advirtió contra los falsos profetas y su levadura, y que no temiésemos a los que pueden matar el cuerpo, pero nada pueden hacer con el alma, que temiésemos a Aquel que puede llevar cuerpo y alma a la gehenna de fuego (infierno). La política divide y asesina almas. La política es la ancha y espaciosa puerta que lleva a la perdición que la mayoría sigue, frente a la tortuosa y estrecha entrada que lleva al Cielo. La política es el envenenamiento de las almas con soberbia, frente a la negación de uno mismo, tarea fundamental para ser verdaderamente honesto, y no de apariencia. Dios es al demonio lo que los santos son a los políticos (falsos profetas y guías ciegos, que tienen la osadía no solo de transgredir los mandatos de Dios, sino de enseñarlos como «derechos»). La política es la cobardía de no aceptar la cruz y el calvario, como sí aceptó el Señor. La política es ofender a Dios a cuenta de tener buena reputación ante el mundo. La política es ser mundano, amigo del mundo, es decir, enemigo de Dios. La política es la causa de la muerte santísima de Nuestro Señor Jesucristo a manos de los políticos de su tiempo, los escribas y fariseos. La política es el quehacer de los que no soportan la obediencia y la fidelidad debidas a Dios, con quien tenemos una deuda infinita, y sí imitan el «no serviam» del que quiere suplantar al Todopoderoso. La política la sumisión y prostitución ante los embusteros y mentirosos a cambio de un miserable plato de lentejas o un trozo de tierra (que son las riquezas materiales de este mundo). La política es sacrificio de la Vida Eterna por un miserable placer hedonista o por un afán desmesurado de protagonismo, gloria vana y admiración mundana. La política condujo a Eva y Adán y a la primera generación de hombres y mujeres, y, desde entonces, a todos nosotros, a la muerte por haber pecado contra Dios, Infinita Bondad y Misericordia. La política reniega de la Infinita Bondad y Misericordia de Dios, rechaza a Dios y los sustituye por el «hombre». La política es idolatría de la criatura, el engaño de los descarríos de las mentes insensatas (Rm 1, 4-32). La política es el camino de la autodestrucción de las almas, el negocio de los mercaderes de la Gran Ramera de Babilonia. La política es el contra evangelio, el negocio de los anticristos que rechazan al Señor. La política es la perversa doctrina de los que no sirven, de los «no serviam», pero que tratan de servirse de los demás con el engaño, con el voto, haciendo del votante, esclavo de lo que vota, responsable ante Dios que ve en lo secreto. La política hace solidario al votante con sus votados políticos, sus frutos y sus doctrinas contrarias a la Palabra del Señor.

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